Destined for an early grave [joerick] -ADAPTACIÓN-

Percepciones humanas

―No puedes hablar en serio.

Miré el edificio abandonado con las ventanas rotas, una lejana pared abollada y el techo destartalado con un poco menos que consternación. Para hacer todo aún peor, estaba rodeado por un depósito de chatarra. Un oloroso depósito de chatarra. Incluso Harry parecía como si quisiera salir corriendo.

Joel se encogió de hombros. ―No veo el problema. Es bastante seguro.

Tú vengativo, manipulador-

―¿Interesado en ver tu habitación? ― él interrumpió mi critica mental. La mirada en su rostro decía que estaba disfrutando esto.

―Déjame adivinar, es ese carro destrozado de allá ― dije, señalando un aplanado y viejo Buick.

―Oh, tú no te vas a quedar aquí afuera ― respondió Joel, caminando hacia el armazón del edificio. ―Quasimodo ― Gritó.

Hubo un fuerte crujido, como sonaría una máquina si pudiera sentir dolor. Luego desde un lado del arruinado edificio, dos vampiros aparecieron como si hubieran brotado del suelo.

―Pensamos que iban a estar aquí hace una hora, ― uno de ellos comentó.

―Su comida está fría.

Estaba a punto de asegurarles a estos desconocidos que el olor había matado mi apetito de todas formas, cuando una morena pareció levitar desde el desmoronado concreto al lado de él.

―Erick.

Le di una mirada a Joel prometiéndole una terrible venganza. Él no me miró, pero su boca se torció.

―La próxima vez ― dijo mi madre, olvidando un hola, ―llama si vas a llegar tarde.

El edificio era una fachada. La sección que parecía haber colapsado escondía un elevador completo con falsos ladrillos encima. Al menos la estructura de debajo contaba con su propio sistema de aire acondicionado, así que el hedor del depósito fue gratamente reducido en la morada bajo tierra. Mi apuesta era que esto había sido un viejo refugio anti-bombas. Don usaba algunos de estos en los Estados Unidos como base de sus operaciones. No desperdiciar, no querer y todo eso.

―Bienvenidos al Castillo Basura,― mi madre dijo mientras nos daba a Harry y a mí el tour. ―Ellos tuvieron que arrastrarme aquí en contra de mí voluntad cuando lo vi por primera vez. Estoy segura que tu escorbuto esposo lo escogió como venganza.

Al igual que yo, pero no iba llegar ahí. ―Joel no es mi esposo, como de seguro ya te lo han dicho.

Ella me dio una astuta mirada. ―Tú no crees eso. 

(...)

Seis minutos, diez segundos. Eso fue todo lo que tomo para que quisiera salir corriendo de allí y gritando.

Joel no estaba aquí. Él me dejó con el comentario que tenía negocios que atender en otro lado. Era todo lo que podía hacer para no gritar, '¿Porque arriesgaste tu vida sacándome de donde Vlad si todavía no puedes soportar estar cerca de mí?' Pero eso hubiera dejado ver lo mucho que me importa. Así que no dije una palabra. Vi a Joel irse sin preguntarle a dónde, o si, pretendía volver. Preferiría estar enterrado bajo una gran cantidad de podredumbre que admitir cuanto me lastimaba verlo otra vez, o peor ¿verlo irse? Podrías apostarlo.