Fiesta de presentación

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―¿Estás listo para esto?

Asentí. ―Hazlo.

Joel cortó una larga línea hacia arriba a lo largo de su antebrazo, abriendo su vena. Ese líquido rojo y delicioso lleno el aire de una vez. Mi boca se hizo agua.

A continuación, Joel colocó sangre en sus dedos y los pasó a centímetros de mis labios. Tragué saliva, luchando por mis ganas de asir su mano y chuparle los dedos, y luego el antebrazo. Luego, Joel presionó los ensangrentados dedos en mi boca, y probándome con su increíble dulzura. Temblé, pero no lamí o mordí.

Tu puedes hacer esto, Erick. No te rindas.

Joel me entregó una servilleta. ―Escúpelo, gatito.

Lo hice, devolviéndole las gotas que habían hecho doler mi boca físicamente con deseo. Si todavía pudiera, estaría sudando para entonces.

―Una vez más.

Joel repitió este acto tortuoso cinco veces más, yo escupía lo que mi cuerpo estaba gritándome que conservara, hasta que por último Joel me sonrió. ―Lo hiciste, cariño.

―Bien hecho, Erick― dijo Spade.

―Más que bien hecho―Joel me besó en la frente. ―Conseguir el control de la sed en tres días es extraordinario.

―¿Qué hora es?

―Alrededor de las 12:30― dijo Spade.

Menos de seis horas hasta el amanecer. Ese era el otro 'efecto secundario' de esta transformación. Cuando el sol sale, yo me desvanezco. No sólo somnoliento, como había estado acostumbrado toda mi vida, me refería a caer dormido a la mitad de la frase. En cierto modo, eso era más preocupante para mí que mis ataques de hambre. Si yo estaba en una pelea cuando amanecía, estaría frito.

Ya estaba trabajando en mantenerme consciente cuando salía el sol. A partir de ahora, podía mantener los ojos abiertos unos minutos mientras mi cuerpo hacía una excelente representación de un trapo flácido. Se iría con el tiempo, pero me preocupaba por cuánto tiempo más duraría. Ahora, yo ni siquiera podía moverme hasta el mediodía.

―Quiero salir― dije. ―Ir a alguna parte, mirar cada señal de la calle que pase, leer mapas de carreteras hasta enceguecer, y obtener indicaciones de cualquier persona a menos de veinte yardas. Ah, pero necesito tomar un baño primero. En esa ducha pequeña del sótano sólo había agua fría.

Mencheres entró en la habitación. Tan pronto como le vi el rostro, supe que algo iba terriblemente mal.

―Es Javier, ¿no?― Dije antes de que pudiera hablar. ―¿Qué hizo?

Mencheres puso las manos sobre mis hombros. ―Erick, tu madre ha desaparecido.

―¡No!

Estalló de mí junto con un chorro repentino de lágrimas. Sí, aún al parecer aún era un desastre de emociones. El brazo de Joel me apretó alrededor de la cintura.

―¿Cómo? ¿Fue atacado el depósito de chatarra?― preguntó.

Mencheres sacudió la cabeza. ―Alex dijo que desapareció de su habitación. Su ropa de dormir aún estaba en la cama.

La había arrancado de su sueño. Oh Dios, Javier había sacado a mi madre de sus sueños para secuestrarla.

―Dijo que me haría sufrir― susurré, escuchando nuevamente el gruñido en mi oído de Javier de mi último sueño con él. ―No pensé que iría tras mi madre. ¿Cómo pudo si nunca bebió de ella?

Destined for an early grave  [joerick]    -ADAPTACIÓN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora