Capítulo 16.

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Me tiré encima de mi cama y dejé que mis músculos se fundieran en el colchón, había tenido un día realmente agotador recuperando los exámenes a los que había faltado, y creía que me habían salido bien, pero había sido muy duro y largo.

El baile de Diciembre era al día siguiente y Dylan me había pedido que reconsiderase la idea de ir con él, porque quería realmente ir al baile.

El muy cabezón ni siquiera se percataba de las indirectas que le mandaba Hillary.

Pero al final acepté ir con él, porque pensé que no me vendría mal, y se le veía muy ilusionado con el baile.

El problema era que no sabía qué vestido iba a ponerme.

Mi madre me gritó durante cinco minutos al teléfono emocionada, diciendo que le gustaría muchísimo acompañarme a comprar mi vestido, pero que tenía trabajo, y que por la noche tenía una especie de sorpresa para mí junto a no sé qué que tenía que contarme.

Llamé a Jamie para que fuésemos juntas, y de paso compraríamos el suyo.

No había visto a Ashton desde que me acorraló en el cuarto del conserje, y tenía que morderme la mano para no llamarle, porque lo cierto era que le echaba estúpidamente de menos y eso no me convenía.

No me convenía porque ni siquiera él lo hacía.

Jamie iba a pasar por mí en su coche en menos de una hora, así que a malas ganas me levanté de la cama y me metí del tirón a la ducha, que me ayudaría a despejarme.

Abrí directamente el grifo por la parte del frío porque el calor llegaba a un punto en el que era insoportable.

Me duché en unos diez minutos, algo extrañísimo en mí porque mis duchas solían durar como poco cuarenta minutos.

Saqué una camiseta sin mangas de color gris que me compré en el concierto de Birdy y unos pantalones largos. Hacía mucho calor, pero tenía las piernas feas y no me hacía ilusión ir enseñándolas por ahí.

A los pocos segundos apareció por allí Jamie, le dije que me esperara mientras me terminaba de secar el pelo. Cuando iba a coger la ropa, los pantalones largos no estaban, y en vez de eso había unos cortos de talle alto de color vaquero claro.

- ¿Y mis pantalones?

- Ahí, ¿no los ves?

- Había unos largos, no estos.

- Pero es que pegan con la camiseta.

- Los de antes también.

- ¡Que luzcas piernas, coño ya! No pillas las indirectas, ¿eh? no me extraña que Ashton te dejara.

- Le dejé yo a él. -recalqué.

- Entonces sí estábais juntos.

- No, mierda, quiero decir...

- Te conozco, Wendy, sé lo que querías decir. Ahora ponte esos pantalones, nunca te he visto con shorts.

- Es que no me quedan bien. Tengo las piernas demasiado feas.

- ¿Pero qué dices? Más me gustaría a mí tener un cuerpo como el tuyo y que me quedase tan bien todo.

- Cállate y devuélveme mis pantalones.

- No, te vas a poner eso porque yo te lo digo. -dijo-. Oye, ¿y a qué ha venido eso de cambiar de idea tan de repente? Digo, antes no querías ni hablar del tema del baile y ahora vas con mi hermano.

- No sé. -me encogí de hombros y cogí los shorts-. Supongo que me vendría bien ir. Para despejarme y eso.

- Vas a darle ilusiones a Dylan. -dijo algo más seria.

Without you I'm a lost boy. {a.i}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora