Después de la noche del viernes en el bar, no hubo mucha más acción en todo el fin de semana. No me importaba eso.
Así que aquí estaba yo, en el colegio, un lunes por la mañana. Estaba hablando con Josh y los del equipo en los pasillos, esperando a que la jodida campana sonase.
Entonces alguien pone la mano en mi hombro. Me giró y allí está frente a mi esa chica del bar. Como se llamaba... Jackie, Jeraldine, Jessica... Pues ni idea, la verdad.
-Hola Derek- me dijo con una sonrisa pícara. Igual se creía que íbamos a "visitar los baños" otra vez, cuando eso no volvería a pasar.
-Hola...
-Jennifer.
-Sí, eso. Jennifer.- dije con una sonrisa forzada.- ¿Qué haces por aquí?
-Ya te dije que me mudé y pues, voy a estudiar aquí. Así podremos pasar más tiempo juntos...- me dijo batiendo las pestañas y enrollándose un mechón de pelo entre sus dedos.
Me quedé estupefacto. No esa clase de cuando te regalan tu juguete favorito, no, esa clase no. Si no más bien como cuando te enteras de que tu perro se ha meado encima de tu ropa...
-Genial.- me disponía a inventarme una escusa cuando vi a Mack pasar por los pasillos. Me miró y le heché una mirada de auxilio. Necesitaba salir de ahí. Me hechó una mirada de: me la debes, y se acercó a nosotros.
-Hey, mira ahí.- le señalé un lugar cualquiera y cuando se giró para mirar, aproveché para irme corriendo de ahí. ¿Infantil? Por supuesto.
Mack's P.O.V.
Esta vez Derek me la debe. Pues lo estoy salvando de la chica esta y no se porqué. Ah, ya sé, porque la chica parece maja y buena persona y se ve perdida.
-Hola...
-Jennifer.
-Hola Jennifer. Me llamo Mack.- le estendí una mano y ella la tomó- ¿Eres nueva, no?
-Sí...- me dijo tímida.- Me acabo de mudar y estoy perdida y sin amigos- hizo un puchero.
-No te preocupes, si quieres te enseñó esto y te presento a mis amigas y... amigos- le dije guiñándole un ojo de broma, y ella rió.- Háblame de ti.
-No hay mucho que contar. Vengo de Europa. Vivo con mis padres, no tengo hermanos y aún menos novio pero me gusta un chico. Soy bastante enamoradiza. En mi tiempo libre me gusta quedar con mis amigas o ir a tomar algo en un bar. Y pues... Creo que ya está todo.
-Ahora ya te conozco mejor.
-¿Qué clase te toca?- me dijo.
-Pues... Mates.
-Igual que yo. ¡Estaremos juntas!
-¡Oh yeah babes!- grité y ella rió.
-Entonces... ¿Amigas?
-Por supuesto.- le dije y le di un abrazo.
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Después de las clases por la mañana, Jennifer y yo, nos dirigimos a la cafetería.
-Bueno, ya conoces el colegio más o menos.
-Y lo odio la verdad.
-Como todos. Te tengo que presentar a Alice.
-Tengo ganas de conocerla- me dijo sincera.
-Tú sígueme.
Jennifer era guapa. Era pelirroja y tenía el pelo largo y lacio. Sus ojos eran marrones y con largas pestañas. Dientes blancos, nariz pequeña, labios carnosos y piel suave. Era alta y delgada, definitivamente con buen cuerpo. Llevaba unos pantalones estrechos tejanos, unas botas altas y una sudadera. En la cabeza llevaba una diadema de flores.
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Odio entre clases
Teen Fiction-Idiota, te odio. -En realidad me amas.-dijo con una sonrisa burlona. -Jamás podría enamorarme de alguien como tú. No otra vez. -¿Apostamos?