Capítulo 16

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Taehyung

―Solo queda besarnos. ―Jungkook está muy cerca mío debido a que lo atraje hacia mí, pero apenas puedo notar su reacción ante mis palabras.

Kim Taehyung...

¿¡Besarnos!? ¿¡Por qué tienes que salir con esas cosas en estos momentos!?

Admito que me encantaría plantarle un beso en medio de esta soledad y oscuridad, pero sé que con eso mandaría todo al carajo.

―¿Qué? ―pregunta él luego de unos largos segundos. Se oye desconcertado.

Vamos, Taehyung, inventa algo. Él no puede enterarse de tus sentimientos tan pronto.

―Que solo queda pesarnos. ―Mátenme.

―¿Pesarnos?

―¿Pesarnos? No, apurarnos. Solo nos queda apurarnos.

―Ah...

Tonto, tonto, tonto. Mil veces tonto. Vas a terminar viviendo debajo de un puente sin Wi-Fi y sin novio.

―¿Qué tal si encendemos las linternas de nuestros teléfonos? ―pregunta Jungkook alejándose un poco para sacar su móvil.

―Buena idea. ―Con un poco de nerviosismo, causado por mí mismo ya que no puedo controlar mis malditos impulsos, busco mi teléfono y enciendo el flash.

―Estamos en la sala de estar ―menciona el azabache una vez que nos dedicamos a observar el lugar.

―¿Crees que la bomba esté aquí?

―No. Piénsalo. Comenzamos desde el ático, quizás la bomba se encuentra en el sótano.

Yo camino por la sala hasta que me topo con una cerradura.

―Aquí hay una puerta. Dame la llave que estaba en el ático ―pido. Antes de que Jungkook pueda entregarme el objeto, una voz siniestra nos interrumpe.

―Hola, agentes

A LA VERGA.

El televisor ha quitado la cuenta regresiva y ha colocado un vídeo de un hombre con una máscara negra muy tétrica. Me he asustado como idiota, pero lo disimulo para que Jungkook no se de cuenta de que soy gallina.

―Sabemos que van en busca de la bomba, pero nunca la encontrarán. La hemos escondido muy bien dentro de la casa. Ríndanse y aléjense de la ciudad lo más pronto posible, o acabarán muertos como el resto de los ciudadanos. ―El hombre termina de hablar y el televisor vuelve a mostrar los minutos que nos quedan.

―Agente Taehyung, intente abrir la puerta. Tenemos poco tiempo. ―Jungkook me da la llave y logro abrir con éxito la puerta. Esta nos dirige escaleras abajo.

―Ves, es el sótano. ¡Vamos! ―El azabache se muestra entusiasmado y me toma de la mano para que bajemos. Mi corazón, que ya está algo alterado por el susto, comienza a latir tan fuerte que siento que me desmayaré. Su mano es tan suave, tan pequeña comparada con la mía. Mis pensamientos se nublan ante el tacto y no puedo concentrarme en ninguna otra cosa que no sea este contacto tan mínimo, pero tan significativo para mí.

―Solo quedan veinte minutos ―menciona él obsevando el nuevo televisor con el que nos encontramos al bajar. Su mano aún sigue tomando la mía, así que no puedo responder nada por los nervios.

―Ya podemos apagar las linternas. ―Jungkook desactiva el flash en su teléfono al darse cuenta de que en el sótano hay iluminación suficiente para saber qué pisamos o a donde vamos. Justo cuando se va a alejar de mí para revisar el sitio, aprieto su mano y lo halo un poco hacia mí, igual que hace unos minutos hice en la sala.

A Mi Nivel [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora