A Mi Nivel [Taekook]

Capítulo 36

Taehyung

—¿Lo dices en serio? ¿Nos vas a perdonar? —Asiento ante la pregunta de Jimin y la mirada de este se cristaliza. Sus manos rodean mi cintura en un abrazo que correspondo de inmediato—. Por un momento pensé que ya no volverías a ser mi amigo.

—Tonterías —digo—. Yo no podría dejar de ser tu amigo tan fácilmente.

—Gracias por esto —murmura él, separándose— ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

Mas bien quién. En mi mente aparece el rostro afligido de Jungkook y su tono arrepentido.

—Tengo muchas cosas que contarte —le comento al rubio, pensando en los besos que Jungkook y yo nos dimos. De solo recordar el tacto de sus labios sobre los míos me siento morir.

—¿Ah si?

Antes de asentir con la cabeza, una memoria del azabache pidiéndome que no le contara a nadie sobre nuestro beso se hace presente. Suelto un suspiro pesado y Jimin me observa con intriga.

—Bueno, no realmente —me contradigo. Antes de que el rubio pueda pronunciar palabra alguna, mi mamá y su novio entran por la puerta principal.

—Hola, mamá. Señor Gong. —Me acerco a ellos y los saludo. Mis movimientos se detienen debido a que Jimin está presente y aún no sabe sobre el famoso novio de mamá.

—¿Señor Gong? —El rubio se posa a mi lado y con sorpresa observa el rostro del hombre.

—¡Park Jimin! —exclama, reconociendo a mi mejor amigo. Observo la escena con confusión—. Que casualidad encontrarte aquí. Dime, ¿cómo está tu padre?

—¿S-se conocen? —le pregunto en un susurro a Jimin, pero este me ignora.

—Se encuentra muy bien, gracias por preguntar. —El rubio me mira y luego se vuelve a dirigir al señor Gong—. Si no es mucho atrevimiento de mi parte, ¿podría preguntar que lo trae por aquí?

—Tae, ¿no le has dicho a Jimin? —pregunta mamá. Sonrío apenado—. El señor Gong es mi pareja.

—Oh, ya veo. —Mi mejor amigo me dedica una mirada como si quisiera decirme "así te quería agarrar, puerco". Evito sus ojos rápidamente y miro hacia otro lado.

—Iré a preparar la cena.
Jimin, ¿te quedas a comer? —dice mi madre y por dentro deseo que Jimin se niegue para no tener que darle explicaciones.

—Sí, señora Kim —responde él. Cuando mamá y su pareja se dirigen a la cocina, su atención se dirige por completo hacia mí—. Ya veo que no soy el único guardando secretos.

—Yo... no creí que fuera importante —me excuso.

—Tu mamá sale con uno de los hombres más poderosos de toda Corea del Sur. ¿¡Cómo eso no va a ser importante!?

—¿Ves? Por eso no le quería contar a nadie. Sabía que crearías un alboroto por ello.

—No es así, yo...

—Además, el señor Gong sigue sin caerme bien. Lo que menos quiero hacer es hablar de él.

—Él es muy buena persona, te lo juro. —Sé que Jimin no mentiría con algo así, pero me cuesta mucho creer sus palabras—. Créeme, no hay mejor persona con quien pudiera estar tú mamá.

—Es que es extraño —insisto—. Tantas mujeres que deben estar babeando por él y ¿justo se viene a fijar en mi mamá? Yo sé que ella es increíble, pero...

—Entiendo a lo que te refieres —dice el rubio posando una mano en mi hombro—, pero dale una oportunidad al señor Gong. Ya verás que se harán cercanos rápidamente si tú se lo permites.