Como siempre: Olivia [✔] ┋ ¡Capítulos completos!

Capítulo 9

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Este libro se encuentra disponible en las
librerías de Argentina, en España por e-book,
en mercado libre por los demás países y ahora,
por ser que estamos en cuarentena, también
lo van a poder leer acá en wattpad con sus capítulos completos.
¡Espero que les guste!
Tengan consideración de que este libro lo escribí
a los 15 años, ahora tengo casi 20.
aclaro por si llegan encontrar algún que otro error.
¡Feliz cuarentena! ojalá se encuentren bien de salud.
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La cara de Ryan no expresa nada bueno. El doctor nos había dejado luego de darme los medicamentos y puedo sentir lo molesto que está.

Pasan los minutos y él no dice nada. Eso me desespera.

—Háblame, por favor. —le suplico.

—¿Hace cuando lo sabías? —no me mira y eso me duele.

—Hace unos días. —murmuro.

—¿Hace unos días estabas enterada que estabas esperando un hijo y no te cuidaste de ese animal? —se gira hacía mí y aunque sé que él nunca me lastimaría, no puedo evitar asustarme.

—Él se había ido, se fue de viaje por trabajo y se suponía que no iba a volver. Vuelvo a casa y él estaba esperándome. Comenzó a golpearme y no supe cómo defenderme. —siento una enorme presión en mi pecho y busco alguna forma de calmarme para no terminar llorando.

—¡Tendrías que habérmelo dicho, yo te podría haber protegido! Ese hijo de puta te lastimo a ti y a tu hijo, Olivia. Lo único que quiero es ir a matarlo. —su voz se va levantando a medida que habla-

—No supe que hacer. —comienzo a llorar—. Yo no quería que esto pasará, yo no quería que él lastimará a mi hijo.

Se acerca a mi rápidamente y me atajo. Cubro mi rostro con mis brazos y tiemblo. De pronto siento como sus brazos me envuelven.

—Yo nunca en mi vida te pondría una mano encima. No te cubras ante mí porque eso me duele, Olivia.

—Sé que tú no me golpearías nunca, es solo el reflejo. — acaricia mi pelo y se separa de mí. Observa mi rostro y su mirada se dirige a mis labios. Se acerca cada vez más a mi hasta que el sonido de la puerta nos interrumpe.

—Adelante. —dice Ryan y la puerta se abre. La chica con la que la otra vez me crucé en este mismo hospital nos observa. No recuerdo su nombre.

—Ryan. —habla ella con asombro—. ¿Qué haces aquí?

—Vine a visitar a Olivia, es mi secretaría y me enteré de que tuvo un accidente. —no sé por qué miente, ni de donde se conocen—. ¿Tú que haces aquí, Camila?

—Lucy viene por su visita con el doctor. Me dijeron que estaba aquí, pero se ve que no. —me siento totalmente excluida, como si no estuviera ahí.

Lucy entra al cuarto y cuando me ve sonríe.

—¿Tú eres la chica de la otra vez? —me pregunta sonriendo y yo asiento devolviéndole el gesto.

—No entiendo nada. —habla Ryan—. ¿De dónde se conocen?

—Lucy conoció a Olivia el otro día en este hospital y luego nos presentamos nosotras. ¿Te acuerdas de mí? —pregunta Camila.

—Claro que me acuerdo, me acuerdo de las dos. —quiero que me dejen sola pero no me animo a decirlo.

—Me presento mejor. —se acerca a la camilla y me extiende su mano—. Soy Camila, la novia de Ryan.

Algo me decía que ella era la novia. Pero ahora, ¿Lucy será su hija? ¿Ryan tiene una hija y no me lo dijo? ¡Con razón se parecían tanto! Él me mira y siento como si estuviera leyendo mis pensamientos.

Tomo su mano y ella vuelve a hablar.

—Ella es Lucy, es la sobrina de Ryan y también mía. —mi pregunta acaba de ser respondida y no sé por qué me siento aliviada.

—Creo que deberíamos dejar descansar a Olivia. —habla Ryan y Camila asiente.

—Yo me quiero quedar a hablar con ella. —dice Lucy.

—No, Olivia tiene que descansar. —insiste, Ryan.

—Yo no tengo problema. —digo yo—. Todavía no me siento cansada.

—Bueno, pero solo por un rato. —Ryan y Camila salen del cuarto y Lucy se sube sobre la camilla.

—¿Y qué te pasó, por qué estás aquí?

—Tuve un accidente, nada grave. —sonrió y ella asiente sonriendo.

—Yo estoy aquí por chequeo según dice mi tía, tampoco nada grave. —asiento—. ¿A ti te gusta mi tío?

—¿Por qué preguntas?

—Por como lo miras, en realidad, por como se miran. Parecen gustarse. Mi tío no mira a mi tía de la misma forma que te mira a ti.

—Sólo somos amigos. —respondo.