Como siempre: Olivia [✔] ┋ ¡Capítulos completos!

Capítulo 15

╭━━━━━━━━━━━━━━━╮
Este libro se encuentra disponible en las
librerías de Argentina, en España por e-book,
en mercado libre por los demás países y ahora,
por ser que estamos en cuarentena, también
lo van a poder leer acá en wattpad con sus capítulos completos.
¡Espero que les guste!
Tengan consideración de que este libro lo escribí
a los 15 años, ahora tengo casi 20.
aclaro por si llegan encontrar algún que otro error.
¡Feliz cuarentena! ojalá se encuentren bien de salud.
╰━━━━━━━━━━━━━━━╯

Llego a casa luego de haber ido al doctor. Por suerte voy mejorando, pero me recomendó que no tengo que hacer mucho esfuerzo.

A la mañana siguiente me levanto lista para ir al trabajo. No tengo ganas de desayunar así que salgo, tomo un taxi y a los minutos ya estoy en la puerta.

Entro y para mi suerte los ascensores por fin andan de nuevo. Toco la puerta de Ryan y su voz me dice que pase. Lo hago y me llevo la agradable sorpresa de que ahí también esta Claire.

—Buenos días. —saludo y Ryan hace lo mismo salvo por ella. Que ni me importa.

—Yo voy a terminar con esto. Permiso, señor. —dice la estúpida... digo, dice Claire.

Sale por la puerta dejándonos solos y lo miro. Parece cansado.

—¿Estas bien? —le pregunto.

—Sí, sólo problemas y más problemas. —dice, acomodando las hojas de su escritorio. Está tenso, puedo notarlo en sus tensos hombros. Me acerco a él preocupada y apoyó mi mano sobre su brazo. Se relaja bajo mi tacto y eso me hace sonreír. Siempre me gustó saber que tengo ese efecto en él.

—¿Me quieres contar? ¿Es algo del trabajo o más personal? —él se gira quedando frente a mí y cada vez que me mira fijo a los ojos me pone nerviosa, demasiado y no sé si podré disimularlo.

—Ambas. Camila y yo terminamos. Decidimos que sería lo mejor, o más bien ella lo decidió. —abro los ojos sorprendida.

—Pero, ¿por qué? ¿qué sucedió? —tengo miedo de estar molestándolo mucho, pero quiero saber. Suspira sonoramente y vuelve a hablar.

—Simplemente se dio cuenta de que estoy enamorado de ti, que no puedo dejar de pensarte. —a medida que va hablando se va acercando a mi hasta que rozamos nuestros labios.

—Ajá... —digo y él sonríe.

—Nunca creí que terminaría de esta forma el día en que te vi entrar al aula. ¿Lo recuerdas? El primer día de clases. Siempre me gustaba mirarte y cuando decidí irme, fue el acto de amor más doloroso que me forcé a hacer por ti.

Quiero cortar el espacio, pero no me animo. Mis miedos son más grandes y no me puedo terminar de acostumbrar al tacto de otra persona. Cambio de tema para poder relajarme.

—Siento mucho su separación. —digo al sepárame de él—. ¿Con el trabajo que hago? ¿Me encargo de algo?

—No me hables de usted. —dice, volviendo a acercarse a mí, pero me alejo. Alguien entra a la oficina y es James.

—Disculpa que entre así, Ryan. Pero tengo que hablar contigo de algo importante... a solas. —dice mirándome y cuando estoy por irme, Ryan me detiene.

—Ella puede escuchar, es mi secretaría y tiene que estar al tanto de todo. —dice él, tomándome de la muñeca. James asiente y Ryan aún me tiene agarrada acariciando mi muñeca con su pulgar. ¿Por qué hace estas cosas?

—Mira esto. —le dice a Ryan y le extiende una revista, tiene artículos que estoy segura de ya lo vi en otro lado. La cara de Ryan cambia por completo y en ese momento me doy cuenta de que son los de esta empresa—. No sé cómo lo hacen, pero nos siguen robando. Alguien está aquí infiltrado y tenemos que descubrir rápido quién es, Ryan.

En ese instante pienso en Claire. No creo que sea capaz de hacer una cosa así, pero siempre se puede dudar.

—¿Tú cambiaste la contraseña cuando te lo pedí? —se dirige a mí y yo asiento.

—Claro, te dejé todo sobre el escritorio y cambie lo que me pediste. No entiendo como habrá pasado.

Agustina Brusco

—Creo que no tendrías que confiar mucho en nadie con esos temas, Ryan. —dice James y sé que se refiere a mí.

—Confía en mí porque sabe que soy incapaz de engañarlo. —hablo, notablemente molesta. ¿Está queriendo decir que yo tuve algo que ver?

—Yo sólo digo, tú eres nueva, no tienes idea sobre el tema. Encima estuviste semanas desaparecida, no sé. —dice él y mi furia crece.

—Sí, estuve desaparecida es por problemas personales, y del tema sé, porque si no, no estaría trabajando aquí. —digo queriéndome soltar del brazo de Ryan, pero no lo logro.

—¡Bueno, basta! —grita Ryan—. James, yo en Olivia confío más que en todos los que están aquí. Como dice ella confío porque sé que es incapaz de mentirme. Ahora, quiero que te ocupes del tema de averiguar quién está detrás de todo esto. Y Olivia, me vas a acompañar a las computadoras a cambiar la clave y ponerlo bajo seguridad. Esto no tiene que seguir pasando.

James asiente saliendo de la oficina. Antes de que podamos salir nosotros lo detengo y él me mira.

—Gracias por decir lo que dijiste. Por confiar en mí. —digo y me sonríe. Mira mis labios y antes de que esto lleve a terminar en otra cosa, salgo de la oficina y él me sigue.

...Al rato ya nos encontramos frente a la computadora. Lo miro, su ceño está fruncido pensando en qué contraseña ponerle. Ahora que lo miro atentamente, me doy cuenta de que no tiene un cambio drástico desde la última vez que lo vi. Está grande, si, los años pasaron, pero no le afectaron en nada.

—Piensa en una que solo tú sepas. Algo importante para ti que nadie más se imaginaría. —digo yo y él me mira atento para luego teclear.

—¿Que pusiste? —le pregunto y me muestra. Es una fecha y recuerdo que es la fecha de cuando nos besamos por primera vez. Creí que él ya no se acordaría de eso.

—Tengo muchas fechas para poner, pero ésta es la que me hizo enamorarme aún más de ti.

—¿Por qué dices esas cosas? —pregunto evitando su intensa mirada.

—¿Te molesta?

—Me pone incomoda. —él ríe.

—Eso es bueno. —nos miramos por unos segundos y siento mi celular vibrar. Eso nos descoloca a ambos y cuando miro los mensajes, veo que es de un número desconocido.

¿Creíste que podías bloquear mi número y vivir como si yo no existiera? No estás en un sueño, Olivia. Prepárate para volver a la realidad.

Mis peores pesadillas volvieron. Miro de reojo a Ryan, que está muy concentrado con la computadora como para notar que mis manos tiemblan. Antes de poder bloquear el número, mensajes me llegan uno tras otro y son infinidades de insultos y amenazas. Siento que los ataques de pánico están por volver y antes de armar una escena frente a él, salgo de la oficina luego de despedirme.

Al llegar al baño, rompo a llorar pudiendo ver mi patético reflejo en el espejo.

Más repuesta salgo. Respiro hondo. Tomo las carpetas y son tan pesadas que rezo para que estas no se me caigan al suelo. Llego a la oficina de Ryan y entro sin golpear ya que no me dan las manos.

—Permiso, vengo a dejar esto. —digo, pero me calló al ver esa escena. Ryan sentado en el sillón con Claire besándolo. Si ya me sentía una estúpida, ahora me doy cuenta de que a él le gusta tratarme como a una.

Ambos se separan al sentir mi presencia, me disculpo y cierro la puerta para poder irme de una vez por todas.