Capítulo 23

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Las horas pasan y nadie sale a decir nada. Mis nervios no me ayudan en nada, mi estómago me duele, me duele la cabeza, los ojos. Necesito verla, saber que está bien, que abra los ojos, que me grite, que me diga que soy un idiota. La necesito a pesar de todo.

—¿Me haría un favor? —me pregunta Karla y asiento—. Necesito volver a la casa, ver si Cielo está bien e informarle sobre el estado de su hija.

Sin decir nada más, salimos del hospital y nos dirigimos de vuelta hacía su casa, me deja pasar y lo primero que hago es ir a su dormitorio. Todo está perfectamente ordenado y como me lo esperaba, su aroma me hace sentir como si ella estuviera conmigo.

Sobre el escritorio hay una caja, la misma caja con cartas que vi en el departamento y que Olivia no me dejo mirar. La tomo y Karla entra a la habitación.

—Si quiere puede llevárselas, son cartas de Olivia y no creo que ella tenga problema en que usted las vea. Además, así puede pasar la noche. —le agradezco. Luego de convencerla de que tiene que quedarse en su casa descansando, y que yo la llamaré si tengo novedades, me subo al auto y minutos después ya estoy en el hospital.

Cuando entró me cruzo con el mismo enfermero y lo detengo.

—Disculpe. —digo y me mira—. ¿Cómo está?

—Está bien, ya está tranquila pero aún sigue inconsciente.

—¿Puedo pasar la noche en su habitación? Prometo ser silencioso, no notaran que estoy ahí. —él me mira disgustado, pero por fin cede. Cuando entro, me acerco a la camilla, tomo su mano y beso su frente.

—Por favor, quédate conmigo. —murmuro, aunque sé que no puede escucharme.

Me siento en el sillón frente a su cama y abro la caja, hay muchas en ella. Los sobres no tienen nombre ni nada por el estilo. Tomo una con mis manos y cuando la abro, mis ojos se abren sorprendidos, el corazón me late con fuerza.

"Querido Ryan" son las dos palabras que dicen al principio de la carta dejándome paralizado.

Como siempre: Olivia [✔] ┋ ¡Capítulos completos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora