Capítulo VI

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El lunes todos se despertaron con una dura resaca emocional. Cada vez eran menos y era más difícil no echar de menos a los que se habían ido. Ahora, las camas vacías superaban a las ocupadas. Todos desayunaron tranquilos y disfrutaron de la compañía de sus compañeros. Especialmente Mai y Samantha, que no se despegan de Bruno y Flavio por si era la última semana de alguno de ellos en la academia.

El reparto de temas les alcanzó a todos inquietos. Noemí, Iván y Manu entraron alegres en la sala de ensayo y les saludaron. La directora repartió las canciones en solitario, algunos quedaron más satisfechos que otros. Cuando todos tenían su cuaderno entre sus manos, Noemí volvió a hablar.

– Pero esto no queda aquí –les dice. Todos la observan con curiosidad–. Ya quedáis pocos y nos hacen falta otras actuaciones. Esta semana empezaremos con los tríos. Sois ocho, por lo que hacer tres tríos era imposible. No queríamos parecer imparciales, por lo que ha sido la audiencia la que ha votado cómo agruparos y han formado dos tríos y un dúo.

Anaju sabe lo que eso significa. Por eso, no se sorprende cuando Noemí comunica los resultados.

– Eva, Bruno y Flavio cantarán Contando lunares, de Don Patricio y Cruz Cafuné –comienza–. Nía, Mai y Samantha cantarán Look What You Made Me Do, de Taylor Swift –carraspea antes de dirigir su mirada hacia Anaju y ésta percibe una disculpa en los ojos de la directora–. Por último, Anaju y Hugo cantarán No te pido que vuelvas, de Dani Fernández. Haremos la versión a piano que tiene con Marta Soto.

Ninguno de los dos reconocen la canción. Cuando se levantan para recoger sus cuadernos, él la mira sonriente antes de darle un corto abrazo. Ella intenta simular una sonrisa, pero por dentro maldice a su suerte.

Cuando escuchan por primera vez la canción en la toma de tonos, Anaju se encoje en su asiento. Se siente expuesta y lanza una mirada asesina hacia los profesores allí presentes. La letra del tema no podía haber sido más oportuna.

En la clase de interpretación, Iván les da algunas referencias sobre la actuación. Les exige entrega y pasión. Quiere ver reflejada la esencia de la canción en ellos.

– ¿Qué os transmite la letra? –pregunta entusiasmado–. ¿Hasta dónde os transporta?

– Es contradictorio –dice la castaña–. Prefieren que la otra persona no vuelva, pero al mismo tiempo se echan de menos.

– Bien, correcto –afirma Iván–. ¿Alguna vez habéis sentido algo parecido?

– Sí.

La respuesta de Anaju es rápida y seca. No necesita comprobarlo; sabe que Hugo la está mirando. El rubio suspira antes de dar su respuesta.

– Yo también –admite–. Pero lo mío era más bien propio de una relación tóxica. En la canción es distinto, es bonito.

Iván se pone en pie y les anima a imitarle. Les coloca el uno frente al otro como si de un director de teatro se tratara. Como se pase de la raya pienso asesinarlo, piensa Anaju.

– Quiero que os miréis cuando la cantáis –indica–. Vamos a jugar con la estructura de la canción. En los versos que cantáis como solistas podéis tocaros, pero siempre con nostalgia. Como si realmente lo añoráseis. Cuando llegue el estribillo tenéis que imaginar que un cristal os separa. Os veis a lo lejos, os recordáis y os lamentáis de no haber conseguido estar juntos. Quiero ver intensidad, ¿de acuerdo?

Hugo le mira divertido.

– Tranquilo, jefe –le dice–. Estás hablando con las panteras.

Iván ríe y se aleja para darles algo de espacio. Cuando la música comienza, las miradas de Hugo y Anaju conectan con ferocidad. Le chica nota como su boca se seca de golpe al notar como la mirada del cordobés se intensifica antes de comenzar a cantar.

POLARIS {Anahug}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora