Cuando nos amamos 2do Libro

9.

Ya había pasado una semana de todo lo ocurrido en la fiesta de Jane y el arma que había decidido usar contra toda esta situación había sido la ley del hielo, o el arte de ignorar como lo había adoptado yo.

Con Jane la verdad no era complicado, incluso y se vio aliviada de que estuviera fuera de su vida de una maldita vez, sin embargo Matthew complicaba todo. La cantidad de veces que era capaz de llamarme en un día eran incontables, a veces se fugaba de la universidad para ir a mi casa pero mi madre siempre me avisaba antes y yo por alguna razón encontraba algo que me entretuviera hasta que él se fuera y no tener que cruzarlo.

Al fin y al cabo el castigo que me habían puesto por culpa de Scott me había venido como anillo al dedo, me hice la indignada con el director y le dije que necesitaba más horas de castigo porque no consideraba que las que él me había dado eran suficientes, algo extrañado acepto a mi absurda petición y eso me salvaba día a día. Yo me colocaba mis audífonos, Scott sabía que no quería estar en su compañía por lo que respetuosamente se quedaba alejado a mi y así pasaba mis tarde, recorriendo el colegio ordenado y limpiando lo que fuera necesario, a veces llegaba agotada a mi casa, claro que lo hacía, pero al final sentía que valía la pena. Siempre reservaba esas horas extra en el colegio para poder estar conmigo misma, terminar de asimilar la situación y hasta aceptarla, Matt había decidido estar con Jane por encima de mi, y debía aceptarlo.

-¡Emma!-sentí un grito por encima de la música que se reproducía en mi oído y me quité los audífonos confundida.

-¿Qué quieres?-me giré molesta y asustada hacia Scott.

-No me hables así-se quejó-intento ayudarte.

-¿Ayudarme?-reí-lo único que haces es estorbar-intenté ponerle el audífono nuevamente pero el chico sujetó mi mano impidiendolo.

-Entonces me iré y te dejaré sola con tu 'novio'-lo miré confundida-allí viene-hice un movimiento con la cabeza y luego se alejó molesto.

Miré hacia el pasillo y efectivamente Matt caminaba algo agitado abriendo cada puerta que estaba en su camino. Yo solté la escoba y corrí rápidamente hacia Scott poniéndome delante de él para detenerlo desde el pecho.

-Por favor ayuda-rogué.

¿Porqué e de ayudarte? lo único que has hecho estos días es tratarme como la mierda-se quejó quitando mis manos molesto.

-Lo sé y lo siento-mordí mi labio-te compensaré, pero ayúdame-lo miré suplicante-por favor ayúdame.

-¿Lo prometes?-asentí rápido. Me miró con una mueca y luego de suspirar me dio un empujón-métete allí-me guió hacia la parte cerrada de la cafetería.

Le agradecí con la mirada y luego me escondí en donde no me encontrara Matt.

-Oye amigo-escuché su voz entrando en la cafetería-¿conoces a Emma Anderson?

-¿Y tú eres?-contestó Scott con su típico tono irónico.

-Soy su novio ¿la conoces o no?-Scott comenzó a reír-no entiendo lo gracioso.

-Nada-habló entre risas-pero Emma no es tu novia-volvió a reír.

-¿Qué te hace creer eso?-habló con desprecio.

-Nada me hace creerlo, lo sé-aseguró.

-¿Porqué?

-Porque ella es mi novia-habló seguro. Mi corazón se paralizó en tal momento y las ganas de salir a golpearlo fueron muchas, pero reprimí todo eso, Scott intentaba ayudarme ¿cierto?. La risa escandalosa de Matt me desconcentró.

-Eso no es cierto-negó.

-¿Porqué no lo crees?

-Porque ella es mí novia-aseguró molesto y Scott volvió a reír con esa risa tan molesta.

-¿Porqué mejor no le preguntas, campeón? me parece que alguien está soltero-habló irónicamente y escuché como le daba una palmadita seguro en el hombro.

-Pero...no puede ser, me lo hubiera dicho. Emma no es así.

-Amigo ¿qué esperabas? fuiste un idiota con ella ¿querías una super declaración? era más que obvio que habían terminado.

-¿Porqué lo dices?

-¿Eres idiota? la engañaste ¿qué esperabas?

-Pero...¿cómo? si ella...

-La fiesta de Jane-terminó Scott la frase-creo que será mejor que busques otra novia.

-¿Porqué sigo aquí? eres un descarado, terminamos apenas hace una semana y tú ya la agarras-Scott rió.

-No me interesas en nada ¿lo sabes? apenas y se tú nombre ¿porqué me importaría quedarme con tu ex chica?-Matt se quedó callado y en pocos segundos escuché unos pasos apurados-ya se fue-habló Scott simple.

Salí lentamente de mi escondite y vi como Scott continuaba barriendo tranquilamente.

-Me debes una-habló tranquilo prácticamente ignorando mi presencia.

-¿Porqué le...

-¿Porqué le dije que eras mi novia?-me interrumpió mirándome-por qué tu no viste su cara, aparte de que fue lo primero que pasó por mi mente-se encogió de hombros y siguió con lo suyo-ya es hora de que te vayas.

Me giré hacia el gran reloj que colgaba en la pared confirmando la hora y efectivamente ya había cumplido mi horario aquí y mi castigo oficialmente había terminado.

-Scott-suspiró-gracias-hablé con una mueca.

-No agradezcas nada, me debes una cita.

-¿Qué?-chillé y él rió.

-Dijiste que me compensarías-me miró divertido-y claramente me debes una, es lo menos que puedes hacer-sonrió de costado.

-Te haces el duro pero no lo eres-negó.

-Me queda apenas una hora para terminar con todo aquí, puedes quedarte y esperar, o dejarme hacer un papel perfectamente ridículo frente a tu madre-lo miré horrorizada.

-Esperaré aquí-asintió feliz al verme sentarme en la mesada.

-No te negaste-habló luego de un buen rato.

-¿Disculpa?

-A esta estúpida cita, no te negaste-me miró pícaro.

-¿De que serviría?, hubieras insistido igual y terminaría yendo contigo de todas formas.

-¿Es eso o en verdad te gusto?-se acercó provocativo.

-En tus sueños, Rogers-lo miré de igual manera y él soltó un gruñido mezclado con una sonrisa-tus llaves-ordené elevando mi mano.

-¿Para qué quieres mis llaves?

-Te esperaré en el coche, inteligente-hablé burlona. Sonrió coqueto y luego me entregó las llaves-gracias-me bajé de la mesada y comencé a caminar hacia la salida.

-¡Vaya culo!-gritó.

-¡Oye!-lo miré molesta-por esa razón estás aquí, así que trata de callarte si no quieres más tiempo-amenacé y él rió.

***

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