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Ya había logrado que Scott dejara de molestarme...al menos un poco, seguía haciendo comentarios un poco desubicados y algo molestos pero intentaba ignorarlos, pero llegaba a un punto de desquiciarme, y eso había hecho hace unos minutos y por esa razón ahora me encontraba fuera de la oficina del directos, con Scott sentando junto a mi mientras sostenía una bolsa de hielo sobre su mejilla.

-Deja de exagerado, no te golpee tan fuerte-hablé sin mirarlo.

Tenía mis brazos cruzados sobre mi pecho y miraba al suelo mientras intentaba mantenerme en calma.

-¡Me pudiste haber roto la mandíbula!-habló dramático.

-Eres demasiado exagerado-rodé los ojos y luego lo miré finalmente-si te hubieras guardado tu estúpido e innecesarios comentarios tu mejilla seguiría en su perfecto estado y yo aún podría estar aprendiendo o intentando entender algo en matemática-hablé fastidiada.

-Bien, pero en mi defensa-se giró para mirarme más directo-yo no mentí-puso su estúpida sonrisa en su rostro.

Dejé escapar un gruñido completamente enojada y fastidiada. Cuando iba a seguir quejándome la puerta de la oficina se abrieron y algunas personas salieron para por último hacerlo el director, el cual nos miro serio.

-pasen-nos dijo antes de volver a entrar.

Ambos nos incorporamos y caminamos hasta la puerta, me hice a un lado para que él entrara pero me miró esperando.

-damas primero-hizo una reverencia con esa sonrisa arrogante.

-Entra ahora antes de que vuelva a proporcionarte otro golpe-le dije y este entró rápidamente, cerré la puerta y me senté en la silla que estaba junto a él para luego alejarla un poco de él.

-bien-dijo el director mirándonos-¿que ocurrió exactamente?-miraba directo en mi dirección por lo que supuse que esperaba a que hablara.

-pues él chico, aquí presente es un completo desubicado-me miraba esperando a que siguiera hablando-estábamos en clase de matemática y la profesora me hizo pasar a la pizarra para hacer un ejercicio, se me calló el dichoso marcador y cuando me agaché para recogerlo él  gritó...bueno, gritó algo que no debió gritar...

-¡pero que culo!-gritó interrumpiéndome.

-¡señor!-dijo el director enojado.

-eso dijo-me volvió a mirar- todos rieron y el profesor simplemente le dio una amenaza, pero cuando volví a mi asiento volvió a decirlo, pero no sólo eso, ¡intentó tocarlo!-hablé algo alterada-y bueno...lo golpee-dije como si nada, el director me miraba un poco asombrado.

-bien...está más que claro que la actitud de su compañero no fue la correcto, pero igualmente usted no debió reaccionar así señor...

-¡Iba a tocarme el trasero!-le grité interrumpiéndolo.

-No se altere por favor.

-¿como no quieres que me altere? iba a tocarme el maldito trasero y a nadie parece importarle.

-Entiendo, pero primero necesita calmarse-me recosté cruzando mis brazos nuevamente enojada-tienes tres semanas de detención comunitaria-le dijo A Scott escribiendo algo en un papelito.

-¿qué es eso?-preguntó curioso, yo suspiré.

-ayudarás con la limpieza y en la cafetería del colegio.

-no, no puede hacer eso-se rió nervioso.

-de hecho-arrancó el papel-ya lo hice-se lo mostró-comienza mañana-sonreí triunfante-y usted-me miró-cafetería por una semana.

-eso es injusto-me quejé.

-golpeó a un compañero-habló  incrédulo.

-¡porque iba a tocarme! no tiene sentido que yo sea la castigada.

-señorita-volvió a extender el papel ignorándome.

Suspiré enojada y tomé el papel con algo de brusquedad.

-gracias señor-le hablé con sarcasmo y le di una sonrisa falsa.

-¿tiene algo que decir?-le preguntó a Scott-algo por lo que quieras quejarte o defenderte-éste negó levantando las manos-pueden retirarse.

Ambos nos paramos y esta vez fui la primera en salir, el timbre sonó exacto cuando yo cruzaba la puerta y la gente no demoró en salir con rapidez. Me dirigí a mi clase para poder agarrar mis cosas y ya todos estabas recogiendo las suyas.

-¿que pasa?-le pregunté a Jane.

-nos faltaron profesores así que nos dejaron irnos-me explicó encogiéndose de hombros-¿que pasó?

-una semana ayudando en la cafetería-hizo una mueca y yo comencé a guardar mis cosas-él tiene tres semanas de detención, limpieza y cafetería-me puse mi mochila en la espalda para salir del salón.

-pobrecito-la miré enojada-lo siento, es un idiota tienes razón-salimos del salón hasta la salida-por cierto, me escribió Matt-la miré abriendo la puerta del colegio-dijo que no contestabas y quería saber a que hora salíamos asi que, se lo dije y ahora...-apuntó al frente y allí estaba el coche de Matt, sonreí, al fin algo bueno en mi fastidiado día.

-no le vayas a decir nada al respecto-ambas caminamos hasta el auto.

-hola princesa-dijo Matt cuando entré.

-hola-lo besé.

-Jane-le hizo una seña y cuando ésta se encontraba ya con el cinturón puesto, arrancó el coche.

Dejó a Jane en su casa y luego se dirigió a la mía. Al llegar fue el primero en bajar y luego lo hice yo. Intentó rodear el coche para llegar a mi puerta pero se detuvo a medio camino al verme bajar por mi cuenta, no pude evitar reír por la expresión que había puesto en su rostro

-¿acaso a uno ya no lo dejan ser un caballero?-miró al cielo completamente exagerado.

-que dramático-entrelace nuestras manos para caminar hacia la puerta.

-de esto vivo señorita-ambos reímos y entramos a mi casa.

Cuando nos amamos 2do LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora