Prólogo

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—¿Guardiana? —dije, mordiéndome el labio acostado en mi cama. No daba crédito a la realidad—. ¿Ladybug ahora es la guardiana de los Miraculous, Plagga?

—Era predecible, chico —respondió despreocupado el kwuami. Al mirarlo, se encojiendose de hombros—. Toda la confianza que tuvo el maestro Fu cayó en ella.


—Pronto tendré los miraculous Ladybug, y tú, no puedes hacer nada para evitarlo ¡Jaque mate! —exclamó Hawd Moth con una risa macabra. Mayura, detrás suyo, mantuvo la misma mueca.

Suelto una sonrisita burlona ¿Cree que ella se rendirá tan fácil? ¿Así nada mas? Si lo creía, no conocía para nada a sus contrincantes. No conocía a Ladybug.

Todavía tengo un haz bajo la manga Hawd Moth —acertó a decir. Con seguridad—. ¡Amuleto encantado!

Con esas dos palabras, el cielo brilló y cayó en sus manos una ¿Llave, con un tren del metro como adorno? Ladybug fijó su vista en todos lados. Cuando estoy listo para escuchar su idea, escuché un sollozo. Volteé a ver confundido.

Era... ¿ella? Se estaba... ¿desesperando?

No encuentro nada Chat... —murmuró al borde del llanto. Abrí los ojos como platos—. To-todo es mi culpa, soy una pésima heroina —sollozó aún más. Se me rompió el corazón. Pobre. La abrazé, sin dejar de vigilar a los antagonistas de París.

Todo el peso del cuidado de una ciudad cae en el héroe que la cuida. En este caso: LADYBUG y yo. A veces uno puede llegar a quebrarse. Ese momento llegó para ti, Ladybug. Pero yo estoy aquí, para apoyarte.

No te rindas —le dije apoyando mi mano derecho en su hombro; en señal de confianza mutua—. ¿Recuerdas lo que te dije el primer día? ¡Tu puedes! Solo debes tranquilizarte. Recuerda: todos creen en ti... Incluyendome —le giñé el ojo, divertido.

Sonrió. Asintió y me agradeció con los ojos. Como siempre, llegó Chat Noir para ayudar a su compañera.

***

¡Ganamos! —dijimos sonrientes. Alguien pareció despertar. Los ojos de la moteada brillaron.

¡Maestro Fu!! —gritó alegre Ladybug.

Ohh —El anciano nos observó curioso. Palpó su cabeza calva—. Que lindos trajes tienen jovencitos ¿Donde los consiguieron?

¿Que...? ¿Acaso el maestro no recuerda nada?

Pero...

¡Un momento!

¡Aún no arreglaste las cosas Mi Lady! —le recordé, emocionado.

Es cierto —reconoció igual de alegre—. ¡Miraculous Ladybug!

Todas las mariquitas salieron y devolvieron todo a la normalidad; como siempre. Volteamos con ilusión y la bichito le preguntó:

Maestro, ¿ahora nos recuerda?

Lo siento jovencita no recuerdo nada —La desilusión merodeó en nuestros corazones—. Pero... Tengo este llavero.

Nos mostró un llavero igual al objeto que el amuleto encantado. Ladybug pareció entender porque suspiró.

Porque el mejor regalo es la vida misma —decía su carta según mi compañera de batallas.

Me levanté y mire a través de la ventana. La luna lucía triste ¿Y como no? Un gran hombre se había retirado.

Revise por última vez la carta que Ladybug me dió. Según me dijo, el Maestro Fu lo había escrito para mi. La única frase que hacía incapie en mi mente.

Nunca desconfies del amor. No hay fuerza más poderosa que ella.

Quizás tenga razón. He descubierto que el amor puede ser muy poderoso y, a la vez, lleno de obstáculos y colinas empinadas. Solo es necesario un poco de suerte. Suerte de la Catarina. Y la mala suerte de un Gato Negro.

Este es el prólogo o introducción de mi primera historia

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Este es el prólogo o introducción de mi primera historia.

¡Ah! Estoy emocionada! Espero que comprendan mi poca imaginación y falta de ortografía. Antes de todo. Gracias a todo lector que lo vea. Está historia está dedicada a @ reyliza12, mi amiga y la que me motivó —sin saberlo— a poder publicar esto. Y a muchos otros que leen mi primer fanfic Miraculous Ladybug.

Valenciahistorias03 se despide señores...

Bye ❤ ✔

Cambio De Amores ¹      [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora