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Adrien Agreste Graham de Vanily

Me fijo si el auto ya llegó. No. No hay ni rastro. Me masajeo el cuello para aliviar la tensión. Esto de ir a reuniones es mas que tortura para mi. Como la vez en la que tuve que estar toda la noche -en una pasarela de Gabriel- junto a las manías de demostrarse superior de Chloe. Estaba tan cansado que casi me golpeé la cara contra la barra de bebidas.

-¿Debemos esperar aquí con todo este calor? -preguntó Plagga visiblemente incómodo. Claro. Estar dentro de una camisa blanca no es muy refrescante con este clima. Y peor aún, estando afuera-. Hubiera sido mejor ignorar a tu padre y quedarnos con tu crush.

-¡¡Oye!! -exclamé ahora ardiendo, pero no causado por el sol. Ahora sé como se siente un huevo siendo freído-. Aunque... es cierto. Para mi también sería mejor estar con ella ahora. Digo... Estar estudiando con ella.

Las hojas de su cuaderno de notas que me prestó para copiar las fechas claves, nombres de personajes célebres y acontecimientos especiales durante esa guerra civil; estaban en mi escritorio, estando pegadas con sumo cuidado en la pared en donde tengo las fotos que nos tomamos cuando fué la foto escolar. En Reflekta.

Y me servirían para entregarle mañana mismo en la primera hora -mi crónica- a la maestra Bustier.

-Comería Camenbert hasta atragantarme... ¡¡que lindo!! -Empezó a soñar despierto-. Imagínate: Cuando te cases con ella, habrá en su refrigerador queso diario. Y cuando tengan hijos habrá más manos para que me atiendan. Todo será perfecto. Claro que uno tendrá que salir con mis gustos en queso. Lo elegiré como el nuevo o nueva Chat Noir y será grandioso. Correremos juntos mientras tú y tu Princesa tiemblan de miedo.

Lo observe meneando la cabeza negativamente ¿Cómo alguien tan pequeño tiene tanta imaginación?. Pero su alucinacion me dejó pensando. ¿Yo y ella juntos, formando una familia y teniendo hijos?. Me sonrojé de solo imaginarlo.

Vale la pena soñar, ¿no?

Me golpeé las mejillas suavemente para poder concentrarme. Además, ¡¿quien demonios le autorizó para que elija a alguno de mis niños para este trabajo peligroso?! Por supuesto que no. Marinette no lo permitiría... y yo cobraría los platos rotos de su furia...

¡¿Qué estoy pensando ahora?! ¡Maldito kwuami manipulador!

Noté el auto que ya estaba llegando... Pero, no es el de mi padre... Es el de Kagami. ¿Ah?

-Hola Adrien -saludó la azabache bajando del auto y agarrandome del brazo con un poco de fuerza. Cabe decir que no era nada placentero. Sonreí forzosamente.

Hay veces en las que se parece a Chloe o Lila con uno de sus abrazos. Aunque sé que no lo hace por fanática, solo porque no controla su peligrosa fuerza de esgrimista.

-Hola Kagami.

-Joven Agreste, un gusto saludarlo.

Asustado, volteé lentamente y me encontré con la mujer de lentes oscuros y andar firme. Tocó mis pies con su bastón y se detuvo. Durante los tres años que me paseé con su retoño en su manción, descubrí su deseo de tener mucha vegetación en el patio trasero de su casa. Al igual que el altar de mi madre. Enternecido por la casualidad, le regalé un árbol de cerezo o Sakura.

La cual está sembrada en el jardín. Al centro. Símbolo de la eterna amistad entre los Agreste y los Tsuguri.

-Muy buenas tardes -hice una reverencia y alli descubrí que la sonrisa de mi compañera esgrimista era herencia de familia. Algo difícil de presenciar si no eres de la confianza o simpatía suficiente.

Cambio De Amores ¹      [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora