Por cierto— y antes de que se me olvide—,soy un zombi.
¡Tachan! ¿Sorprendidos? Parece increíble, ¿eh?
Más me lo pareció a mí cuando los no muertos acabaron por conquistarlo todo: mi casa, mis amigos, mi familia, mi patria, mi ciudad ,Barcelona,el país entero... Todo el jodido mundo se ha ido al garete por culpa de <<la plaga andante>>; así nos llaman. Apuesto a que le puso el nombre algún friki amante de las películas de terror de serie B. No obstante, eso ya no importa. La cuestión es que, hoy por hoy, hay más cadáveres andando por las grises y funestas calles de los que se hallan reposado en todos los cementerios de este macabro y devastado planeta.
Claro que a mí eso me da igual. Yo no pertenezco a la minoría de humanos desdichados y atemorizados que aún quedan atrincherados en los edificios, barrios o ciudades fortaleza. Y eso, si han sido listos...
No, yo pertenezco a los no muertos; Huelo mal y me pudro igual que ellos— de hecho, el otro día tuve que pegarme un trozo de oreja con loctite—.Joder,?¡me gustaban mis orejas! Mie ex novia solía decirme que eran perfectas. En fin, que soy como ellos. Pero, por algún motivo, durante la transición, cunado me mordieron hace ocho meses y me lo arrebataron todo, hubo una sola cosa que no pudieron quitarme: el alma.
Pues sí : soy un caminante, soy un asqueroso y putrefacto zombi, pero conservo una parte humana; pienso, razonó, y hasta he conseguido desarrollar estímulos cercanos a los sentimientos. Seguramente lloraría si los nervios lacrimales me funcionasen, y me reiría a carcajadas si mi creador no hubiera arrancado parte de los músculos maxilares de mi cara de un mordisco. ¿Os imagináis la putada que es eso?
Me he pasado meses enteros intentando encontrar a alguno como yo, pero al final he desistido; no son más que máquinas estúpidas y bobas que ignoran todo aquello que no contenga un corazón palpitante en su interior.
O sea, que me remito a cuando decía que estoy solo, pero de verdad. Atrapado en mi cuerpo ultrajado, cuyas necesidades fisiológicas —o, para ser más precisos, la carencia de ellas— han cambiado hasta límites insospechados.
De todas formas, no los preocupéis por mí. Lo llevo bastante bien.
Ya me he acostumbrado a mis catorce grados de temperatura corporal—los aseguro que cuando se es consciente de ello, resulta muy molesto —.Por lo demás, voy arrastrándome satisfactoriamente.
Así que todo va viento en popa,vamos.
Sólo hay un pequeño problemilla, y es que yo soy un zombie, vosotros sois humanos... Y empiezo a tener hambre.Fin parte I
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Diario de un Zombi
RandomDiario de un Zombi nos transporta a una Barcelona post-apocalíptica enterrada bajo las cenizas de la devastación donde el ser humano se ha extinguido casi por completo. Una historia en la que los hechos están narrados desde una perspectiva muy...