Tengo una pregunta que haceros: ¿Os gusta el cine? Admito que a mí no me gustaba demasiado antes de <<mudar la piel>>. A excepción de algunos casos que eran de mi interés, la mayoría de producciones se me antojaban como una forma vaga, pero definida, de hacer que una serie de gente que sólo se preocupaba por el dinero consiguiera precisamente eso: dinero.
Tampoco es que yo dispusiera de demasiado tiempo libre, la verdad. Mi vida era bastante ajetreada, y si podía tomarme un respiro, solía dedicarlo a otros menesteres.
Sin embargo, ahora...bueno, ahora es más bien todo lo contrario.
Precisamente tiempo libre es lo que me sobra.
Pensadlo bien: ¿Qué haríais vosotros en mi situación?
Imaginad que tenéis toda una ciudad cosmopolita como Barcelona a vuestra entera disposición. De acuerdo; está en ruinas, apesta a cloaca y a carne putrefacta, la invade una bruma ennegrecida por las noches y un gris plomizo durante el día. No hay luces encendidas por ninguna parte, y las pocas que quedan seguramente parpadeen intermitentemente, sin que nadie las contemple, bajo las estaciones de metro abandonadas. Pero aun así, es vuestra ciudad. Nadie la reclamará jamás, y nosotros sois el único zombi del mundo al que podrían darle récord Guiness de coeficiente intelectual.
Por lo tanto, repito: ¿Qué haríais?
Antes de responder, dejad que los cuente algo.
Era el decimoséptimo día de mi no vida. La ciudad estaba sitiada, condenada por completo. Yo me mantuve al margen, por supuesto —más que nada por cuestiones de ética —.Pero decidí subirme al tejado de alúmina de un pequeño quiosco colindante con la antigua Plaza Cataluña y contemplar desde una distancia media cómo un grupo de, aproximadamente, doscientos zombis—que con el paso de los minutos se convirtió en una auténtica multitud—aporreaba interrumpir a mente el fino portón de acero forjado de un gran almacén, cuyo nombre tenía algo que ver con un británico que se había cortado.
Al final, y por pura imposición de las leyes de la física ,los muertos consiguieron echarlo abajo. Y como si de una colonia de ratas huyendo del peligro se tratara, fueron entrando hacía el interior del establecimiento, formando una indomable masa voluble que avanzaba a empujones arrebatadores e impulsivos. Sólo que ellos no eran ratas y, desde luego no huían de nada ni de nadie.
Sabía perfectamente lo que querían. No hubo dudas al respecto. Incluso desde donde yo estaba, sentado en mi butaca VIP de primeros fila, podía oler la sangre de las, al menos, quince personas que se resguardaban dentro de aquel edificio. No olvidéis que los podridos tenemos un sentido del olfato increíblemente desarrollado. Es lo que tiene mirarte al espejo por las mañanas, poder contemplar parte de tu tráquea y aún así comprobar que sigues en pie. El caso es que, durante las siguientes tres horas, lo único que se escuchó en el ambiente crepuscular fue un popurrí de gritos. Algunos más agudos que otros, pero todos y cada uno de ellos eran de auténtico terror, haciéndose cada vez más escasos hasta que de pronto cesaron. Punto final. El espectáculo había terminado.
Reconozco que almenos fue entretenido. Pero apartir del mismísimo instante en que me bajé del quiosco y eché a cojear, se me formuló en la cabeza un problema bastante inquietante. Y es que si yo era prácticamente inmortal, ¿qué coño haría para distraerme?
Pues muy fácil : ir al cine.
Lo vi bien claro una vez cruzada la solitaria Gran Vía. Ahí estaba, enfrente de mis narices, un enorme cartel con letras polvorientas que rezaba: << COLISSEUM. Soy leyenda Will Smith?>>.
Manda cojones...
Yo nunca he sido ningún manitas, pero digamos que al menos sé darle a la palanca, y más si al lado de dicha palanca está escrita bien grande la palabra ON.
Así de fácil fue poner en marcha el generador de energía autosuficiente del que disponía la sala de controles del cine. Y no fue mucho más difícil encajar la película de nuevo en el proyector.
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Diario de un Zombi
LosoweDiario de un Zombi nos transporta a una Barcelona post-apocalíptica enterrada bajo las cenizas de la devastación donde el ser humano se ha extinguido casi por completo. Una historia en la que los hechos están narrados desde una perspectiva muy...