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Un día más, un día menos, cerré mi casillero al tener todo lo necesario para poder terminar mis tareas pendientes esta noche, caminé hasta la salida del instituto de la universidad, han pasado dos meses que ingresé como tal, hace dos meses que cambié mi vida, hace dos meses dejé el país en el que crecí o eso es lo que mamá me ha dicho.

Al llegar a casa mire a mamá, una de las mejores abogadas, al veme me dio un beso en mi frente.

—¿Cómo te fue el día de hoy, mi niña? —me pregunto mientras guardaba unos documentos en su bolsa.

—La universidad es la universidad, mi vida es mi vida, no me quejo— tome asiento en el sofá.

—No suena que haya sido un día agradable— soltó una risa— ¿paso algo?

—Defendí mis derechos como estudiante basándome en el reglamento, lo hace una chica que está estudiando derecho— me justifiqué.

—Serás una gran abogada, tengo por seguro— me dio un beso más para salir de casa.

Una vez mamá, se fue a trabajar dejándome sola, me puse de pie para caminar hasta la cocina dónde la cena ya estaba servida, tome un plato y serví, a la altura en la que estaba podía ver el sofá y la pantalla, tomé el control remoto encendiendo la televisión buscando algún programa que me pueda entretener. Cómo dije hace dos meses que cambié mi vida, mi nombre es Lee Tn, soy de nacionalidad surcoreana, sin embargo, mis padres me tuvieron en estados unidos ya que deseaban que tuviera un poco de más oportunidades en mi vida.

Mis padres son uno de los mejores abogados, antes de que tenerme y que vida era de novios, se fueron a estados unidos por una oferta de trabajo, desde entonces han vivido en los ángeles como tal, claro que regresaban a Seúl por su familia, sin embargo, su decisión fue vivir en el extranjero.

Estaba tan acostumbrada a mi vida que a pesar de ser coreana algunas cosas se me complicaban, en el caso de mi papá el logro meter a la cárcel uno de los asesinos más buscados de Corea del Sur Kim Sung, un casó que se llevó en California, logrando una sentencia de 60 años, pero nadie espero fue qué él mismo Kim Sung amenazó de muerte a mi papá con su vida.

 Los años pasaron y tal como lo dijo, papá fue encontrado muerto afueras de la ciudad, mamá al igual que mi familia estaba destrozada.

Desde entonces tomo los cargos de papá haciendo que perdiera totalmente los días de verla, desde pequeña mi abuela cuido de mí, que mamá fue por ella hasta corea y la llevo a vivir con nosotros a los ángeles, su pobre nieta de 10 años sufrió mucho en silencio. Cuando reciente cumplí los 19 años la firma de abogados ofreció un mejor puesto de trabajo y ese puesto está aquí en Corea del Sur, no podía negarme, se puede decir que tuve todo lo que deseaba de niña.

Lleve un poco de arroz a mi boca, hasta que la señal del clave se puso un poco extraña

Lamentamos cortar la transmisión del programa, pero una vez más la famosa banda acaba de hacer de las suyas. Atracaron uno de los bancos de la ciudad, llevándose una suma y alta cantidad de dinero dejando muchos muertos

Se les recomiendo cerrar puertas y ventanas, ya que está banda es de mucho peligro.

Apague el televisor, desde que llegué a este país mencionan mucho a esa banda de asaltantes, pienso que cada país tiene sus problemas tanto políticos, justicia entre otras cosas, tome mi plato y lo lleve al lavabo para poder lavarla, al terminar abrí la ventana que estaba enfrente del lavadero, logre ver a mi vecino que vive aun lado.

—¡Hola Tn! — sonrió.

—Hola— le respondí el saludo, vamos en la misma universidad, solo que es un año menor que yo.

Subí al segundo piso para dirigirme a mi habitación me cambié mi uniforme por ropa más cómodo, aquí es cuando me pregunto, ¿Quién carajos nos hace usar uniforme? Pero... ahora que lo pienso voy a una privada de alta prestigiada, era viernes. 

 Regrese al primer piso por mi mochila y volver a mi habitación, saque todo lo que tenia de pendientes mientras escuchaba música en mi celular con los audífonos puestos.

En eso, mi celular empezó a sonar interrumpiendo mi música, al ver el nombre de mi abuela en la pantalla sonreí.

—Abuela.

—Tn, mi niña, dime ¿Cómo estás? — me puse de pie, me asome hacia la ventana de mi habitación viendo el patio trasero, mis vecinos seguían afuera y por lo que vi estaban arreglando su jardín.

—Aun no me acostumbro como tal.

—Pero si son tus rices— dijo entre risas.

—Mis padres me acostumbraron a vivir en un lugar que... ver el pulpo vivo para cenar me da un poco de asco.

Nuestra platica consistía en algunos alimentos no me gustan como tal al comer, tampoco el sistema educativo tan presionado y los estándares de belleza que marca el país, además de que debía de cuidar mi alimentación, al terminar la llamada regrese a estudiar, mamá quería que fuese una gran abogada como lo es ella, incluso tiene pensando en abrir su propia firma de abogados asociándose con su jefe, pero ¿eso se podría hacer?

Las horas pasaron lo más rápido, baje el volumen al sentir un poco de sueño, me quite los audífonos sobre mí escritorio... ya estaba cansada, me moría del agotamiento, baje a la cocina por un vaso de agua, debía de tomar una de mis pastillas bajo la presión, deje el vaso sobre el lavabo lavándolo de nuevo, el atardecer estaba por llegar, se veía hermoso y mire a mis vecinos ingresando a su casa con todos los materiales de jardinería.

Volví a mi habitación dejando la puerta abierta y con la luz de mi lampara para sentarme en el escritorio queriendo estudiar.

Estaba tan cansada que no supe en qué momento me había quedado dormida.


THE KILLER [+18 JK] Editada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora