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Un beso, era lo que mi mente trasmitía en éstos. Me alegro de que no sea mi primer beso, no juzgo a nadie, pero me daría mucha pena al decirle que jamás había dado uno, a mis 19 años he visto cada cosa.

Nuestras lenguas se encontraron haciendo el primer contacto, mis manos seguían rodeando su cuello, mi respiración ya estaba agitada.

Me separé de él al sentir como su mano subió sobre mi cuerpo, me estaba acariciando, subió a mi mejilla, estaba tan agitada, la luz de mi lámpara de noche era lo único que iluminaba mi habitación en estás cuatro paredes.

— Preciosa, quiero que respondas lo siguiente, sé la más sincera— el tono por el cual me hablaba era... Neutral, solo asentí moviendo mi cabeza— ¿Eres virgen?, ¿Alguna vez te has tocado?

Madre de Dios, como anteriormente había dicho, a mis 19 años es común saber que a esta edad algunas jóvenes o adolescentes no son virgenes, en mi caso todo lo contrario.

Ciertamente no me sentía mal, mamá ha mantenido conversaciones conmigo acerca de la sexualidad, incluso ella me contó sus experiencias al lado de papá.

La razón es simple, he tenido novios, un beso o una tocada he llegado a sentir hasta cierto límite que yo he puesto en ellos, límite que respetaron. Sin embargo, no me sentía lista para dar ese paso de con quién sería mi primera vez, para ser franca aún deseo que mi primera vez sea linda, romántica y con una persona a la cual este segura de entregarme, no tener todas esas inseguridades que aún siento en vez en cuándo.

Por otro, en tocarme no he llegado tan lejos... Nunca me he tomado como en sí, solo lo básico que vendría siendo la fricción con la almohada, viendo un video porno, pero no debe ser. Mire a Jk, estaba atenta a mi mirada, no tenía la valentía de decirle, gire mi cabeza en busca de las palabras, pero no salían.

Hasta qué,tomo mi barbilla, logrando que lo viera a los ojos.

— Tu silencio me ha dado la respuesta, muñeca— me quedé callada.

Tal vez no decepcioné, tal vez ya no me verá como me veía hace unos segundos, tal vez ya ni le agradó sexualmente.

Escuché una risa de su parte, se puso de pie, mire como caminó quedando frente a la jaula de Bunny. Se quitó la máscara dejándola sobre su jala, noté como de su pantalón saco el antifaz para así colocarse, giro en sus talones viéndome de frente, alzó su mano y con uno de sus dedos hizo la seña de que me acercará a él. Con nervios lo hice, dando pasos cortos, lentos y temerosos quedando frente suyo.

Rodeó mi cintura con uno de sus brazos, con la libre guío mi cabeza quedando tan cerca de la suya, su aliento pega en mis labios, debo decir que esto se veía tan caótico, tan erótico, tan jodidamente excitante.

— No sientas vergüenza, es común que aún no experimentes nada, Tn— mi nombre, sabía mi nombre, ¿Cómo lo sabía?

Mis sentidos se nublaron de nuevo, sus labios fueron a mi oído dando un suspiró sobre este, para así sentir tu olor, olía el mío. Sus labios recorrieron hasta mi cuello, cerré mis ojos e incluso hice mi cuello hacia atrás dejando que siguiera con lo que estaba haciendo. Se sentía tan bien.

— Déjame ser el Primero— dejó un beso húmedo sobre mi cuello— déjame ser yo quien te toqué y te haga sentir la sensación de lo que es tocarse.

Solté un suspiro y gemí cuando mordió mi cuello, solté un sí como respuesta. Rápidamente se impulsó cargando mi cuerpo para así tumbarse sobre mi cama conmigo. Mi cuerpo dio al colchón, nuestros labios se unieron, formando el beso más desesperado que había sentido, no me molestó, al contrario, me estaba gustando.

Sus manos fueron a mis pantalones de pijama, ahora es cuando agradezco haberme puesto unas bragas adecuadas y de estar depilada, más que nada lo hacía por sentirme cómodo conmigo misma y no por otra cosa, que aún no me sentía lista, pero al estar con el admito que yo misma me sorprendí.

Al bajar mis pantalones, una sonrisa se dibujo, llevaba puesto una lencería de encaje color blanco, se fue acercando, abriendo mi piernas quedado frente, suspiré cuando fue bajando, besando cada centímetro de mi piel.

Lo siguiente que sentí fue glorioso: uno de sus dedos ingresó en mi nuevamente, ya estaba un poco húmeda. Sus dedos se movían sin parar, aún seguía húmeda por lo que pasó hace unos segundos que debo decir que no fue impedimento para que ingresará en mi. Sin embargo, lo siguiente fue que me hizo soltar de placer, gritar y sentir mi corazón latir rápidamente

Mis bragas las hizo aún lado, su lengua daba en mi punto G, quería tocarlo, fue entonces cuando recordé aquellos videos que solía ver en la privacidad mía, por debajo de mi blusa y de mi brasier lleve mis dos manos a mis pechos, acariciando los mientras el me seguía. Al parecer le gusto, pues claramente logré escuchar un gruñido de su parte.

Mis piernas empezaron a temblar, un cosquilleo extraño, finalmente, lo que creí jamás podía sentir paso y era... Glorioso: llegué a mi orgasmos, mi corazón daba latidos tan rápidos que no sentía, mi pecho subía y bajaba, mi respiración era un caos total.

Veía estrellas a mi alrededor, el cuerpo me sudaba, mire hacía abajo y al notar como se relamó sus labios fue inexplicable.

Gateo hasta donde estaba.

— Abre la boca...— su respiración está agitada, pero hice caso a su orden, abrí mis labios.

Uno de sus dedos estaba a mis labios probando mis propios fluidos. No me pareció asqueroso, todo lo contrario. Fue cuando mi mano fue a su mejilla, lo mire a los ojos, pocas veces tenía este cercamiento a su lado, mire como tenía una cicatriz en su mejilla.

Mi dedo índice se dedicó a acariciar dicha sona.

Al día siguiente, desperté al sentir el frío entrar por mi ventana, me senté sobre mi cama dándome cuenta que tenía una cobija cubriendo mi cuerpo, con mi blusa de arriba, pero no con mis pantalones, una sabana la cual era de la cabezera de mi cama estaba en el cesto de ropa sucia.

No me di cuenta en qué momento me quedé dormida, mire a Bunny dormir en su jaula, me puse de pie caminando hasta la ventana.

La puerta se abrió, mire a mamá entrar por la habitación con su ropa de la oficina, por lo que pude ver había llegado del trabajo. Se adentró más dándome un beso en mi mejilla.

— Buenas días mi niña, lamentó no haber llegado anoche. Estaba terminando las evidencias de un caso.

— Mamá, no pasa nada — sonreí— me imagino que el caso está por dar comienzo...

— Si— cerró sus ojos al estirar su cuerpo— veo que te has quedó el calzones al dormir.

— Si... Hacía mucho calor y bueno, ya sabes— reí.

Mamá hizo lo mismo.

— Prepararé el desayuno, me iré a descansar después, pan tostado con¿Mermelada de fresa o Nutella?

— ¿Puede ser amabas?— dije, me sonrió y dio un beso en mi mejilla para salir.

Cerro la puerta, suspiré de nuevo, en eso; logré ver sobre la jaula de Bunny una máscara. Camine hasta ella viendo la máscara que todas las noches aparecía en mis sueños, en cada rincón de mi vida y las veces que sea necesario, aún lado de la jaula de Bunny había una nota.

Dejalo en el lugar donde la has tomado, vendré por ella

~Jk The Killer

Cerré mis ojos, no fue un sueño, una lágrima salió de mi mejilla, no fue de miedo, odio, terror, tampoco de felicidad, fue de satisfacción, de sentimiento.

Mire a Bunny dormir tranquilamente, tome mi conejo de peluche abrazándolo, mirando hacía la ventana, había sido la primera vez que alguien me tocaba, que iban a los límites que ponía.

Y, me gustó, me agradó y fue mejor de lo que pensé, pero ¿Por qué en mi pecho y en mi corazonada me decía que esto no traería nada bueno?

THE KILLER [+18 JK] Editada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora