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Hay un ángel a mi lado: Ella tiene sus grandes ojos en ti, se está moviendo cosas por la habitación, pero ella realmente quiere moverte. Escucha al ángel si mente está fija en ti...Mejorar, moverte, tu mente aún está fija en ti.

Hay un ángel malo dentro de mí y yo soy el que está hablando a través de ella, dice que el dinero te compra la libertad y la libertad te trae la elección, pero no tienes razón para hablar en la voz de otra persona.

Ella es en parte chamán, es parte embaucadora de un espíritu aleatorio perdido y encontrado, sí alguna vez te sientes mal solo detente y piensa qué está por aquí; no ignores al ángel. Recuerda que ella ve mucho más de lo que tú y puede confundirte, usarte viendo todo lo que haces.

Podría guiarte como también puede engañarte con toda su información con el poder de sacarte. Pon tú confianza, sabe lo que es bueno para ti protegiendo burlas, hacer justicia por ti, pero no tienes razón para hablar.

En la voz de otra persona.

El ángel malo puede guiarte.

Ten cuidado, ella también puede engañarte: Confía en tu ángel malo...verá hacer justicia por ti.

...

—¿Jungkook?— me separé de Mark, camine hasta donde estaba, pues me sorprendió verlo en este lugar.

— Tn...— me sonrió.

—Tn— al escuchar mi voz por segunda ocasión, me gire viendo a Mark caminando, tomando mi mano— ¿Quieres que te lleve a casa?

— No te preocupes, ya me siento mejor. Que te parece si... Mejor vamos al show de talentos que organizo la universidad.

— Si eso quieres, es perfecto— me tomo de la mano, estrelazandolas.

— ¿Vienes?— le pregunté a Jungkook, pero ya no estaba— Uh, ¿A dónde fue?

— No lo sé, no me di cuenta en el momento que se fue— Mark lo comenzó a buscar de la misma manera que yo— bueno, vayamos.

Asentí, caminamos al área de zona donde la universidad monto un escenario. Sonreía y aplaudía, mire a Lisa bailar, si algo sé es que ella sabe bailar bastante bien y por lo que me comentó desde niña bailaba, tiene una carisma grandioso.

Al caer la noche me despedí de Mark, me pidió llevarme a mi casa, pero el hecho de sentirme perseguida o que ocurra lo mismo aquél día con Kai, no es algo que deseo.

Me despedí de él, caminé por la zona ingresando a una tienda, el sonido de la campanita se hizo presente, saludé al qué atendía.

A decir verdad desde que se fue mamá compro paquetes de ramen, no es que no sepa hacer de comer, pero admito que me da cierta pereza hacer algunas cosas.

Tomé la canasta comenzando a ver que podía escoger, al final terminé comprendo 10 paquetes de remen, algo de queso y unas latas de refresco al pagar me sonrió el Chico.

— ¿Aún no puedo tener tu número telefónico?— me entregó la bolsa.

Reí— Lo siento, pero cuando te digo que es lo mejor creelo— salí de la tienda con mis respectivas bolsas.

—¡Espera!— me llamo.

Detuve mi paso, observé cómo se quitó el chaleco de la tienda y llegó una chica en su lugar. Caminó hasta donde estaba.

— Mi turno termino, te puedo acompañar a la cuadra en donde vives. Me di cuenta que no vivimos lejos el uno del otro.

— ¿Me has estado siguiendo?

— No, fue casualidad.

Caminé a la distancia prudente, aunque nuestra conversación no termino del todo. En eso, al estar por el callejón donde suelo ir, me detuve al ver cómo un gato negro salió de un callejón, escuché una risa de su parte.

Eso solo significaba una cosa... No puede ser.

— ¿Te dan miedo los gatos?— me sonrió.

— No, pero yo puedo llegar desde aquí, mejor ve a tu casa.

— Oye, también tomo este caminó y subo las escaleras. Tranquila.

— ¡No! Mejor vete por otro lado, rodea la zona— bien, ya tenía miedo.

Pero antes de que le respondiera a todo lo que me decía, detrás de mí mire una máscara, no era de conejo. Sin embargo, si era de un animal, estaba destrozada, la sangre se podía ver y veía como caminaba hasta donde estabamos. Mis piernas dejaron de responder, caí al suelo.

— ¿Estás bien?

Solté un gritó cuando un cuchillo pasó sobre su cuello derramando la sangre, mis compras ya estaban en el suelo del mismo modo. Un chico, un ser humano, una persona a quien desconocía fue asesinada frente a mí por el simple hecho de haberme hablado.

Mire como arrastraron su cuerpo, me tomaron de los brazos girandome poniéndome de pie bruscamente. Al tenerlo frente a mí, con aquel antifaz solo significaba una cosa. Forcejeo al querer separarme de él, cubrió mi boca con una paleacate evitando que hablara y así poder tomarme como más le plazca.

Durante el camino no dije ni una sola palabra, tenía un saco en mi cabeza, me cargaba como un costal de papas. Pero al escuchar las ramas, más hojas y que él ambiente era cálido como friolento, la humedad no hacía falta saber en dónde estaba siendo llevada.

Cuando escuché la madera, supe que llegamos a una cabaña (eso quería suponer) entré con él, me dejó sobre el colchón que ya conocía, me quitó el costal dejándome ver quién se encontraba frente a mí.

Era una de mis compañeras de salón de clases. Podía ver cómo estaba golpeada, amarrada en aquella silla

— Me alegro de que seas testigo de todo lo que está perra ha hecho— mire como saco la navaja.

Y sin pensarlo, clavo el filo en su cuello, me observó para así sacarlo y ver cómo chorreaba, mi rompa se ensució de nuevo, dando a mi rostro. No había nadie más, solo nosotros.

Al caer el cuerpo, mire como la arrastró llevándola fuera de la habitación, cuando regreso se inclino quedando a la altura en la que me encontraba, en sus manos tenía una botella de agua, abrió mi boca metiendo unas pastillas como el agua de aquella botella.

Tosi un poco, con una de sus manos acaricio mí mejilla, tenía sangre fresca como seca. Sin embargo, comencé a sentir calor, apreté mis piernas y mi parte baja comenzó a darme cosquilleo.

— Muñeca, ¿conoces la Viagra?— acaricio mi cuello y en forma de como lo veía, ya no era de terror.

THE KILLER [+18 JK] Editada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora