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Es la capacidad de un individuo para sobreponerse a períodos de dolor emocional y traumas. Se corresponde, de manera aproximada, con el término "entereza". La teoría dice que es la capacidad del individuo de ser asertivo y tomar una decisión cuando se tiene la oportunidad de tomar una actitud correcta, a pesar de tener miedo de lo que eso puede causar.

Por consiguiente, esta cualidad se origina cuando la persona demuestra si sabe o no hacer frente a una situación de presión, superarla e integrar el aprendizaje a su vida.

Lo opuesto a la anomia.

Vea también el significado de Anomia.

La palabra, aquella palabra se refiere a la capacidad de sobreponerse a momentos críticos y adaptarse luego de experimentar alguna situación inusual e inesperada. También indica volver a la normalidad, es un término que deriva del verbo en latín que significa "saltar hacia atrás, rebotar".

Es una aptitud que adoptan algunos individuos que se caracterizan por su postura ante la superación de una adversidad y de mucho estrés, con el fin de pensar en un mejor futuro.

No obstante, no todas las personas poseen esta característica, aunque tampoco se relaciona con la genética. Muchas veces esta habilidad es desconocida por el individuo y la descubre únicamente cuando se encuentra en medio de una situación difícil que logra superar gracias a su postura de lucha y de seguir adelante.

Ahora bien, se denomina como a aquella persona que, en medio de una situación particular, es asertiva y convierte el dolor en una virtud como, por ejemplo, el padecimiento de una enfermedad, la pérdida de un ser querido, la pérdida de cualquier parte de su cuerpo, quedar en bancarrota, entre otros.

Algunos sinónimos que se pueden emplear para indicar la palabra son fortaleza, invulnerabilidad y resistencia, el significado de: asertividad y adversidad.

Dime, ¿Sabes de lo que estoy hablando?, ¿Sabes cual es aquella palabra?

...

Sus labios estaban conectados con los míos, mi lengua se movía con la de él, el beso era apasionado, rudo y la destreza en cada movimiento se podía notar. Sus manos me sostenían de mi rostro formando aquel beso más profundidad, un jadeo salió de mis labios al sentir como tiro de mi labio.

Quería comprender que era lo que sucedía, el porqué se sus acciones, y más que nada, tener la respuesta de que mi cuerpo reaccione ante sus toques, sabía hacerlo bastante bien. Bajo sus manos hasta mis muslos donde subí mi cuerpo quedando en su torso, enrollé mis piernas para así sentir mi cuerpo ser reposado sobre el colchón de mi cama, abriendo mis piernas a su merced acomodándose entre ellas.

—Vainilla—escuche su respiración. Cerré mis ojos con fuerza— Pero... todavía no estas lista para mí

—Jungkook— exclamé— nos pueden ver...

Era extraño, han pasado días desde que nos encontramos de ciertas maneras en la universidad, pero lo más extraño era que en todas aquellos encuentros jamás lo veía, no me estaba aterrando.

Y, quería una explicación, saber el porqué.

Ante mis palabras, dejo de besar la piel de mi cuello, ambos nos veíamos a los ojos, nuestras respiraciones estaban agitadas.

Al ser el más callado de sus amigos, me impresiono saber ciertas cosas que no hace al hablar.

—¿Te da miedo que nos descubran? — mire la situación en la que estábamos.

Nos encontrábamos en un salón de clases, ya no había ningun estudiante y se supone que a esta hora debería de estar en la biblioteca trabajando, sin embargo aquí estaba: sentada sobre el escritorio de algún profesor con las piernas abiertas y él entre mis piernas.

THE KILLER [+18 JK] Editada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora