En el garaje de la finca de Naruto, Sasuke mantenía su cabeza bajo el capó del Mustang, revisando la bujía que le comentó a su compañero que cambiaría. No pensaba cobrarle la mano de obra, sin embargo, mientras él trabajaba, Naruto estaba allí sentado sobre una caja.
Normalmente era él quien se ocupaba de su coche. Le cambiaba el aceite, comprobaba el agua de los limpiaparabrisas, revisaba el líquido anticongelante y esas cosas, pero en cosas más técnicas... él ya no entendía absolutamente nada. Tenía suerte que Sasuke supiera cambiar esas piezas, porque un mecánico le habría sacado un auténtico dineral, más siendo un coche extranjero.
- Gracias, Sasuke.
- ¿Por qué?
- Por cambiarle tú la bujía. En un taller me cobrarían un pastizal por eso.
- De eso puedes estar seguro – sonrió Sasuke – pero esto es sólo un rato. Es la bujía de encendido.
- No entiendo nada de lo que hablas, Sasuke – sonrió Naruto.
- Hay dos tipos de bujía, las de encendido y las de precalentamiento, dependiendo de si tu coche es gasolina o diésel.
- De verdad que entiendes mucho de coches.
- Tu Ford Mustang es de la segunda generación, entre el mil novecientos setenta y cuatro hasta el mil novecientos setenta y ocho. Tu coche es del setenta y seis y ese año apareció el cobra II. Era un recordatorio del Shelby Mustang. ¿Ves las bandas tipo racing? Este modelo en concreto se ofreció en varios colores, el tuyo... azul con bandas blancas. Era para rememorar al Shelby, el Mustang que participó en las carreras.
- No tenía ni idea de la historia del Mustang.
- Ohhhh – sonrió Sasuke – humilló a Ferrari.
- ¿En serio?
- Sí. Carroll Shelby nació en Texas, en aquel entonces, Ford era una marca americana que vendía coches familiares, de uso cotidiano, todos de color negro. Fracasó en varios negocios y al final, entró en carreras de coches. En aquel entonces, sólo competían marcas fuertes, como Ferrari, Chevrolet, Ashton martin, Jaguar y él... acabó entrando a la competición con un Ford. Fue el primer Shelby Cobra que diseñaron específicamente para competir contra Ferrari, quien siempre ganaba a todos. Venció al Ferrari 250 GTO. Ferrari se burló de ellos por fabricar coches familiares diciéndoles que jamás podrían competir contra ellos y mira... un Ford Mustang les ganó.
- ¿Por eso te gusta tanto el Mustang? – preguntó Naruto con una sonrisa.
- Odio Ferrari – sonrió Sasuke – siempre he creído que sí... tienen un gran coche, pero tiene demasiada popularidad para lo que es, es sólo otro deportivo. Me parece mucho más interesante un Lamborghini o el Mustang por su historia. Ferrari me parece un poco... ¿Cómo decirlo?
- ¿Altanero? – sonrió Naruto.
- Sí. Creo que se lo creen demasiado. Acepto que sea un buen coche, pero no me gastaría tanto dinero sólo por decir "tengo un Ferrari" – sonrió Sasuke.
Naruto no podía dejar de reír. Poco a poco iba conociendo a Sasuke. No le gustaban las cosas típicas o convencionales. ¡No! Él tenía sus propios gustos y eso le gustaba. No había conocido a nadie que no le gustase la marca Ferrari, pero ahí estaba el primero. Sasuke la detestaba por ser la típica marca donde los ricos se gastarían el dinero.
- ¿Por qué te ríes? – preguntó Sasuke.
- Es que en parte te entiendo. Tampoco me gusta que me digan lo que tiene que gustarme. Pienso que... nos meten los gustos por la publicidad. Es decir, quizá no me gusta algo, pero como es la moda... lo compras. ¿No? Eso no me gusta, así que entiendo que no te guste Ferrari. En todas las películas de ricos, sale alguien conduciendo un Ferrari, como si fuera la única marca de deportivos.
ESTÁS LEYENDO
Nunca lo imaginé (Naruto)
Fiksi PenggemarNaruto es un reconocido actor y rival de Sasuke Uchiha, con tan solo dieciocho años se ha hecho famoso y creen que es la mayor promesa del cine en mucho tiempo. Por su odio hacia Sasuke Uchiha, el actor juvenil más reconocido, jura no trabajar jamás...