Heart Snapshot [JiCheol]

🌸📸 Capítulo 10 📸🌸

—Espera ¿qué?-dijo el menor sin poder creerlo.—¿Me has obligado a escaparme de clase porque tienes hambre? Pues come algo, a mí que me cuentas.-indicó irritado.

—Quiero algo dulce, cómprame algo dulce en la cafetería y me lo traes. Esperaré en las gradas del campo de fútbol.

JiHoon clavó fijamente sus ojos sobre los del mayor esperando a que este le dijera que era una broma.

—¿A qué estás esperando? ¡Vamos! ¡No tienes todo el día!-rió dándose la vuelta y caminando hacia las gradas. 

Si las miradas matasen el joven JiHoon habría asesinado sin pudor al mayor en ese mismo instante.

Dirigió sus pasos hacia la cafetería indignado y comenzó a correr, tenía poco tiempo antes de que lo descubrieran. 

Una vez allí se aproximó al mostrador y contempló los dulces, más tras varios minutos pensando decidió cambiar de idea. 

Era su dinero y él detestaba los dulces, si tenía que pagar por algo sería salado. 

Pidió una bolsa de patatas y tras pagarla regresó sobre sus pasos, más una sorpresa lo esperaba fuera del edificio.

—Cuánto tiempo.-sonrió JiHoon al ver al joven pelinegro recostado en la pared de la estructura.

—Hola JiHoon.-le devolvió la sonrisa.—¿Qué estás haciendo aquí? Que yo me salte clase es normal, pero ¿tú?

—Bueno, es una larga historia que sinceramente no me gustaría mencionar.-rió nerviosamente.

Un silencio se apoderó de la situación durante algunos instantes, más el joven pelinegro lo interrumpió sorprendiendo al menor.

—Siento haberme ido el otro día, debí quedarme aunque ese idiota me amenazara. ¿Pasó algo malo?

—No tienes que disculparte. Además, no pasó nada.-sonrió.

Ni el mismo creía las palabras que había dicho. Estaba de perrito faldero de Choi SeungCheol, amenazado con hacer público un falso rumor que destrozaría su imagen en la universidad, todo en aquella situación estaba mal. 

Miro su reloj por quinta vez. El joven SeungCheol comenzaba a impacientarse por la tardanza del menor. Solo tenía que ir a la cafetería y volver, como máximo se tardaba cinco minutos, pero en cambio, habían pasado diez. 

Harto de esperar se levantó y emprendió el camino hacia la cafetería, sorprendido al ver lo que encontró allí. 

—¿Qué hace ese con JiHoon?-pensó irritado antes de acercarse a ellos. Cuando llegó rodeó al peliblanco por la cintura y lo apegó a él, apartandolo del joven.

—¡Oye! ¿¡Quién te dió permiso a tocarme, niñato creído!? Suéltame o te arrepentirás.-dijo amenazante JiHoon. Aunque sus palabras fueron en vano, pues SeungCheol mantenía su atención sobre el joven pelinegro que le sostenía la mirada. 

JiHoon no lograba entender por qué, pero percibía que ambos estaban entablando una seria conversación sin siquiera usar palabras. 

—Vámonos.-dijo sin más el mayor tirando de JiHoon, el cual se rehusaba a que lo agarrase de esa forma y hacia todo lo posible por soltarse.

—¡Puedes soltarme!-vociferó indignado el menor una vez llegaron a las gradas.

—¿Dónde está lo que te pedí?-dijo fríamente.

—Aquí.-le extendió la bolsa de patatas.-Odio lo dulce y no pensaba pagar por algo así. Si no te gusta hubieras ido tú. 

SeungCheol clavó sus rasgados ojos fijamente en el menor.

—¿Qué hacías con él?

—¿Te refieres a-dijo más fue interrumpido por un sonoro y seco sí. JiHoon lo miró extrañado antes de comenzar a hablar.

—Lo encontré cuando salí de la cafetería. ¿Eso que más da? 

—Te lo advertí JiHoon.-dijo el mayor acorralando poco a poco al menor contra los negros asientos de las gradas.—Que no jugaras con fuego, ahora te quemarás.-indicó muy próximo al rostro de JiHoon antes de marcharse con la bolsa de patatas en la mano. 

JiHoon aún no podía reaccionar. Sentía su pulso completamente acelerado y un ardor en sus mejillas. La misma inexplicable sensación que sintió aquella vez...

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Flashback

—Es una lástima que ya se esté acabando el verano, quedan tres días si no recuerdo mal.-dijo el pelinegro mientras contemplaba el azul cielo, en el cual ya se hacían notorias algunas nubes que alertaban de la proximidad del otoño.

—Lo único que cambia es la temperatura que hace y el tipo de ropa que usar, no hay por qué armar escándalo. Además, las estrellas siguen viéndose, algunas más que otras, pero permanecen en el firmamento. Podré verlas todas las noches como ahora, así que no me preocupa el cambio de estación.

—Ya pero volveremos a tener clases-suspiró.

—¿Y eso que más da?-preguntó.

El joven pelinegro perdió la paciencia al percatarse de que JiHoon no era capaz de deducir lo que pasaría, aún con las indirectas que le enviaba.

—No podremos estar tanto tiempo juntos, tendré que estudiar y no saldré.-dijo tratando de que el menor captara lo que trataba de decir. Sonrió satisfecho al comprobar que había funcionado, y que el joven cerró bruscamente el libro que leía para encararle.

—¿Qué has dicho?-preguntó nervioso JiHoon.

—La triste realidad.-trató de camuflar el sentimiento que invadió su cuerpo al ver la tierna reacción del menor volteándose para darle la espalda al peliblanco.

—¿No vas a estar más tiempo conmigo?-JiHoon golpeó suavemente la espalda del mayor, el cual ignoraba sus preguntas.—¡Oye! No me ignores.

El joven reía al escuchar las insistentes quejas de JiHoon.

—No sé si estaré contigo o con el libro de matemáticas.-burló.—Ah, que remedio, creo que nos volveremos mejores amigos. Lo siento JiHoon.

El menor lo miraba fijamente ofendido porque pretendía suplantarlo por un libro de texto. 

—Eres idiota.-indicó molesto.

—Lo sé.-rió.—Pero no es broma, probablemente no podremos vernos tanto. Por ello, ¿quieres celebrar una última noche juntos? 

Desconocía el por qué, pero el corazón de JiHoon se aceleró bruscamente.

—¿A qué te refieres?-pregunto nervioso.

—¿Que te parece si vemos las estrellas juntos por última vez? 

—No lo digas como si fueras a desaparecer, idiota.

El joven pelinegro sonrió ante el comentario del menor, aunque su sonrisa no tardó en esfumarse cuando, al llegar a casa, se enteró de la peor noticia de su vida. 

Su familia se mudaba a la ciudad.

Y eso implicaba no volver a ver a JiHoon.