Capitulo # 15

259 39 6
                                    

REPRIMIDA
Capitulo # 15
MI MADRE ESTA LOCA



Narra Serena

recorrí ese centro comercial como pude, sostenida de la mano de Darien y de las muletas; estábamos en busca de un celular, un teléfono inteligente con el que por primera vez tendría acceso a todo ese mundo que mi padre había evitado para mi durante años;  entramos a uno de los  locales de tecnología y ahí encontramos  diversos modelos, unos mejores que otros, unos más costosos e inteligentes que otros que al parecer podían hacer casi todo por ti...  Esto para mi suena increíble; el hecho de Pensar en lo que la tecnología puede hacer por ti en estos tiempos es asombroso, lo cierto es que Darien escogió un teléfono que al parecer satisfacería todas mis necesidades,  con el que hasta el momento lo único que podía y sabía hacer era llamar y recibir llamadas, jajaja la tecnología me empezaba a atropellar, no por que no los hubiera visto antes, de hecho todos mis compañeros de la universidad tenían uno de estos aparatos telefónicos solo que yo trataba de no estar cerca de ellos para no tener la tentación de querer tener uno, sabía que Don Kenji jamás me dejaría tenerlo mientras viviera bajo su techo, lo sabía bien ya que este tema varias veces había sido motivo de discusión con él y cuyo resultado nunca me hacía sentir bien, por lo que prefería mantenerme alejada de todo el mundo de la tecnología y de las cercanías sociales.

Hoy es distinto pues tengo un hombre a mi lado, diferente de todos los que había conocido, alguien que quiere abrirme las puertas al mundo y por eso me hace este regalo que aún no se como se maneja, pero que me regala un poco de libertad; después de comprar el celular, Darien me llevo a cenar algo en la zona de comidas, mientras degustaba una deliciosa hamburguesa  ensucie me cara de salsa y rápidamente vi una luz salir disparada a mi rostro, Darien me había tomado una foto con el nuevo celular y no dejaba de burlarse de la cara con la que había quedado en ella, lo que lejos de molestarme me hizo reír y es que definitivamente mi esposo era un hombre muy agradable... Mi esposo, vaya que rápido ha pasado todo, no puedo creer que Darien lo sea, un hombre al que conozco hace solo días, pero que siento que ha sido lo mejor que me ha pasado hasta ahora, en unos días como su esposa ha llenado muchas de mis expectativas; bueno, no como quisiera no con todas las de la ley gracias a mi madre que con sus promesas tontas tiene detenidas las ganas y el ímpetu que ambos nos tenemos, lo bueno es que ya sólo faltan 3 semanas para la boda y así ante Dios ser su esposa y al fin consumar la unión.

Dentro de ese centro comercial no hicimos mas que coquetear durante toda la tarde, más de una vez con mis besos insinuantes quise volverlo loco, pero Darien era un hombre que sabía controlarse, no perdía la razón fácilmente y aún así en su mirada siempre había deseo.

Después de comer decidimos regresar a la casa, una vez en el carro los besos apasionados iban y venían, sentí como Darien en un segundo reclino el asiento sobre el que iba sentada un poco hacia atrás, se acomodo en su asiento y puso en marcha el auto... no entendí por que había reclinado mi silla, hasta que sentí como una de sus manos recorría mis muslos y se habría camino a mi zona vaginal, una vez sentí el contacto de su mano en mi zona sensible gemí, cerré los ojos y lo disfruté, me gustaba el roce de su mano y ver como se humedecía los labios mientras lo hacía... Unos minutos después sentí que el auto se detenía por lo que abrí mis ojos y vi su rostro encima del mío; me beso como si quisiera arrancarme la boca, acomodó el asiento y dijo:

Darien: Llegamos, mejor lo terminamos en la habitación... si quieres

Asentí con mi cabeza, allá en ese cuarto sin duda alguna, estaríamos mas cómodos; yo  sabía que no pasaría nada mas que algunos besos y quizás un buen toque de su traviesa boca, pero por lo menos unos besos muy apasionados en la intimidad de nuestra habitación, serían una delicia que no quería dejar pasar y es que mi esposo me había demostrado que era un buen besador, ágil con sus manos y  lengua; me recargué con la muleta sobre él para entrar mas rápido a la casa; pero al atravesar la puerta de entrada escuchamos voces en la sala y fuimos a saludar;  me llevé una gran sorpresa al entrar pues tenía una visita que no esperaba y mucho menos a esas horas de la tarde, eran nada mas y nada menos que mi madre y mi hermano Haruka, esto si que me sorprendió y preocupó ya que mi madre no salía de la hacienda y mucho menos a París a menos que fuera estrictamente necesario

REPRIMIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora