Capitulo # 23

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REPRIMIDA
Capitulo # 23
ROMPIENDO UNA PROMESA


Narra Serena

Con paso firme y de la mano de mi esposo ingresé a la casa nuevamente, de entrada choqué con las miradas de mis padres, mi madre se veía enojada, mi padre por el contrario me veía sonriente extendió su mano para que me acercara a él, lo abracé fuertemente y empezó a decirme

-Kenji: Por qué estás enojada Serena? Estás a una semana de casarte y no deberías hacer corajes, debes llegar así de hermosa como eres al altar, el enojo te pone fea terremoto, las mujeres del hogar deben sonreír siempre, eso alegra la vida de sus esposos y tú debes hacer feliz a Darién

-Serena: Aún cuando no tengas motivos para sonreír papá?
-Kenji :Talvez no los tienes ahora, pero en el futuro los tendrás... notarás que si tienes un hogar, un marido que vele por ti e hijos que te enorgullezcan, no necesitaras mas, si es así, por que no tendrías motivos para sonreír?
-Ikuko: Pues yo carezco de motivos hoy, por que mi hija mayor a decidido desobedecerme y con eso me llena de decepción (interrumpió mi madre)

Respiré profundo sin dejar de ver a mi padre quien ahora fruncía el seño y preguntaba

-Kenji: ¿Qué fue lo que hiciste ahora Serena Tsukino?

Miré a mi madre que medio sonreía extasiada por la expresión de mi padre, era como si se sintiera ganadora, al parecer estaba convencida que don Kenji diría algo que me hiciera desistir de usar el vestido que yo había elegido, así que decidí no dejarme aunque esto fuera declararle la guerra a mamá, aclaré mi garganta y lo solté sonriendo

-Serena: Padre el enojo de mi madre es por que he elegido mi vestido de novia y ella ya tenía uno para mi, pero yo no lo sabía y es que el que compré es hermoso, la prima de Darién me acompañó y no sabes que bonita se va a ver tu hija, se que lo amarás tanto como yo, me lo pongo y no dudo que quiero casarme, por eso quiero usarlo papá, no es por desobedecer, yo no sabia que mi madre había comprado otro...

-Kenji: Todo este problema es por un vestido Ikuko? Es su boda mujer... déjala que elija lo que se va a poner, le debemos eso al menos no lo crees, además ya escuchaste ese vestido hace que quiera casarse, la hace feliz... Así que no se hable más de este tema y que use el que ella compró.

Volví la mirada a mi madre con la misma sonrisa extasiada que un rato atrás ella tenía y que ahora yo le había robado, la forma en que me miraba dejaba claro que para ella hoy era un monstro, bueno no tanto así, pero si se dio cuenta que ya no era aquella Serena que podían manejar a su antojo ó por lo menos eso fue lo que noté... Ella estaba acostumbrada a eso y por tantos años la vi mover a mi padre a voluntad con tal de salirse con la suya y obligarnos a mis hermanos y a mi a hacer lo que odiábamos; ahora parece que algo le aprendí.

En medio del silencio incómodo que se armó, una de las empleadas entró e informó que el almuerzo estaba servido por lo que todos pasaron al comedor, todos excepto mi padre y Darién que se veía forzado a quedarse atrás ante el llamado de don Kenji Tsukino que al parecer quería decirle algo a solas, yo seguí para no interrumpir y justo cuando me preparaba para tomar asiento, Darién sacaba la silla por mí como todo un caballero, me sonreía y antes de que pudiera sentarme me susurro al oído

-Darien: Eso se llama manipular y no tienes idea de lo que acabas de causar en tu padre... creo que tendré que cuidarme de ti de ahora en adelante(lo miré sonriendo sin entender del todo sus palabras así que baje la mirada sonrojada)

El almuerzo transcurrió tranquilo, el tema del vestido desapareció tal como lo pidió Don Kenji, así que entre la exquisita comida y la plática de los hombres y el silencio incómodo de mi madre que sólo hablaba para ordenar que los empleados llevarán algo a la mesa, pronto se hicieron las 4 de la tarde, hora a la que decidimos partir para evitar ser sorprendidos por la noche en la carretera, como era de esperarse mi madre no se despidió de mi, mentiría si dijera que me dolió, por que no fue así... Lo cierto es que lo único que sentía era una gran satisfacción por haber ganado éste raund contra ella; antes de irnos mi padre extendió su mano a Darién y le dijo

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