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Era sábado por la mañana y yo buscaba de todo para matar el tiempo libre sin Grace, así que le acepté el café a Gulf, supuse que era un buen pretexto para matar las horas.

Gulf me llevó a un café cerca del departamento en donde me acordé inmediatamente del día que pasé con Win, sin embargo, la emoción no era la misma.

—¿Puedo preguntar por qué viniste a Venecia?—me dijo cuando la chica nos estaba acomodando nuestras tazas sobre la mesa.

—Bueno, vine primeramente para visitar a Grace y tomar un descanso de mi vida cotidiana—expliqué dándole un sorbo a mi café.

El sabor a cappuccino vago por mi boca hasta mi garganta.

—Oh ¿Entonces vives con tus padres?—preguntó.

—No—dije, y salió mucho más seco de lo que esperaba—Mis padre murieron en un accidente.

—Oh, perdóname, ni debí preguntar—su rostro lindo se tornó comprensivo.

—No, no te preocupes —musité.

—¿Sabes? Mis padres también murieron—comenzó a jugar con la taza mientras su mirada se fue profundizando en el liquido oscuro que contenía. Espere hasta que el decidiera continuar, pendiente de la siguiente palabra que dijera—Bueno, en realidad solo mi madre murió cuando nací. Mi padre, bueno, él hombre que embarazó a mi madre, se fue—explicó y su voz tomó un tono agrio.

—Oh—musité, no sabia que más decir, pero lo entendía muy bien al menos ambos teníamos algo en común ahora. No teníamos padres—¿Desde entonces has vivido con tu tía?

—Si. Mi tía me ha cuidado bastante bien, ha hecho un excelente trabajo por  veintidós años y no puedo estarle más agradecido.

Por lo menos teníamos la misma edad.

—Que linda tu tía—dije, y recordé cuando dije, o más bien pensé que era todo una vieja amargada.

El me sonrió y me recordó a la sonrisa de Win. Si tuviera que comparar, sería bastante difícil darle el puesto número uno a alguien. Pero había una vocecilla en mi cabeza que susurró fugazmente el nombre Win.

La tarde con Gulf fue excelente, su forma de ser tan natural fue lo que resulte admirando, además de su bello rostro delicado, por supuesto. Cuando me di cuenta de la hora, fue cuando llegamos al departamento de nuevo. Eran las siete pasadas con quince minutos.

—La pasé muy bien Gulf, muchísimas gracias.

Dije apenas puse un pue fuera del ascensor, cuando me di cuenta entonces de que la puerta del departamento de Grace era adornada por un bello ángel. Que mantuvo su mirada sobre nosotros y sus brazos cruzados con indiferencia, siempre tan elegante.

Me sorprendí de ver allí al dueño de la mayor parte de mis pensamientos. Aunque enseguida me retracte de esa idea, Metawin no tenía por qué convertirse en dueño de mi materia gris.

—Cuando quieras repetirlo, estoy más que dispuesto—me dijo, con esa bonita sonrisa sobre su rostro.

Dirigió luego la mirada hacia Win y lo saludó con un movimiento de cabeza. Este respondió de la misma manera.

—Hasta pronto—Gulf acercó su mano y revolvió mis cabellos.

Pude sentir sus suaves dedos tocar después mi mejilla con delicadeza, pero mi cabeza seguía funcionando tan perfectamente como antes. Ningún pensamiento interrumpido, ningún atontamiento interno, simplemente nada. Sin embargo, si sentí la mirada de Win sobre el acto.

—Hasta pronto Gulf—dije.

Cuando lo vi introducirse en su departamento, me fue a mirar a Win, quien seguía parado donde mismo, de brazos cruzados y mirándome.

—¿Decidiste hacer caso a Grace?—bromeó.

—¿Qué?—inquirí confundido.

Se separó de la puerta cuando yo me dirigía a abrirla.

—Eso de buscarte pareja—musitó, pero la broma ya no le salió como tal.

Explote en estruendosas carcajadas.

—Solo salí a tomar un café con Gulf para conocerlo mejor—expliqué—Eso no tiene nada que ver con los planes macabros de Grace.

El rió.

—¿Con que son macabros? Se lo voy a decir, te acusaré—bromeó divertido.

—No hace falta, ella lo sabe—abrí la puerta y Win se introdujo detrás de mi—¿Si sabes que Grace llega hasta las ocho verdad?—dije sarcástico.

—Lo sé, pero es que no tengo mucho que hacer y es mejor pasar el rato aquí mientras la espero.

—Bueno, es agradable tenerte aquí —pensé... esperen, esperen, no lo pensé ¿Lo dije?

—Gracias, que lindo—musitó y en ese momento di gracias de encontrarme de espaldas puesto que todo el color se me subió al rostro.

—Mañana saldremos todos, así podrías conocer a mi hermano, Gun, ¿Lo recuerdas?—dijo, totalmente ajeno al caos que estaba habitando en mi interior debido a sus palabras.

—Emm... si, estoy emocionado—dije.

—Gun también.

Así, planeamos lo que sería el día de mañana y estar a su lado lo encontraba cada vez más cómodo y magnífico. El tenía ese raro poder para maravillarme, dejarme sin el habla o adivinarme los pensamientos a veces, era simplemente sensacional y la fierecilla se regocijaba llena de felicidad, pero solo hasta que llegaba Grace, porque luego, al verlos reírse el uno con el otro y llamarse "amor" está empezaba a incomodarse y me hacia salir de la escena cursi que no queríamos ver ni ella ni yo. Porque empezaba a resultarle drásticamente incómodo.

Manual de lo prohibido ▪︎WinBright▪︎[adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora