Ambos los miramos con los ojos abiertos de par en par.
—Metawin ¿Recuerdas lo que te dije acerca de la privacidad de las personas?—inquirí.
—¿Es el primer día que se conocen y ya tienen secretos entre ambos?—preguntó, queriendo sonar divertido, pero pude identificar en su voz algún tono amargo muy buen escondido.
—¡Uyyyy!—
Bromeó Grace, atada de la cintura de Win.
La fierecilla refunfuñó palabras ininteligibles. Mire a Gun quien mantenía su mirada fugaz, primero mirando el piso, luego a mí, después a Grace y por último a Win, para después volver al piso. Imagine que estaba ideando alguna forma de salir del embrollo.—¿Sabes Grace?—dije como si nada—Creo que invitaré a salir a Gulf.
Solté no muy seguro de lo que estaba haciendo, pero si algo había que distrajera a Grace de emparejarme con Gun, era emparejarme con alguien más.
Y funcionó, la mirada de todos se posó sobre mi. La de Gun, agradecida por haber cambiado el tema; la de Grace, resplandeciendo de emoción; y la de Win, seria, muy rara.—¿En serio?—gritó de emoción.
—Si, la verdad es que es un chico muy agradable y lindo además—dije, al fin y al cabo eso si era verdad.
—¿Y cuando?—se soltó de la cintura de Win y ató su brazo al mío, haciéndome caminar y separarme de Gun.
Ellos nos siguieron muy de cerca.
—No lo sé, quizá mañana—me encogí de hombros indiferente.
—¿Entonces te gusta Gulf?
Pregunté y miré por la colilla del ojo a Win, quien iba un paso atrás de nosotros junto a Gun, repentinamente muy atento, de nuevo.
¿Que iba a decir? Si decía que si, Grace especularía bastante hasta llegar a los planes de boda, era capaz. Y si decía que no, entonces no concordaría en nada con lo que ya había dicho antes, y quedaría como... un tonto. Aún más.
—Pues... emm..—tartamudeé.
—¡Chicos, miren eso!—interrumpió Gun, señalando hacia una góndola—¡Quiero subir!
—¡Yo también!—dijo Grace.
—¿Que dicen chicos?—preguntó Gun.
—Emm... bueno, yo... paso—musité, no tenía muchos ánimos de subir y andar sobre las aguas.
—Yo también—dijo Win, con las manos en los bolsillos—Vayan ustedes, nosotros los esperamos.
Capte la situación entonces, Win y yo, solos de nuevo. La fierecilla brinco de alegría y su grito era completamente entendible -¡Si, si, si, si!-
—¿Quieres ir, Grace?—preguntó Gun.
—Si, hace mucho que no me subo a una, pero quiero que Win y Bright vengan también.
—Perdóname Grace, de verás, yo pasó. Puedes ir tú Win—dije—No se preocupen por mi, yo los espero.
—No, vayan ustedes—dijo él—Esperaremos aquí.
Sonrió y besó la frente de Grace.
—Aguafiestas—se quejó Grace, pero igual se alejó junto con Gun hacia la góndola.
Pero antes, Gun me miró y me guiño un ojo disimuladamente, entonces caí en cuenta de que había hecho lo mismo que yo había hecho antes con él, sacarme de una situación incómoda. Cuando se perdieron entre la multitud, me giré a mirar a Win.
—¿Por que no fuiste?—pregunté.
Se encogió de hombros.
—Ya me subí la vez pasada, me gusta más estar en la tierra—dijo.
—Ya somos dos.
Nos sentamos en una banca, sintiendo como el viento movía el cabello de mi frente.
—¿De que hablaban Gun y tu?—preguntó, como quien no quiere la cosa. Me solté a reír.
—Ya recordé que eres curioso—musité.
—Qué bueno que lo sabes, así que dime ahora—quiso sonreír.
—No, no te voy a decir. Eso es entre tú hermano y yo—
No sabía por qué, pero la fierecilla se sentía demasiado bien provocando celos en Win, o al menos, creyendo que lo hacía.
—Me voy a enterar, ya verás—amenazó y luego sonrió.
—Ya veremos—reí.
—¿Quieres un helado?—preguntó.
—¿Intentas sobornarme con helado?—el rió.
—¿Puedo?
—Lo siento, no—negué con la cabeza, divertido.
—Bueno, entonces te lo invito ¿Quieres?—le miré, entrecerrando mis ojos en él—Sin mañas—alzó las manos.
—Esta bien.
Nos paramos y dirigimos a la pequeña heladería que estaba enfrente.
—¿De que lo quieres?—me preguntó.
—Chocolate—me sonrió y luego se dirigió hacia el chico rizado detrás del mostrador.
—Due gelato al cioccolato, per favore—musitó, con ese acento italiano ferozmente irresistible.
—Subito—
Dijo el chico y se dio la vuelta, tomando dos copas y depositando en ellas dos bolas grandes de helado de chocolate en cada una. Le colocó chispas de chocolate arriba y luego nos lo entregó. Yo le agradecí con una sonrisa. Win le pagó al chico y este se dio la vuelta de nuevo para tomar el cambio.
—Che bella coppia che fate—dijo el, cuando le devolvió el cambio a Win y luego me sonrió.
*(Que linda pareja hacen)*
Win rió y guardó su cambio en el bolsillo trasero de su pantalón.
—Grazie—musitó.
Me sentí tonto, definitivamente tenía que aprender italiano.
Cuando salimos del establecimiento me mordí el labio inferior, indeciso de preguntarle a Win, que era lo que había dicho el chico.
—¿Está rico?—me preguntó el con esa sonrisa burlona en su rostro.
—¿Eh? Si—dije.
—Ni siquiera lo has probado—observó y luego comenzó a reír.
Que torpe.
—Ah, si, cierto—reí, sintiéndome de verás tonto—Oye ¿Qué dijo el chico cuando te devolvió el cambio?
Pregunté, tratando de no verme curioso. El rió.
—¿Por qué quieres saber?
—Es bueno recopilar palabras en italiano para aprenderlo—
Que excusa tan tonta. Rió por lo bajo.
—Bueno, te digo si me dices lo de Gun—negoció.
—Olvídalo—me negué.
—Eres duro—rió.
—Si, y tu muy curioso. Así que olvídalo.
—Está bien. Ya veremos quién cede primero—especuló, divertido.
[...]
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Manual de lo prohibido ▪︎WinBright▪︎[adaptación]
FanficÉl, algo parecido al príncipe azul de los cuentos de hagas. Ella, la mejor amiga con la que deseaba toparme desde los seis años, única e incondicional. Decían que era la chica perfecta para él. Yo, situado justo en medio; enamorado del novio de mi m...