No llevaba la cuenta de los días en un calendario, pero ya eran más de dos semanas las que habían pasado desde que yo había llegado a Venecia, y con ello; la amistad crecía por varios caminos.
Gulf, se había vuelto una persona muy comprensible y amable conmigo, incluso, cuando lo invité a salir yo, se mostró emocionado y dispuesto, ahora nos veíamos para tomar un café cada que queríamos, o si no, simplemente nos poníamos a platicar en el pasillo antes de entrar a nuestros respectivos departamentos. Había descubierto además, que tenía espíritu de poeta. Con Gun era distinto, había muchísima confianza, debido a que yo era la única persona que había descubierto su secreto y ahora, contarnos cosas era parte de una plática casual entre ambos. Era bastante atento y siempre me preguntaba por Grace. Cuando salíamos a pasear, nunca nos faltaba de que hablar y al final del día, terminábamos contándonos pequeños secretos. Mew era otra de las personas con las que había logrado una bella amistad en menos de una semana, su simplicidad y simpatía habían sido fundamentales para ello. Era muy animado y siempre, me contara lo que me contara, me sacaba una sonrisa, la diferencia de edad no se notaba. Además de que yo tome por costumbre ir al negocio de su familia a revelar mis fotografías. Win, ese era un caso muy distinto a todos. Él se había vuelto un gran amigo, el tiempo que compartíamos juntos era mucho más grande que el de cualquier otro, debido a que cada noche a las siete tocaba el timbre y pasábamos una hora riendo, hablando y a veces jugábamos con la baraja de cartas que Grace consevaba de su padre. Si, la amistad entre el y yo crecía cada vez más, pero junto a ello, crecía también una extraña emoción cuando le veía, una extraña sensación cálida en mi estómago y un entusiasmo palpable al oír el timbre sonar cada noche. Pero solo hasta que llegaba Grace, porque luego, la fierecilla se apoderaba de mi y podía sentirla en mi fuero interno perfectamente disgustada, ella quería más tiempo con Win. Todo aquello comenzó a darme cierto temor, estaba experimentando sensaciones bastantes extrañas, al menos las denominaba así porque no tenían que pertenecerle al novio de mi mejor amiga.Miré el reloj en forma de gato que pendía de la pared cercana a la cocina, eran las cuatro y media de la tarde. Tome mi mochila y me dirigí al estudio de fotografía, para que Mew me ayudara con las fotos, como siempre. Al salir me encontré con Gulf quien al instante me regaló una linda sonrisa.
—¿Vas a algún lado?—me preguntó.
—Sí, al laboratorio de fotografía.
—Oh, ¿Quieres que te acompañe?—se ofreció.
—Si tu quieres.
Así, salimos hasta allá. Gulf era muy inteligente y la verdad es que también era apuesto. Grace me había mencionado varias veces que era un poco obvio que le gustaba a Gulf, sin embargo, era como si mis ojos hayan quedado cegados por un meteoro y no pudieran ver las estrellas. En este caso, Win sería el meteoro y Gulf la estrella.
Cuando llegamos, Mew tardó en salir, estaba peleando con la máquina de impresión, de nuevo.
—¡Espera solo un momento, Bright!—gritaba desde atrás, mientras que yo no dejaba de reír.
Pobre de el, esa máquina siempre le sacaba canas verde. Gulf permaneció tranquilo, observando las cosas en el local, hasta que Mew apareció por fin detrás del mostrador.
—¡Listo!—me miro con esa sonrisa que se expandía tierna sobre su rostro.
Cuando Mew desvió la vista de mi, la posó en la única persona que estaba conmigo. Gulf lo miraba embobado.
—Oh—musité—Mew te presento a un amigo. Gulf, el es Mew—los presente—De el que tanto te he hablado, Mew, es el Gulf, mi vecino.
La cara de Gulf era de sorpresa y de fascinación, en sus ojos existía un brillo particular que hace unos minutos no se encontraba allí.
—Hola—balbuceó.
—Hola—respondió Gulf.
Ambos se sonrieron y luego Mew me dedicó su atención a mi.
—¿Fotos nuevas?—me pregunto, entusiasmado.
—Ya lo sabes—reí e hicimos lo de siempre.
Luego de unas horas y de que Gulf y Mew se conocieran más. Decidimos que ya era hora de regresar. El sol ya se habia puesto cuando Gulf y yo caminábamos hacia el edificio.
—Tu amigo es muy lindo —musitó, ruborizado ligeramente—Muy simpático, además.
Me reí un poco.
—Creo que lo pude haber adivinado—dije y el enrojeció más.
—¿Por que dices eso?—preguntó avergonzado.
—Por tu cara y por como lo mirabas.
—¿Tan obvio era?—hizo un mohín.
—Algo—ambos reímos—¡Gulf!—dije de pronto, quizá hasta sacándole un susto por la forma en que me miro—¡Tu sabes italiano!
—Emm... si—musitó sin comprender, y es que había cambiado de tema repentinamente.
—Dime que significa...—hice memoria par acomodar las palabras en orden y tratar de pronunciarlas correctamente—"Che bella coppia che fate"
A lo mejor Win creía que ya se me había olvidado lo que el muchacho de la heladería nos dijo y que no me quiso traducir, pero para su mala suerte, yo tenía muy buena memoria.
—Que bella pareja hacen—me dijo.
—¿Disculpa?—Gulf rió.
—Eso significa.
Abri los ojos ante lo poco evidente y ante la ilógica de que me emparejaran a mi con Win. Luego me reí otra vez, no sabía si avergonzado o divertido.
—¿Por qué?—inquirió Gulf.
—Porque... lo vi en la televisión, en una película. Quería saber que significaba—inventé.
—Claro.
—Me tengo que ir. Buenas noches Gulf—dije, fingiendo un bostezo.
Lo cierto era que después de mi tarde con Mew y Gulf, no estaba cansado, pero si quería escapar de las escenas que Grace y Win protagonizaban en la sala. El chasquido de sus labios al juntarse, los suspiros, las caricias que se daban, todo me resultaba insoportable.
—¿Tan pronto te irás?—me preguntó.
—Si, estoy muy cansado—me pregunté si fingir otro bostezo sería muy exagerado.
—Está bien, hasta mañana. Descansa y que tengas una linda noche—me dijo y tuve que hacer hasta lo imposible por reprimir un suspiro.
—Gracias, hasta mañana.
Me dedico una última sonrisa y al instante me vi obligado a responderla. No hacerlo sería prácticamente irrealizable.
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Manual de lo prohibido ▪︎WinBright▪︎[adaptación]
Fiksi PenggemarÉl, algo parecido al príncipe azul de los cuentos de hagas. Ella, la mejor amiga con la que deseaba toparme desde los seis años, única e incondicional. Decían que era la chica perfecta para él. Yo, situado justo en medio; enamorado del novio de mi m...