—No te preocupes, Bright—me dijo—Demuestra que eres maduro, que sabes como sobrellevar esto, a lo mejor yo me equivoco y no es más que un amor pasajero, ya sabes, esos de "verano"—volvió a hacer las comillas—Aunque en vez de verano seria invierno—dijo y rió por lo bajo, festejándose su pequeña broma.
—Ojalá te equivoques—dije y el rió.
—Bright, yo no voy a decirte que es lo que tú sientes, ¿Lo amas? Eso solo puedes contestártelo tú mismo—aconsejó.
—Gracias.
La tarde se había pasado volando, y desde que había vuelto al departamento después de tomar café con Mew, me quedé tirado sobre el sofá mirando el techo de la sala.
¿Yo lo amaba? ¿Cómo puede ser posible que ames a una persona en... un mes? Había pasado un mes, o apenas iba a pasar, la cuenta exacta de los días no la llevaba, pero, yo no era de las personas que amaban en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, debía admitir que Win se había ganado mi confianza, cariño y ternura en menos de una semana. Él era tan... especial. Como un diamante en bruto dentro de una mina, que aunque ni le diera la luz del sol, brillaba con un resplandor abrumado. ¿Grace se daría cuenta de ello? ¿Se percataría acaso de lo que tiene realmente a su lado? Me dolió el corazón cuando palpitó, no debería estar pensando en aquello.
Contemplé el techo por un rato más, especulando y hundiéndome en mis pensamientos, que iban de los más coherentes y razonables, hasta los más oscuros e ilógicos. Hasta que el timbre sonó, y todas las reflexiones se vinieron abajo cuando el corazón comenzó a latirme de una manera tan descompasada al saber quién esperaba del otro lado. Y el placer de aquel latido era tan intenso que resultaba doloroso. Entonces comprendí que lo amaba. Y si no, terminaría haciéndolo tarde o temprano, pero estaba casi convencido de lo que sentía iba más allá del simple querer, eso me lastimaba bastante pero... me gustaba.Fue cuando el timbre sonó de nuevo, insistente junto a unos golpes en la puerta, cuando recordé que Win estaba detrás de la puerta. Y enseguida me levanté para abrirle. Pasar el tiempo con el era como no tener conciencia de la hora, no pensar ni preocuparse de nada, sentirse seguro y estar siempre riendo, aunque sabía que estaba mal. Pero cuando lo miré a mi lado, en el sofá, moviendo sus rosados labios al hablar con ese entusiasmo y encanto en él, y luego reír con una melodía distinta en cada risa, mostrándome esa bella sonrisa de conejo con sus perlas blancas, todas iguales de bellas, me hacia volar y tocar el cielo sin siquiera despegar los pies del suelo. Pero entonces mi tiempo se reducía a nada cuando Grace llegaba y no me quedaba más que sonreír y caminar hasta mi habitación, dar las buenas noches antes de desaparecer por la puerta y luego suspirar detrás de ella.
Me aventé sobre la cama, como siempre lo hacia, mirando el techo que ya conocía bastante bien y especulando como lo hacia en la sala. Me resultaba irónico que los demás eran quienes hacían que me diera cuenta de mis propios sentimiento, que si estaba enamorado de él, que si estaba celoso, que si lo amaba. ¿Es que yo en verdad era tan torpe y terco? Pero más que mis problemas emocionales de lo que no lograba percatarme, había otro grandísimo problema que tomar en cuenta. Grace. Yo podría herirla más de lo que me estaba hiriendo yo solo ahora, ella era tan frágil y yo me había convertido en el villano de su cuento de hadas, al menos así me sentía.
[...]
El día siguiente fue bastante raro, porque tenía una extraña necesidad de estar con él. Deseaba que la noche llegara solo para poder verle, mi alma lo ansiaba. Decidí distraerme con cualquier otra cosa, ya que esto no ayudaba mucho a mi plan de "ignorar a Win" cuando ayer yo mismo no me atreví siquiera a sostenerle la mirada por más de diez segundos. Esto no estaba funcionando.
Me asomé a la ventana y observe los carros pasar por la angosta calle, en el camino de faroles que esperaban encenderse en cualquier momento. Fui hasta mi habitación por mi cámara y volví a la ventana para capturar la escena que me había gustado, saqué solo un par de fotografías para cuando el timbre sonó.Miré extrañado el reloj, que marcaba las seis con quince de la tarde, ¿Quién podría ser a esta hora? Fui a abrir sin dejar que la cámara y me sorprendió lo que vi. Era Win quién me sonreía con lucidez y provocando que los latidos de mi corazón golpearan con ímpetu contra mi pecho. Su presencia me hizo mirar de nuevo el reloj, ¿No era muy temprano para que él estuviera allí? A lo mejor era una ilusión de mi mente y me lo estaba imaginando parado allí, lucía tan radiante pero... siempre lucía así.
—¿Qué haces aquí tan temprano?—pregunté, dejándole pasar.
—Bueno, vine a invitarte a un lugar—dijo, sin quitar aquella sonrisa de conejo tan encantadora.
—¿A mí? ¿A qué lugar?—mi corazón se emocionó y no pudo evitar brincar contra mi pecho.
—Es una sorpresa. Vamos.
Me tomó de la mano y al instante en la piel ardió un fuego que solo su tacto ocasionaba.
—Pero...
—Es como una forma de decir "lo siento", por lo del otro día—musitó, me vio la cámara en la otra mano y se apresuró a decir—Sería un lindo lugar para tomar fotos.
Me animó, sabiendo que ni me negaría jamás a una oportunidad para capturar lugares maravillosos con mi cámara, pero más que nada, aceptaría porque sencillamente era él quien me invitaba.
—Está bien, aunque te dije que lo de nuestra pequeña discusión ya estaba perdonado a pesar de que no tenías por qué disculparte—admití.
—Ya no digas eso, vamos.
Soltó mi mano para darme oportunidad de tomar un abrigo y un bolso donde guardar mi cámara y junto a él, salí del departamento hasta su ya conocido Mercedes.
—Te va a encantar—me dijo, mientras conducía por las calles de Venecia. Le miré y me sonrió—¿Qué?
Me pregunto, visiblemente sonrojado. No dije nada, saqué mi cámara y le tomé una a su perfil, una perfecta pose de modelo de revista, aunque no se esforzará en lo más mínimo para hacerla.
—¡Oye!—rió cohibido—Si vas a hacer eso, avísame.
—No hace falta, te des cuenta o no, sales muy bien—admití, con una extraña necesidad de pelear por el contra... mi mejor amiga.
—Gracias—bajó la cabeza levemente.
Y lo conocía lo suficiente como para saber que lo hacía porque se sonrojaba. Aquello me encantaba y me fascinaba.
Él sonrojándose por mí.
[...]
Nuevo capítulo porque mañana no voy a poder subir :(
¿Les gustó la nueva portada?
La anterior ya no me gustaba jajaY ya de paso le puse una decente a "¡Buenos días P'Bright!" ♡
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Manual de lo prohibido ▪︎WinBright▪︎[adaptación]
FanficÉl, algo parecido al príncipe azul de los cuentos de hagas. Ella, la mejor amiga con la que deseaba toparme desde los seis años, única e incondicional. Decían que era la chica perfecta para él. Yo, situado justo en medio; enamorado del novio de mi m...