CAPITULO 20 CRISTAL ROTO I

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CAPITULO 20 DECISIONES 2

A veces los hermanos somos dos gotas totalmente diferentes, en ocasiones aun cuando son hermanos de sangre, no sirve realmente pues existen los sentimientos de egoísmo, furia, rencor, envidia u otro sentimiento negativo que provoca que los lazos de sangre entre hermanos se rompan, ¿Qué pasa entonces cuando no son hermanos?

Muchas veces entre hermanos somos como el agua y el aceite, somos tan diferentes pero a la vez hay algo que nos une, algo que nos hace seguir juntos pese a todas las malas diferencias que tengamos, que nos hacen perdonar mas no olvidar, lo que en un pasado nos hicieron, saber amar es saber perdonar y perdonar es vivir sin ningún rencor en nuestros corazones, sin rencor hay una vida sana y feliz al lado de la gente que amas realmente.

Los padres suelen siempre tener un hijo favorito, predilecto al que realmente deseaban tener, etc. Por cualquiera que sea la razón es aquel ser único que pese a no querer...terminan por amarlo un poco más, no es que no amen al resto de sus hijos, pero aquel hijo preferido es porque es así como ellos se veían y realmente eso no está bien, pues viven a través de esa persona sin saber realmente lo que el hijo desea y también se olvidan de sus otros hijos....los pueden descuidar y entonces no se dan cuenta de quién es su hijo entonces...

A.B.

Candy se encontraba llegando a la mansión de los Baker, donde volvería a tener que fingir, fingir molestia e indiferencia hacia aquella mujer que creía que era su hija, que ella pensaba que su indiferencia y su manera de ser tan cortante y rebelde es porque se había enterado de la "verdad", pero realmente no era por eso, Candy estaba harta, harta de mentirle, harta de fingir quien no era y sobretodo molesta muy molesta con su hermana por haberle hecho aquello y hacer que su vida cambiara pero más molesta estaba con ella misma por prestarse a algo como ello.

-¡Candy! ¿Dónde demonios estaba...? –No termino la frase pues vio porque entonces vio al rubio que venía con la joven. -¿Anthony? ¿Qué haces aquí?

-Hola –Saludo el rubio amablemente para después dar un paso adelante e imprevistamente abrazar a su hermano, pues lo había extrañado realmente mucho.

Terry no dijo nada solo correspondió el abrazo cálido que su hermano le daba, sin embargo no podía evitar sentir la necesidad de tomar a su hermana y protegerla de cualquiera incluso de su hermano.

-Anthony vino a vernos, Terry –Comento la rubia enternecida por la escena

-¿A si? ¿A mí también?

-Por supuesto que sí, no seas tonto –Dijo la rubia adelantándose al rubio que miro un poco molesto a su hermano

-Bien, pero eso no justifica que salgas a estas horas de la noche, Candy –Dijo su hermano quien le miro reprendedoramente a la joven quien le miro entre molesta y culpable –Mama quiere verte

Aquello si era sorprendente no solo para Candy, Anthony también tomo la misma expresión de sorpresa.

-¿Cómo...? ¿Qué...? –Repitió la rubia sin poder terminar una frase -¿Mama...?

-Si te está esperando –Repitió el castaño mirando confundido a su hermana

-Pero... ¿Le dijiste mama? –Menciono la joven como si fuera más que obvio la cara de su sorpresa

El solo se encogió de hombros –Creo que todos merecemos una segunda oportunidad –Menciono seriamente, Candy podía notar que Terrence había cambiado su expresión, ahora su mirada era un poco más tranquila aunque se notaba que estaba algo melancólico tal vez por algo que le dijo Eleonor, pero ella no era su hija y aquella mentira debía terminar.

AMI-ENEMIGASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora