CAPITULO 34 LA PROPUESTA DE ALBERT

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Candy Candy no me pertenece

La historia es de mi entera imaginacion e independiente a la serie

esta historia es sin fines de lucro

personajes mios -Jane, Jenny, Michelle, Emma, Johny, Michael, Raquel

nos vemos abajo :D

CAPITULO 34 UNA INEVITABLE DECISION

EL DOLORIDO CORAZON DE ANTHONY

A veces la vida es una sensación entre amargo y dulce, a veces buena, a veces mala, a veces injusta y en ocasiones generosa con quienes no lo merecen, pero al final siempre terminara siendo en algún modo justa con las personas que lo merecen, aunque no siempre llega en el momento que uno lo ordena o quiere, siempre tiene los modos más extraños y diferente de dar una solución la vida a nuestra vida, el destino es impredecible y aunque en cierto modo nunca es como queremos, la vida tiene las maneras más extrañas de hacernos madurar y comenzar de nuevo, aprender de nuestros errores y tratar de remediar las situaciones que nos enfrentamos.

W.A.A

La vida a veces parece injusta, pero muchas otras veces parece ser justa con los que sufren o con los que no sufren realmente el dolor y desgracia que otros que no nacen entre maravillas no superficialidades si no el amor y abundancia.

La vida puede ser injusta pero muchas otras veces debemos saber y entender que la vida pese a todo puede llegar a ser demasiado justa cuando llega el momento de serlo aun cuando de momento parezca que nada de lo que amas o quieres en la vida pueda ser para ti, lo importante es no perder esa bondad en el alma y corazón que te mantiene blanco, no desesperar y caer en las sombras.

A.B.A

Realmente nunca pensé estar en esta situación pero ya no hay marcha atrás y lo más grave de todo es que no quiero realmente retractarme, no había sentido ganas de mi propia felicidad desde que mis padres murieron dejándome solo y llevándose a mi querida hermana, Anthony fue en algún momento y hasta cierto punto algo que me hacía aferrar a la vida pero esto...esto es diferente, yo solo velaba al principio por su felicidad pero pronto me di cuenta de que muchas veces quieres proteger a quien no necesita una verdadera protección pues puede llegar a ser más maduro que uno mismo, pero con ella, Candy me da verdaderas ganas de estar vivo y de ser feliz, de querer ser feliz y hacerla feliz porque su felicidad es la mía y que mejor dicha que yo sea quien tenga ese honor de hacerla inmensamente feliz.

La observaba tranquilamente mientras ella miraba las rosas con dulzura aunque me recordaba un poco a Anthony, no podía dejar de admirar su belleza, también podía ver a través de ella a mi querida hermana.

Su nariz puntiaguda y hermosa que adornaba con más dulzura su hermoso y angelical rostro, su cabello que caía tranquilamente por sus mejillas sonrojadas por el pequeño sol que apenas se asomaba en el cielo pero que de igual modo daba cobijo a todo ser vivo en la tierra, sus tersas y suaves manos que seguramente sería el más afortunado a ser tocado por unas dulces manos de Angel, sus labios carnosos rosados que me hacían derretir de sed en el desierto, sus verdes esmeralda que eran la combinación más perfecta con su hermoso rostro, su piel aterciopelada que mis manos añoraban sin siquiera conocerla del todo aun...esa...

-¿Albert?

La voz de Candy me saco de mis pensamientos pero aun así sentí la corriente eléctrica recorrer por todo mi ser, aquello era el canto de los Angeles.

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