SIEMPRE ESTARÉ A TU LADO

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Llevaba un mes yendo a clase solo para proteger a Jazmín de los pijos de sus "amigos". Seguía manteniendo las distancias ya que no habíamos vuelto ha hablar después de aquel día y cada día lejos de ella me hacia estar mas débil apenas conseguía proteger a los míos y era el peor momento para estar tan débil dado que la otra manada nos había declarado la guerra.

Me levante suspirando cansada y salí hacia el instituto al llegar busque a Jazmín con la mirada no logre encontrarla así que fui directamente a clase para ver si había llegado pero tampoco estaba allí suspire y le mande un mensaje al ver que no contestaba suspire y atendí a clase revisando el móvil cada diez minutos. La hora paso lenta y como una tortura de las mas aburridas me levante antes de que llegara el siguiente profesor al aula y salí de allí para buscar a esa chica "en que demonios andas metida ahora?" pensé empezando a preocuparme dado que ella nunca faltaba a clase. Intente averiguar si había ido al instituto asegurándome de que ninguna de las esencias era la suya pero mientras caminaba un olor se me hizo muy conocido lo seguí y me pare frente a la puerta del vestuario femenino escuchando leves sollozos que reconocí enseguida entre rápido y cerré la puerta tras de mi encontrándome una escena que hizo que el mundo entero se encontrara sobre mis hombros en menos de dos segundos, corrí a su lado agachándome en el suelo.

-Jazmin... -aparte el pelo mojado de su rostro con cuidado, sintiendo como se le dificultaba respirar. - Quien te ha hecho esto...? -la abrace a mi con cuidado. La revise con cuidado mirando todas las heridas con cuidado. Tenia una fina brecha en la cabeza el cuerpo lleno de moratones ademas de toda la ropa pegada a ella por culpa del agua. Su cara tenia el labio roto por diferentes sitios, uno de sus ojos estaba empezando a coger un color morado intenso ademas de las diferentes heridas era evidente que le habían proporcionado una paliza y la habían metido dentro de las duchas para callar sus llantos. Al ver que no conseguía hacer que reaccionara la cogí en brazos con cuidado y corrí a la enfermería.

Al llegar a la enfermería me mandaron tumbarla en una camilla y una de las enfermaras empezo a hacerle la reanimación mientras la otra me separaba un poco de ellas para que su compañera pudiera trabajar.

-Como se llama?- pregunto mientras yo la miraba asustada.

-Jazmin- le dije la clase a la que iba y como la había encontrado.

-posiblemente le hayas salvado la vida- me sonrió calladamente intentando tranquilizarme - es tu...?- la interrumpí antes de que pudiera acabar la frase.

-Mi novia, ella es mi novia.-la mire sabiendo que si les contestaba que no eramos mas que compañeras no me dejarían quedarme a su lado.

-ohh -me miro sorprendida iba a contestarle algo borde por la expresión de su cara pero su compañera la llamo para que la ayudase a curarla y ella se alejo de mi "maldita homofoba..." pensé mientras veía como la curaban mientras su respiración se hacia mas continua y tranquila con el tiempo estaba inconsciente o eso decían las enfermeras. Una ves terminaron de curarla llamaron al hospital para que le diesen una atención mas exhaustiva también llamaron a sus padres quienes al parecer se habían ido de la ciudad para intentar arreglar sus problemas económicos dejando a su hija sola y no podían volver hasta solucionarlo todo preguntaron a las enfermeras si podían mandar a algún amigo de Jazmin para que la cuidara y en ese momento mire a Jazmin suspirando dado que era evidente que no había puesto a sus progenitores al tanto de su situación en cuanto la llamada se corto me ofrecí para ir junto a ella y ellas asintieron sin oponer resistencia al ver mi desesperación.

Una vez llego la ambulancia me subí después de que la subieran cogiendo su mano con cuidado mientras el enfermero allí presente se aseguraba de que sus latidos fuesen normales tuve que volver a contar la historia de lo sucedido. Al llegar al hospital me pidieron que esperara en la sala de espera mientras se la llevaban para asegurar su estado. Me senté conteniendo las lagrimas me sentía culpable le había prometido que la cuidaría y estaba en el hospital suspire saliendo un momento fuera y le pedí un cigarro a un hombre que se encontraba apoyado en la puerta fumando, no solía fumar salvo cuando estaba agobiada y en ese momento necesitaba calmarme.

La vida es duraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora