Ahora se encontraba en la fuente, retorciéndose por el nerviosismo, mirando a todos lados para ver si el Guardián de la Nube de los Vongola se había dignado a presentarse. Es decir, no le había rechazado, es más Hibari sólo se dio la vuelta, escondiendo de nuevo sus tonfas; así que, Gokudera, presuroso, le dijo de inmediato la fecha; que era el sábado; y la hora para verse, que era al medio día.
—Maldita sea, no llega. —murmuró para sí mismo, agachando la mirada.
Quizás esa era su manera de decirle que lo olvidara. Que jamás pasaría algo más entre ellos que su mera relación con Vongola, es decir, apenas cruzaban palabra de vez en cuando. Pero... él sólo pensar en Hibari era suficiente para que su corazón comenzara a bombear con fuerza, y en su estomago se sintieran miles de abejas revoloteando, dispuesto a picarle los órganos internos cada que lo veía.
Justo como ahora, que estaba acercándose cada vez más a él.
La cara de Gokudera se puso roja al instante, maldita sea, ¿por qué no podía tener la piel un poco más morena como Yamamoto? De esa forma el sonrojo no se notaría y no parecería un bendito tomate. Además, aquella ocasión era de las pocas veces donde podía ver a Hibari sin su uniforme que parecía estar adherido a su piel. Traía un pantalón negro, y una playera de rayas negras con morado, la cuál le descubría un poco el cuello. Gokudera formó una sonrisa al notar que Hibird estaba encima de su cabeza.
—Wao. De verdad estás aquí. —dijo al llegar.
— ¡P-Por supuesto, te dije que lo haría! —gritó nervioso, poniéndose a la defensiva. "¡Una mierda, Hayato! ¿Por qué estás buscando pelea con él? ¡Ese no es el objetivo, no es el objetivo!" pensó, buscando que su mente trabajara al cien por hora.
— ¿Entonces?
—Ahh--- ¿tienes un lugar a donde quieras ir? —preguntó, tosiendo para disimular su nerviosismo. — ¿Quizás a la librería? Creo que llegó una colección muy buena sobre el Área 51, he juntado un poco de dinero, quizás hoy pueda comprarla.
— ¿Aliens?
Sí, el herbívoro rebelde lucía como si le gustaran esas cosas. En cambio Gokudera se sintió avergonzado, su lado freak lo estaba traicionando, eso le pasaba por juntarse mucho tiempo con el idiota de Yamamoto.
—Oh... hay una nueva película en el cine. —carraspeó. Aunque pensándolo mejor también era de aliens.
—La librería esta bien. —contestó Hibari, indiferente, comenzando a andar.
Gokudera se puso a su lado, con el corazón a mil por hora. ¿Cómo podría interpretar el hecho de que estuviera ahí? ¿Eso era un sí de su parte? ¿O quizás sólo estaba ahí por mera casualidad o curiosidad? ¿No se querría burlar de él, cierto? Sería demasiado doloroso. ¿No sería mejor preguntarle? Además, Hibari ni siquiera parecía reparar en él, iba en su propio mundo, caminando sin mirar los locales y moviendo a las personas que estuvieran delante de él con una mirada absurdamente intimidante.
— ¡H-Hibari! —tartamudeó, rascándose la mejilla.
— ¿Qué es lo que quieres, herbívoro rebelde?
— ¿P-Por qué... por qué decidiste venir? —preguntó, desviando el rostro; pese a eso, el prefecto de Namimori pudo notar el rubor en sus orejas.
— ¿No es obvio?
¿Por todos los cielos? ¿De verdad? Gokudera tragó duro, sus labios temblaron. ¿De verdad también le gustaba a Hibari Kyoya y nunca se había dado cuenta? ¡Debió ser más directo desde el principio y...!
—Es porque te estoy pagando el favor.
Sin más la Nube entró a la librería, sin esperarlo, dejando a Gokudera afuera con toda la gente que iba en su mundo, platicando de su día trivial o de las personas que les gustaban. El corazón de Gokudera se hizo pequeño, había estado soñando demasiado, era obvio que Hibari Kyoya no tenía esa clase de pensamientos con él. ¿Por qué se emocionó tanto en primer lugar? ¿Era idiota?
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Me debes un favor.
FanficMaldita sea, ¿qué tan jodido estaba? Se había enamorado del guardián de la Nube, el que nunca se ataba a nadie: Hibari Kyoya. * * [1859]