Fue el turno de Yamamoto para ruborizarse; sus sentimientos habían quedado demasiado expuestos frente a la persona que amaba. Gokudera que incomodo por la situación, también avergonzado por las palabras de Hibari, comenzó a preguntarse la razón de las palabras contrarias. ¿Por qué Hibari tendría que estar celoso de Yamamoto?
Cuando estaba a punto de hablar, Yamamoto lo intervino.
— ¿Qué está haciendo Hibari del futuro aquí? —preguntó a la defensiva, el aura de Hibari se sentía como si lo fuera a atacar en cualquier momento y no se estaba equivocando mucho.
—Eso a ti no te incumbe.
— ¿Viniste por Gokudera? —atinó a preguntar. Luego una sensación, muy similar al enojo, comenzó a crecer dentro de él. — ¿No es suficiente con que el tú más joven le rompa el corazón?
— ¡Yamamoto!
—No es justo. Hace poco me has dicho que los sentimientos de Gokudera no eran más que molestias para ti. —reclamó. Más que celoso por sus propios sentimientos hacía el guardián de la tormenta, Yamamoto se sentía enojado por la manera en que Hibari lograba manipular a Gokudera. Él no merecía eso.
— ¿Molestia...? —escuchó a Gokudera susurrar. Aunque no le dio demasiado tiempo para prestarle atención cuando Hibari comenzó a atacarlo.
Le había hecho recordar algo que lo hacía sentir demasiado estúpido.
Yamamoto esquivó el ataque con las tonfas lo mejor que pudo, recibiendo dos golpes en el rostro cuando Hibari incremento la velocidad de su ataque. Gokudera entonces salió de su trance, corriendo a ayudar a su amigo, tomó a Hibari de un brazo, aferrándose a él con fuerza.
— ¡Basta, Hibari! —protestó molesto.
Queriendo o no, Kyoya cedió, quitando de mala gana el agarre de Gokudera.
—Tú también, freak del beisbol, deja de provocar que te muelan a golpes. —reclamó Gokudera, tendiéndole una mano para levantarlo. Yamamoto no pudo evitar ver con cariño a Gokudera por semejante gesto; hace nada, hubiera preferido que le cortaran el brazo antes que tenderle una mano al guardián de la tormenta.
Estaba a punto de tomarla, pero Hibari se le adelantó, halando con fuerza a Gokudera para poderlo a su lado.
—No importa lo que haya dicho en el pasado, esas palabras no me pertenecen ahora. —recriminó ácidamente.
— ¿Estás enamorado de Gokudera? —Yamamoto lo miró fijamente, sin perderse ningún detalle que le pudiera indicar que estaba mintiendo. Hayato entreabrió la boca, sonrojándose de nuevo por la pregunta tan directa. ¡Yamamoto debería meterse en sus propios asuntos! ¡Lo mandaría a volar!
—Esa pregunta no te debe ser contestada a ti. —concluyó Hibari, dándose la vuelta y llevándose a Gokudera con él.
Yamamoto, aún en el suelo, observó la espalda de ambos, pero una pequeña esperanza comenzó a crecer en él cuando Gokudera se soltó del agarre contrario, dándole una mirada fiera a Hibari, casi como si lo estuviera retando a que le detuviera y corrió de nuevo a donde él.
— ¿Qué haces, Gokudera? —preguntó Yamamoto, sintiendo el tirón que le dio para levantarlo.
—Si te dejo aquí, el Décimo se decepcionará de mí. —gruñó Hayato. —Además, tú lo dijiste.
— ¿Eh?
—Yo soy quién debe de tener juntos a los guardianes vongola. —sentenció.
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Me debes un favor.
FanfictionMaldita sea, ¿qué tan jodido estaba? Se había enamorado del guardián de la Nube, el que nunca se ataba a nadie: Hibari Kyoya. * * [1859]