Hibari tosió suavemente al inhalar el humo rosa que lo estaba rodeando, cuando este se disipo, notó que se encontraba en el futuro. Frente a él se encontraba Kusakabe e Irie, ambos pasaron saliva al recibir la mirada agria de Hibari; Spanner que estaba detrás de una máquina, se asomó por esta, con la mirada perdida de siempre.
—Parece que funciono. —dijo Kusakabe. —Kyo-san está en el pasado.
—Hey, vicipresidente...—gruñó Hibari, amargo. — ¿Qué demonios hago aquí?
—Sigue pensando que soy el vicepresidente de la escuela. —pensó Kusakabe, lloriqueando. —Lo siento mucho, Kyo-san, fue una orden de su yo futuro.
— ¿Hmp?
—Hibari-san nos pidió enviarlo al pasado, fue una petición especial. —explicó Irie. No sabía cual le daba más miedo.
—Para que no nos mordiera hasta la muerte. —anotó Spanner.
— ¿Para qué? —gruñó Hibari, aunque parecía ya conocer la respuesta. Y esta involucraba al herbívoro rebelde con el que estaba hacer un par de minutos, acariciándole el rostro.
—Quería hablar con Gokudera-san. —contestó Irie. Kusakabe cerró los ojos, Hibari se sintió irritó de pronto, cada uno de ellos parecía ver lo que su patético yo era en el futuro. —No te preocupes, Hibari-san, estarás cómodo mientras estés aquí.
—Kyo-san ha dejado todo para que te relajes. —sonrió Kusakabe.
Con eso entendió que su regreso no sería rápido.
Kusakabe lo guío por el laboratorio, hasta que lograron salir, subiendo por las escaleras, notó que se encontraba en una enorme mansión. Probablemente la de los herbívoros Vongola; varias personas al verlo quedaban sorprendidos, algunos extrañados de que Kusakabe estuviera guiando a un niño por la mansión.
—Kyo-san tiene una habitación en el segundo piso. Lamento que todos estén tan atareados, Kyo-san, pero hoy el Décimo Vongola regresa a la mansión. Ha estado fuera por dos meses. —sonrió Kusakabe. —Va a regresar con Dino-san y Gokudera-san, parece que también traerán a algunos Varia. Harán una fiesta de bienvenida. Por supuesto, no tiene que asistir.
— ¿El herbívoro rebelde estará? —murmuró.
Kusakabe pareció sorprendido de su interés. —Sí...—no sabía cuanto podía decir del futuro, pero muy probablemente Hibari se daría cuenta. Tal vez por eso su yo del futuro había ido al pasado, para romper todas las esperanzas de su pequeño yo. —vendrá con Dino-san.
— ¿El potro salvaje que tiene que ver con el herbívoro rebelde? Seguro que está siguiendo al herbívoro Vongola. —contestó molesto.
—Dino-san y Gokudera-san... están casados. —concluyó Kusakabe.
Hibari se paró en seco, sorprendido por la declaración de Kusakabe. Entonces, recordó las palabras de Gokudera en la azotea, y enlazó todo. El herbívoro escandaloso y que últimamente se había convertido en una molestia, estuvo ahí, en el futuro. Por eso conocía sus sentimientos hacía Dino.
Aunque quiso permanecer indiferente, pudo notar como Kusakabe se sintió mal por él. Odiaba que le sintieran lastima, pero no quería que otro estúpido guardián le viera, por lo que le cerró la puerta en la cara.
Su habitación era bastante espaciosa, quizás demasiado grande para su gusto, sin embargo, mantenía el toque japonés que siempre le gustaba. Al ir a su armario notó que la mayoría de su ropa eran trajes y yukatas, por lo que optó por colocarse una de estas, de un tono morado con negro; Kusakabe tenía razón, su yo del futuro le había dejado todo preparado, incluso la ropa.
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Me debes un favor.
FanfictionMaldita sea, ¿qué tan jodido estaba? Se había enamorado del guardián de la Nube, el que nunca se ataba a nadie: Hibari Kyoya. * * [1859]