Paso una semana desde entonces. Todos parecían preocupados de ver a Hibari tanto tiempo ahí, pero Irie había inventado alguna excusa creíble (que él no se molestó en escuchar) para que dejaran un poco más a su yo del futuro, en el pasado. Gokudera por su parte era el menos interesado en los detalles de Irie, sabiendo perfectamente porque Hibari había viajado al pasado, se mantenía al margen de la situación.
Después de lo del beso, Gokudera lo evitaba por completo, aunque en realidad Hibari no solía salir demasiado de su habitación. Ahí tenía todo lo necesario y cuando quería las sirvientas o Kusakabe le llevaban la comida que quisiera; tampoco es que los guardianes estuvieran detrás de él, todos sabían que el guardián de la nube prefería mucho su soledad.
Por eso mismo cuando Yamamoto llegó a tocar a su puerta, frunció la boca.
¿Qué es lo que quieres? —puso de inmediato mala cara, amenazando con morderlo hasta la muerte con la simple mirada. Yamamoto suspiró, sabía que no sería bien recibido.
—Quiero charlar contigo.
—No. —Hibari empujó la puerta para cerrarla, pero Yamamoto la empujó del otro lado, haciendo presión para que la manija no se cerrara.
—Solo un momento, Hibari, tengo algunas preguntas para ti. —pidió, comenzando a meter un brazo y una pierna por la puerta. Ojalá estás se arrancaran del contrario cuando cerrara. Al final, Yamamoto fue más astuto para entrar. Kyoya frunció la boca y se fue hasta el otro lado de la habitación, observándolo con coraje.
—Habla antes de que cambie de opinión. —gruñó.
— ¿Qué ha pasado contigo y con Gokudera después de que te reuniste conmigo aquella vez? —preguntó Takeshi, sentándose en medio de la habitación. Hibari lo ignoró. —He notado que Gokudera te evita, ¿paso algo entre ustedes?
— ¿Sigues enamorado del herbívoro rebelde? —cuestionó Hibari, afilando la mirada en su dirección. —Eso es patético.
—Oh, no. Gokudera es uno de mis mejores amigos, me preocupa, es todo. —sonrió Yamamoto. —Mis sentimientos comenzaron a desaparecer luego de su rechazo. Me llevó tiempo, pero los superé. Ahora es feliz con Dino, y yo estoy feliz por ambos.
—Aunque sea una mentira. —se burló Hibari.
— ¿Una mentira?
Él no volvió a contestar dejando a Yamamoto preocupado por su afirmación, lo había dicho sin una pizca de duda.
— ¿Le has pedido a Irie que te regrese al pasado?
—Él lo regresará cuando tenga que hacerlo. —espetó Hibari. —No me interesa quedarme aquí por ese tiempo. Además, una vez que vuelva, será un dolor de cabeza con el herbívoro rebelde.
Yamamoto suspiró. — ¿Sigues considerando los sentimientos de Gokudera como una molestia de la cual tienes que deshacerte?
—Sí. —farfulló, observando con enojo el jardín. —Él es débil, por eso tiene esa clase de sentimientos hacía mí. Si sabe que es lo que le conviene, se deshará de ellos antes de que yo regrese.
El guardián de la lluvia lo miró con tristeza. ¿Cómo esa persona no era capaz de comprender lo increíble que era Gokudera? Ni siquiera estaba intentando quererlo, ni mucho menos parecía interesado. Yamamoto en parte agradeció cuando Gokudera y Dino iniciaron una relación, él parecía contento, más cómodo con el pasar de los meses y después de un año casados, parecía que de verdad había superado a Hibari.
Y así era.
No obstante, tan solo pensar en todo lo que tendría que pasar el pequeño Gokudera antes de llegar a esa felicidad, era devastador. Porque Yamamoto lo había intentado, hacer que lo quisiera, deshacerse de ese dolor que acomplejo por años al guardián de la tormenta, aunque fue en vano, Hayato nunca lo miró más que como un amigo.
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Me debes un favor.
FanfictionMaldita sea, ¿qué tan jodido estaba? Se había enamorado del guardián de la Nube, el que nunca se ataba a nadie: Hibari Kyoya. * * [1859]