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Dicen que hay fantasmas en la vida. Los míos son unos muy crueles, siempre molestado, siempre haciendo que vea las cosas de la peor forma.

Los veo a diario, a mi hermana cruzar la puerta vestida con poca ropa. A mi madre cruzar por mi lado entrando al baño. A mi padre acercándose con una sonrisa tétrica hacia mi.

Y entonces tengo miedo, miedo porque no quiero ver a Jungkook como algo así. No quiero verlo como un fantasma que aparece y se desvanece todos los días.

Quiero verlo junto a mi, incluso si eso es egoísta de mi parte en muchas formas.

- ¿Y este? - preguntó Jungkook sosteniendo sobre su pecho unos baberos de colores pasteles con bordado de animalitos en el medio.

Sonreí, ¿Cuanto habría dado antes para llegar a tener un momento así? Después de tanto dolor, después de tantas culpas. Simplemente tengo una suerte buena y mala a la vez.

Buena porque puedo ver las caras indecisas del padre de mi bebé mientras escogemos ropa para él o ella. Pero mala porque no tengo idea si en un futuro podré estar con cualquiera de los dos.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, quiero quedarme con ellos. Despertar todos los días en mi propia casa sin tener miedo de despertar en algún otro lugar.

Y sin embargo...

Solo debo afrontar mis castigos por todo lo que cargo desde el pasado. Mis fantasmas me están persiguiendo y por esa razón es que sé que quiero amarnos un poco más.

Quiero amarnos hasta que ya no podamos hacerlo. Quiero amarlo tan intensamente que tengo miedo.

- S-si, es perfecto - respondí limpiando mis lágrimas.

Jungkook alzó la mirada de nuevo y sonrió cálidamente pasando su brazo con la ropa por mi cintura y acercarme a él.

Acaricio mis mejillas con la otra mano y  después me movió de un lado al otro, balanceandonos.

- No llores mi amor, tu y el bebé están aquí ahora y por nada del mundo dejaré que me los quiten. - me murmuró - Confia en mi pequeño búfalo. - dijo con gracia.

Desearía hacerlo, y lo hago. Pero un enemigo tan fuerte nunca se quedará quieto. Suspire acercando su mano de mi mejilla hacia mi abdomen.

El pequeño bultito en mi vientre a penas había crecido un poco estos días. Pronto sería nuestra primera consulta de los dos meses y estábamos algo nerviosos por ello.

- Si estás cansado podemos ir por un helado. - ofreció Jungkook. - Iré a pagar lo que llevaremos y después podemos comprar helado y llevarlo a la casa.

- Si, ve yo te espero fuera. - dije alegre.

Ambos pasamos por los pasillos y Jungkook se detuvo a pagar algunos mamelucos y chupones mientras yo salí del lugar para quedarme esperando en la puerta.

Todo iba bien, las personas pasaban por las otras tiendas y algunas subían al patio de comidas de la tercera planta.

Pero entonces lo vi, vi a Hoseok sonriendome desde las escaleras eléctricas señalando a un costado mío.

Un terrible escalofrío cruzó mi espina dorsal y enseguida me aparté lo más que pude de esa esquina. No había nadie pero estaba muy asustado.

Dirigí mi mirada nuevamente a las escaleras pero Hoseok ya no estaba.
Puse mi mano en el pecho y respire hondo intentando calmar mis latidos. Puede que haya sido mi imaginación.

- Bebé, ¿te encuentras bien? - escuché a Jungkook decir en cuanto salió de la tienda. - Estas pálido, talvez debamos comprar helado antes de llegar a casa. - dijo preocupado.

Yo mire a todos lados y después tomé su mano.

- Creo que alguien está viéndonos - mencioné.

Enseguida, Jungkook vio disimuladamente detrás de mi y a las costados. Me abrazo e intentó ver más allá de donde estábamos parados.

- Vi a Hoseok subiendo las gradas, me sonrió y señaló algo junto a mi. - dije nervioso. - Quiero irme .... te-tengo miedo. - dije a punto de volver a llorar.

Jungkook se separó de mi y rápidamente me besó tiernamente, juntó nuestras frentes y acarició mis cachetes.

- Yo estoy aquí Taehyung. Cualquier hijo de puta que quiera tocarles un pelo se las verá primero conmigo. - dijo duramente. - Vámonos, hablaremos de esto en casa. - me pidió.

Asenti mientras el me abrazaba por la espalda y caminaba conmigo hacia las gradas que bajaban al garaje.

El viaje en auto fue más tardado, ya que por las suposiciones de que nos estén vigilando tuvimos que dar unas tres vueltas para despistar a quien quiera que nos vea.

Recién habíamos estacionado el auto y la puerta automática del porge estaba cerrándose lentamente. La puerta del garaje se abrió y Yoongi entró junto con Jimin.

Por la mañana Jimin había estado más tranquilo y sonriente que por la noche. Supongo que ambos pudieron hablar y eso les sirvió.

Vi de reojo como Jungkook hacia unas señas a Jimin mientras Yoongi se acercaba a nosotros.

- Tae, Jin y Jimin hicieron galletas. Deberías ir a probarlas. - me sugirió. - Hablaré un poco con Jungkook.

Yo asenti sabiendo de lo que hablarían  y me fui dentro de la casa junto a Jimin.

Al llegar a la cocina Namjoon iba saliendo, nos sonrió y después fue a la puerta del garaje que conectaba la casa y tras entrar la cerró.










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Este es el capítulo más corto que escribí hasta ahora.

Bueno, aquí empieza la persecución, espero que les guste.

Baiii~~♡♡♡

The Prostitute (Kookv) {[>M-PREG<]}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora