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Mi mirada estaba en la puerta de aquella blanca habitacion, mis uñas siendo mordidas por mis dientes mientra siento mi cuerpo temblar y temblar por el miedo que me consume lentamente hasta que finalmente esa puerta se abre.

Jungkook entró lentamente y cerró la puerta para acercarse y poner frente a mi cara el papel de esa prueba de paternidad que daba negativo.

- Ese bebé no es mío. - afirmó mientras tiraba el papel a un lado y se acercaba hasta mi nuevamente.

Todas mis alarmas internas se encendieron cuando me dio una cachetada y me jalo del brazo sin importarle que las agujas me hayan lastimado. Me tiró al piso y lo vi nuevamente.

Mis lágrimas empezaron a bajar mientras que mis brazos intentaban protegerme. La imagen de ese hombre sigue en mi mente.

De las veces que lo desobedeci y recibí su terrible castigo en el prostíbulo. Y daba tanto miedo compararlo con el chico que amo.

- Iras a ese lugar, no eres nada mío y ese bebé tampoco lo es. Me da asco solo de verlo. - dijo enojado.

Destapé mis ojos y me arrastre hasta sus pies, no podía volver. Si volvía ahí yo me mataría, no soportaría el mismo infierno dos veces.

Así que solo me incliné y besé los zapatos de Jungkook mientras más lágrimas salían y mi cuerpo temblaba.

- Por favor no, haré no lo que quieras. - supliqué - Puedes tomarme cuando quieras, p-puedo hacerte de comer y s-sé limpiar ..... por favor no. - rogué y rogué y seguí rogando.

Pero entonces, la risa de ese hombre resonó en la habitación.

Mi mirada asustada subió por las piernas frente a mi y entonces ya no me encontraba en el hospital, y el hombre a quien le besaba los zapatos no era Jungkook.

- Siempre arrastrándote. ¿Cuando aprenderás? - me preguntó antes de darme una cachetada y tomarme de los brazos.

Sus sucios besos empezaron a llenar mi cuello y entonces mis lágrimas no dejaron de salir. Volvía a ser su zorra, volvía a mi maldito infierno.

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Mis ojos se abrieron, tape mi boca para no dejar que mis sollozos se escucharan. Aún estaba en la habitación de la gran casa donde estábamos.

Mis ojos giraron a ver la espalda de Jungkook, él seguía durmiendo.

Con cuidado me levante y fui hacia el baño de afuera para no despertar a Jungkook. Cerré la puerta y llené la bañera de agua.

Me metí dentro y tomé una esponja rasposa y empecé a frotarme, una y otra vez hasta que el cuello me ardió.

- Estas tan sucio..... Tan sucio Taehyung. - susurré mientras más lágrimas empezaban a bajar por mis mejillas.

No me importó si mis sollozos se hacían más fuertes, ya no puedo aguantar este dolor.

Los recuerdos pasan uno por uno, todas sus violaciones y golpes marcados en mi memoria. Todas las veces que cerré los ojos cuando un desconocido me penetraba solo para imaginarme a mi hermana jugando conmigo.

The Prostitute (Kookv) {[>M-PREG<]}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora