The Prostitute (Kookv) {[>M-PREG<]}

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Al llegar la madrugada, aproximadamente a las dos con veinticinco, las ocho personas dentro de la casa se dispusieron a sacar el auto.

Jin, Jimin, Tae y Jennie caminaban con las maletas hacia la camioneta en lo que Yoongi la estaciona frente a ellos.

Namjoon y Jungkook sacaban un repuesto de llanta para el auto y Lisa se acercaba detrás de ellos cerrando con llave y cargando una bolsa de herramientas por si el auto tenía algún problema.

Llegar hasta el aeropuerto sería peligroso, en especial por las protestas y confrontaciones que suceden por la madrugada, pero todos llevaban armas y estaban dispuestos a irse juntos.

Yoongi bajó del auto y se acercó a los demás para acomodar todo en el maletero. Ya solo hacía falta que entraran al auto y salieran de aquel lugar.

- Llevamos todo. - dijo Yoongi acercandose a Jungkook. - Tengo entendido que habrá una protesta por el parque central. Debemos cruzar el puente que conecta al aeropuerto antes de que eso suceda. - informó.

Prácticamente, si no lograban cruzar el puente se quedarían en medio de la protesta y el enfrentamiento entre los militares y los rebeldes, cosa que los ponía en demasiado peligro. Así que el plan era cruzar y conducir al aeropuerto antes de que su vuelo salga evitando todo contacto que pudiera hacer que los militares piensen que son parte de la protesta, y en aproximadamente dos horas más serian libres.

- Bien. - respondió. - ¡Suban todos! - dijo en voz alta. - Nos vamos. - puntualizó.

Enseguida, Jimin fue al asiento del copiloto mientras que Lisa y Jennie se sentaban en la segunda fila, Nam y Jin en la tercera y finalmente, Taehyung y Jungkook en la última.

Todos tenían en mano las armas que usarían. Solo Jungkook y Namjoon tenían dos pistolas mientras que los demás cargaban con una de ellas junto a un arma blanca.

Taehyung veía por las calles y sentía su corazón apretujarse debido al nerviosismo que sentía. Hace un tiempo no creería estar recorriendo las calles de Seúl, después habría jurado que las cruzaría mientras vivía una vida tranquila, pero ahora sabía que no sería así.

Volteó a ver a Jungkook quien lo tomaba de la mano apretandola a momentos para darle confort. Lo había conocido de una mala forma, pero le había entregado todo de él.

De repente empezó a repasar cada momento junto a ese chico, sonrió con gracia al darse cuenta que no conocía prácticamente nada de su vida.

Ambos seguían siendo desconocidos para el otro, pero eso no había impedido que sus almas se encontrasen y se acoplen como lo estaban ahora.

Sentia que ambos estaban acurrucados en la misma posición en que se complementaban el Ying y el Yang. Distantes pero cercanos a la vez, ambos eran un color distinto pero genuino.

No había algo más, uno tenía el corazón del otro diferenciado como un blanco y negro desentonando en su color.

Recordó esas historias acerca del amanecer y atardecer que le contaba su abuela. Recordó que el momento es el momento, que el amanecer es un momento de inicio y el atardecer el momento del final.

Pronto amanecerá para ellos, pronto ese momento llegaría para decidir sobre dejarlos juntos o separarlos.

- Hey.... - murmuró a Jungkook acercandose a él para susurrarle. - Si después de que amanezca seguimos juntos.... ¿Prometes contarme sobre ti? - preguntó tiernamente. - Quiero saber quién es Jeon Jungkook. Y quiero que sepas quién es Kim Taehyung. - declaró.

Un día, su madre se había desvanecido con un atardecer. Ese día no hubo lágrimas, solo dejo que anocheciera y se quedó despierto hasta el siguiente día. Recuerda que aún hacia mucho frío, pero que igualmente abrió la ventana y miro directamente esos pocos minutos que duraron el amanecer.