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Hay algo interesante en el amanecer, es un nuevo día, es una vista increíble y también es la oportunidad para cambiar algo.

Recuerdo que cuando me emborrachaba y estaba totalmente perdido en mi mareada vista, veía al frente y atrás mientras que la mañana se hacía presente entre el mar negro de la noche que desaparecía.

De repente quería salir por las calles y gritar sin pensar en nada más que en todo lo malo que queda atrás. Quería caminar por las calles sintiendo esa libertad que nunca tendré y esas ganas de poder reconocer que cometí tantos errores como las personas que más odie en mi vida.

Pero así como se fueron las noches de borrachera, llegó a mi vida algo más importante. De repente mis ojos ya no veían ni adelante ni atrás buscando el consuelo de una mañana brillosa.

No, mis ojos sólo veían atrás y adelante buscando a un chico hermoso que me ve todas las mañanas y me abraza fuerte a pesar de que he cometido muchos errores y lo lastime muchas veces.

Entonces pensé que no hacía falta ser libre y correr por las calles como un animal fuera de la jaula, lo único que mi vida nunca tuvo lo tiene él en sus manos.

Tiene mi amor, mi confianza y mi protección, contra todos y todo.

Y es que no soy una persona libre, pero ahora esas cadenas oxidadas que llevo arrastrando desde hacía años están siendo reemplazadas por un pequeño hilo que me toma de la muñeca para impedir que suelte a Taehyung.

Verlo nuevamente es solo un anhelo, sentirlo entre mis brazos es un deseo jugoso y besar sus labios es demasiada codicia para mi.

Entonces me pongo mis zapatos junto con el traje negro escogido para la ocasión, pongo un escudo antibalas bajo la ropa y mi pistola cargada junto a dos repuestos en los bolsillos escondidos.

Tomo la foto de una persona que dejaré pronto, y la pongo junto a una rosa mientras mi sonrisa aparece.

Y el deseo inminente de no irme nunca vuelve, quisiera tanto poder escapar pero no hay otra salida.

Solo tomo mi chaqueta y salgo de aquel cuarto en un lujoso edificio del centro de la ciudad.

Varios guardias asintiendo en mi dirección como señal de que me apoyan en esto, y mientras bajo por el ascensor pienso una y otra vez en mis metas.

No hay vuelta atrás, pero tampoco existe otra salida así que solo camino por aquel largo pasillo que me conduce a la persona que más detesto.

- ¡Jungkook-ah! - exclama. - La reunión comenzará en cinco minutos, ve a traer a nuestro bebé y no te olvides del chico. - ordena.

Asentí en su dirección mientras me dirigía al cuarto frente a la sala de conferencia donde él esperaba acurrucado a un bebé de una semana.

- Ya es hora Suha. - le dije con una sonrisa amable mientras él suspiraba.

Abrazó al bebé y le repartió besos por toda su frente antes de entregarmelo. Sus lágrimas se agolparon en los ojos y entonces tomó mis manos sobre mi agarre al bebé.

- Cuídalo Jungkook. Por favor, cuida a este bebé. - me suplicó.

Tragué mis ganas de llorar. Asentí y salí de la habitación justo cuando los guardias personales del Jefe entraban.

Para cuando las puertas se cerraron solo pude escuchar un disparo dentro de la habitación. Cerré los ojos un segundo y entonces seguí avanzando hacia la sala de conferencia.

Cuando entre pude ver frente a mis ojos como los representantes de cada país estaban sentados viendo con desagrado al Jefe.

- Bueno amigos, como les prometí hace años. Finalmente logré crear una mutación que pueda implantarse en las personas sin necesidad de crearlos desde cero, y además de eso también encontré la forma de que esta mutación se pase a las siguientes generaciones como algo hereditario. - dijo haciéndome señales para entregarle al bebé.

The Prostitute (Kookv) {[>M-PREG<]}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora