Capítulo XII

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BLUE CODE 💙💛🐰🐥💫💜

XII

Su estudio era espacioso y pulcro, JungKook es una persona sumamente organizada, muchas veces, sobrepasa sus propios niveles de intensidad.

En un costado tiene un pequeño living para descansar o simplemente charlar con sus Hyungs.
Un hermoso sofá francés de un sólo brazo en tonos gris y púrpura estaba en el centro, no lo pensó dos veces y llevó a su invitado hacia allí.

- ¿Te sientes bien? Había preocupación en su voz.
.... Silencio....

- Voy a quitarte tu pantufla, está empapada.

Comenzaba a examinar al chico de cabellera dorada.
Realmente le parecía un ángel, su piel reluciente y sus labios rojos pomposos no le permitían reaccionar con normalidad.
Hasta él se sorprendía de su cinismo por no disimular su creciente interés en ese chico.

De pronto un destello a través de su camisa le permitió ver como titilaba el piercing en el pezón del rubio, estaba completamente concentrado en ello.
Tuvo que sacudir su cabeza varias veces para tratar de volver a la realidad, lográndolo al cuarto intento.

Comenzó a limpiar su pie para apreciar mejor esa herida, aún tenía vidrios en su piel, por lo que procedió a quitarlos con sumo cuidado.
Jimin no se inmutaba en todo el proceso, definitivamente estaba fuera de sí y eso le intrigaba tanto como le preocupaba.

- No quiero pensar... Susurró al fin en un hilo de voz apenas audible para el contrario.
- No pienses entonces, tranquilo. Tomó su mano en un intento de hacer que sus ojos se conectarán, pero fue en vano, el chico seguía en trance.

JungKook apartó el cabello mojado por el sudor y lo colocó detrás de la suave y pequeña oreja del rubio.
El contacto con su piel era una sensación agradable, su piel era tersa, parecía sacado de un cuento de hadas, siendo él, la más hermosa y frágil criatura que haya visto antes.
De repente, un olor a vainilla inundó sus sentidos, él era realmente sensible a los olores pero en esta ocasión ese olor le parecía agradable, es más, desde ese día se convertiría en uno de sus favoritos o a decir verdad en el único.

Su mente le indicaba que el chico frente a él era peligroso, pero hizo caso omiso, su olor a vainilla y a peligro le invitaban a entrar en aquel mundo desconocido hasta el momento.

- Tranquilo, todo pasará pronto, ya lo verás hermoso. Tomó su mano para acercarlo a él, JungKook permanecía de rodillas frente al chico, buscaba hacerle sentir protegido y parecía que comenzaba a lograr avances.

- Estoy harto de todo, volvió a susurrar.
- Pues desconecta tu mente de eso, le respondió con toda la suavidad posible.
- No puedo... Su voz tembló.
- Claro que puedes cariño, tú puedes. Su brazo viajo por la espalda del contrario para hacer que apoyara la cabeza en su hombro y lo logró.

Sentía su olor inundarle los sentidos y le fascinó esa sensación, la frente del rubio chocó contra su hombro, haciendo que las manos del castaño viajaran hacia su pequeña cintura.
Con sus brazos le trataba de dar protección, con su tacto trataba de decirle que todo estaría bien.

Era un desconcido, pero JungKook realmente sintió la necesidad de hacerlo sentir protegido y estaba descubriendo que esa sensación le hacía sentir demasiado bien.

- Todo esto acabará pronto, le susurró al odio.
Estuvo atento al momento en el que el rubio se separó de él para tratar de verle, la mirada del chico estaba perdida pero percibía como batallaba internamente, en un intento fallido por recuperarse.

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