2 | DUSK TILL DAWN (BUCKY BARNES)

Capítulo 16

Era tarde por la noche. El sueño parecía no estar cerca y lo único que sentía era el aburrimiento de llevar horas mirando las paredes de su habitación. El reloj en su mesita de noche marcaba las 2:00 am, por lo que supuso que era la única en todo el edificio que aún no podía conciliar el sueño, lo cual era algo frustrante.
Salió de la cama, sintiendo el frío del suelo en las plantas de sus pies, y atravesó la habitación hasta llegar a la puerta. Camino por lo largo del corredor, atravesó la sala de estar y llegó a la cocina.

Se sobresaltó al ver una figura masculina sentada a la mesa, pero omitió cualquier grito al ver que se trataba del desaliñado dios asgardiano.
En su mano sostenía una cerveza, de las que Clint compró más temprano.
Se quedó un rato de pie en el umbral, pero al parecer él ni siquiera notaba su presencia.

Se sirvió un vaso de agua y recorrió la silla para poder tomar asiento junto a él.

— Hey amigo, ¿estás bien? —preguntó con cierta cautela.

Thor finalmente la miró, después de unos largos segundos asintió y le dio un sorbo a su bebida.

— ¿No crees que es algo tarde para estar bebiendo? —le pregunto.

— Esto funcionará, ¿cierto? —hablo, ignorando por completo la pregunta anterior.

— Tengo confianza de que si. —le aseguró— Y tú igual debes tener confianza de que así será.

Thor asintió, agachó su mirada por un momento mientras Leah le daba un sorbo al agua.

— ¿Lo extrañas? —dijo el asgardiano, más que nada afirmándolo.

Las lágrimas se habían vuelto muy difíciles de contener desde hace cinco años, cada vez que alguien mencionaba a Bucky.

— Todos los días. —respondió casi en un susurro.

Thor asintió y por unos minutos el silencio reino. En parte era bueno compartir sus penas, en vez de afrontarla solos, así fuera estando en silencio; ambos sabían que no estaban solos.

— Crees... —musitó el rubio, debatiéndose si terminar de formular su pregunta o no— ¿Crees que podamos hacer que Loki regrese?

Leah se sintió sorprendida y un tanto presionada al tener que dar una buena respuesta; no podía decirle que si de manera tan ligera, pero tampoco podía negárselo rotundamente.

— No lo sé, amigo. —dijo— Podríamos intentarlo.

El dios asgardiano se conformó con esa respuesta. Le dedico una sonrisa al mismo tiempo que le daba un ligero apretón a la mano de la chica, para después terminar su bebida de un trago.

•—•—•—•

— Casi todos en esta habitación han tenido un encuentro con al menos una de las seis Gemas del Infinito. —decía el capitán.

— Bueno, sustituiría la palabra "encuentro" por "casi" asesinados por una de las seis Gemas del Infinito. —corrigió Tony.

— Yo no. —replicó Scott— Ni siquiera sé de qué demonios están hablando.

Pero todos ignoraron ese detalle, y la explicación continuó.

— Sin embargo, sólo tenemos suficientes partículas Pym para un viaje de ida y vuelta para cada uno —continuó Steve, luego de la interrupción— y estas Gemas han estado en muchos lugares diferentes, a lo largo de la historia.