- Lo perdí. -dijo la chica entre lágrimas.
- Lo sé. -le respondió el chico- Pero yo puedo hacerte feliz.
¿Cuál era el problema? Fácil. Él no era James.
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Todo era un campo de batalla.
— ¡Si salimos vivos, yo invito los tragos! —prometió Sam, a sus dos compañeros de combate.
— ¡Aceptó! —exclamó Leah, sin dejar de atacar a esas horribles criaturas.
— No creo que sea el momento. —reprendió Rhodey, pues con ellos no se podía trabajar con seriedad.
Pronto divisó a Bucky en un gran aprieto, su arma cayó lejos cuando uno de los monstruos se abalanzó sobre él y otros más se le unieron. Abandonó su posición y descendió para ayudarlo a deshacerse de todos. Por un momento lo logró, pero Steve y Bruce se encontraron en la misma situación y después ella se vio rodeada.
Hasta que algo golpeó la tierra haciéndola temblar. Sintió el viento golpear su rostro cuando algo que no alcanzó a ver pasó a su lado deshaciéndose de todas esas criaturas que los atacaban. Quien menos esperaba ver, por obvias razones, estaba ahí. Junto a otros dos individuos que no sabría identificar.
Su aspecto era bastante diferente, pero ahí estaba. Con aspecto imponente y poderoso. Thor.
— ¡Tráiganme a Thanos! —exclamó el dios, entrando rápidamente a batalla.
— Parece que tu amigo está bien. —comentó Bucky, tomando su arma nuevamente.
— Parece que si. —dijo Leah, sonriendo con alivio— Te quiero en una sola pieza, Barnes. —advirtió antes de volver a unirse a Sam y Rhodey.
— No prometo nada, muñeca.
Los árboles comenzaron a caer, y después y la tierra comenzó a moverse debajo de sus pies, pero nadie sabía con exactitud de donde provenía ese sonido. Hasta que algunas extrañas máquinas traspasaron la barrera y ahora arrasaban con todo a su paso.
— ¡Retrocedan, ahora! —ordenó T'Challa
— Concentren sus ataques a la izquierda. —indicó Rhodey, y los tres voladores atacaron al mismo tiempo.
Se concentraron en derribar a las demás, cuando Wanda llegó justo a tiempo para evitar que las máquinas hicieran trizas a Natasha y Okoye. Leah continuó con su trabajo. Extendió sus brazos hacia el frente y de las palmas de sus manos emanó su característico poder, logrando así congelar a todo monstruos que abarcaban un perímetro no muy extenso pero que ayudaba bastante. Luego cerró y abrió sus puños, para así volverlos trizas.
— Chicos, tenemos un problema con Visión. —alertó Sam, pasa luego ser derribado.
