Capítulo 11

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Llevaba en el auto más tiempo del que, según ella, tenía planeado. Esperaba que en poco rato llegaran a la torre Stark, pero Steve siguió conduciendo. Se removía en su asiento, incómoda, al tan sólo imaginar cómo sería el encuentro. La última vez que estuvieron frente a frente, las cosas terminaron de la peor manera.

Por un minuto pensó en intercambiar asientos con Steve, y dar la vuelta. Ya encontrarían otra solución. Además, desde el principio les advirtió que existía una gran posibilidad de que se negara a ayudarlos. Aún así no insistió y prefirió pasar el rato en silencio, sólo con sus audífonos. Y durante ese tiempo se perdió en sus pensamientos; se imagino lo increíble que sería si llegaran a tener éxito. Tener nuevamente un mundo de posibilidades era el motivo por el que había aceptado acompañarlos en vez de quedarse a esperarlos en el Complejo. Aunque ahora que el auto se detuvo, comenzaba a reconsiderar su decisión.

¿Qué se supone que dijera? Stark corto todo contacto con ella, ni siquiera fue invitada a su boda y por eso mismo recibió una carta de disculpa de Pepper. No quería saber nada de ella, y ahora se encontraba en su casa.

Se sorprendió al ver a una pequeña niña en los brazos de su antiguo amigo. Al menos él pudo conseguir todo lo que quería y era feliz por él. Aunque él no parecía muy alegre por verlos. Natasha y él se saludaron, supuso que después de todo, la única con la que seguía en contacto era ella. La mirada que les dedico al capitán y a Leah era neutral, y eso no la hizo sentir muy cómoda, al contrario, se sintió como una intrusa que claramente no era bienvenida.

— Será mejor que espere en el auto...—dijo, a punto de abrir la puerta del asiento trasero.

— No, no. —la detuvo Scott, con una amplia sonrisa— Ven, ven, también eres del equipo.

Afortunadamente Tony los recibió cortésmente en su hogar, y por un momento se mostró dispuesto a escuchar lo que tenían que decir. Aunque, después de escuchar la extensa explicación de Scott, su expresión cambió y no precisamente a la que estaban buscando. Leah conocía de sobra al millonario como para saber que en su mente los llamaba incrédulos, o algo peor.

— Sabemos como suena... —dijo Scott, al darse cuenta.

— Tony, después de todo lo que has visto, ¿sería algo realmente imposible? —preguntó Steve, serio y sin ganas de jugar, y esperaba obtener una respuesta igual.

— La fluctuación cuántica interfiere con la escala de Planck, lo que desencadena la propuesta de Deutsch. ¿Estamos de acuerdo en eso?

Asintieron, pero era muy probable que no entendieran el noventa por ciento de lo que dijo.

— En términos simples, significa que no van a volver a casa. —simplificó.

— Yo lo hice. —dijo Scott, mostrándose como ejemplo. Decía que si la suerte o el destino en sí lo hicieron regresar, entonces también podrían tener éxito.

— No, sobreviviste accidentalmente. Es una casualidad cósmica de mil millones a una. Y ahora quieres hacer un... ¿Cómo lo llamaste?

— Un atraco al tiempo. —repitió un tanto avergonzado ahora que analizaba sus propias palabras.

— Si, eso. ¿Por qué no pensamos en esto antes? ¿Por qué es ridículo? ¿Por qué es un sueño?

— Tony... —habló Leah por primera vez, sintiéndose mal e incomoda por decir su nombre con tanta confianza— Lo lamento. Sé que suena imposible y a la vez como una tontería. Yo reaccioné igual. Pero después de tanto tiempo, podemos volver a tener esperanza, y teniendo eso podemos tratar de nuevo. Todos perdimos a alguien, a muchos diría yo, incluso tú. Pero si existe una sola posibilidad de que esto funcione, ¿por qué no hacerlo?

2 | DUSK TILL DAWN (BUCKY BARNES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora