2 | DUSK TILL DAWN (BUCKY BARNES)

Capítulo 12

Apenas podía creer lo que veía. En las veces que llego a hablar con el científico por teléfono, nunca le menciono esto. Que en realidad no era para tanto, pero si era un gran detalle, que por alguna razón, omitió.

— Bruce, cuando me mencionaste un cambio. Nunca creí que te refirieras a esto. —dijo Leah.

Frente a ella se encontraba su amigo, luciendo como él y a la vez no. Era enorme y verde, pero no estaba enojado, al contrario, se pasaba la mayoría del tiempo bromeando y riendo. Oh, y usaba lentes y ropa sin necesidad de romperlos. Leah deseo por un momento tener los poderes de Wanda y saber que pensaba Nat en ese momento.

— No es algo que dices en una conversación casual. —se defendió Banner— Esperaba un buen momento para contártelo.

— ¿Cuándo? ¿En otros cinco años?

— Por supuesto que no, o quien sabe.

— Pensé que nos teníamos confianza, Banner.

— Hey, hey. Creo que nos estamos desviando del tema principal. —intervino Steve, de otro modo, no llegarían a ningún lado.

Pero nadie dijo algo al respecto, seguían bastante impresionados con la nueva imagen de su viejo amigo.

— Lo sé, pero realmente estoy muy confundido. —dijo Scott, sentado a un lado de Leah. Ahora le encontraba
sentido a esa frase de un cerebro más grande. Aunque en ese momento, no tenían idea de lo que se encontrarían.

— Es una época tan confusa.

— No, no me refiero a eso.

— Lo sé, sólo fue una broma. —decía Bruce. Ahora hablaba ma efusivo de lo que antes llegó a hacerlo en un día— Sé que es una locura. Uso ropa como ustedes.

— ¿Por qué? De verdad, ¿por qué? —insistió Scott. Ninguno supo si de verdad estaba muy sorprendido, o muy emocionado.

— Hace cinco años nos dieron con todo, pero fue peor para mi. Perdí dos veces. Perdió Hulk, luego Banner también, y luego, perdimos todos. —explicó.

— Nadie te culpó nunca, Bruce. —le dijo Nat.

— Yo si. —le respondió cabizbajo— Por años estuve tratando a Hulk como si se tratara de una enfermedad que debía eliminar. Pero luego decidí verlo como la cura. Dieciocho meses trabajando con rayos gama. Uni la mente y la fuerza en un sólo ser. ¡Ahora mírame! Lo mejor de ambos mundos.

— Si, ¿ves? Así es como lo sacas a una conversación casual. —dijo Leah.

Bruce no pudo replicar, pues en ese momento unos niños se acercaron emocionados a pedirle una foto. Y eso desató una pequeña pero muy incómoda escena en la que Scott les ofreció una foto con él, pero ninguno lo conocía.
Leah recordó los buenos tiempos. Después de la batalla contra Loki, se hicieron mundialmente famosos. En todos lados aparecían sus fotos y uno que otro producto. No podían salir tranquilamente a la calle sin ser rodeados por un enorme grupo de personas. A veces era agradable, otras no tanto. Por eso consideraba el tiempo que vivió en Bucarest con Bucky como el más pacífico y bello. Ahora todo eso quedó en el pasado.

— Bruce... —habló Steve una vez que los niños se fueron— Volviendo a lo anterior.

Banner suspiro.

— Quieren viajar en el tiempo y salvarlos. —resumió— Es que eso no es realmente en lo que me especialice.

— Pero uniste a Bruce y a Hulk. —agregó Natasha— Recuerdo que hubo un tiempo en el que eso parecía imposible.

•—•—•—•

Bendita sea Natasha Romanoff y sus poderes de convencimiento. Al menos funcionaron con Bruce, y después de una larga plática y considerarlo varias veces, accedió a unirse al desafío.

— ¿Crees que funcione? —le pregunto, mientras Banner preparaba todo el equipo y armaba todo un plan. Cosas de científicos.

Bruce empezó toda una larga e incomprensible explicación. Factores, la continuidad espacio-tiempo, etc... pero ella sólo necesitaba como respuesta una palabra.

— Bruce... —lo interrumpió alzando la ceja.

Él suspiro. No quería darle una negativa tan pronto, pero tampoco quería darle demasiadas esperanzas porque si todo salía mal, el golpe sería más fuerte.

— Quizá... Puede ser. Debemos estar abiertos a todas las posibilidades.

Después de un rato más de bombardearlo con una pregunta tras otra, dejo que continuara con su trabajo. Se puso de pie, y estuvo caminando por todo el Complejo. Todo seguía igual y aún así lo sentía diferente. La idea de Scott era su última, y única esperanza, si no resultaba, entonces ya no sabría qué hacer.

Quizá debería empezar a ser algo más positiva.

Se dejó caer sobre el sofá, con sus pies sobre la mesa de centro. En los viejos tiempos eso hubiera ameritado un regaño de Steve.

— Si sabes que eso te traerá problemas, ¿no?

Su voz. Nunca pensó que llegaría a extrañarla tanto. No importa cuantas veces pelearan, siempre lo seguía considerando su buen amigo y compañero de miseria por los últimos cinco años.

— No si no dices nada.

— Hecho. —sonrió ampliamente. Metió las manos a los bolsillos de su pantalón y, dudosamente se sentó a su lado sin decir nada.

— ¿Qué haces aquí? —le pregunto.

— Natasha me llamó, dijo que se trataba de algo que involucraba a todo el equipo. —explicó— No contestas mis llamadas, tampoco mis mensajes. Creí que ya no querías saber nada de mi.

De pronto se sintió culpable. Pietro era su amigo, se alejó de él y los demás, pero es que no supo cómo manejar todo lo ocurrido.

— Lo lamentó. —murmuró— Fui realmente egoísta. No fui la única que perdió a alguien.

Él negó y palmeó su mano.

— Es parte del duelo. Yo también fui egoísta, no debí presionarte de esa manera. Al contrario, debí entenderte. Fui un total fastidio.

— Si, lo fuiste. —bromeó.

Permanecieron un rato en silencio. Pensó que quizás Nat aún no le contaba todo, y eso incluía la gran idea de Scott.

— ¿Te dijeron...?

Pietro asintió sin permitirle terminar la pregunta.

— Barnes puede volver, existe esa posibilidad. —resumió. Le agradaba la idea de regresar a todos, pero si Bucky regresaba...— Sé lo que sientes por él, estoy consciente de que es algo que no dejarás ir tan fácil. Pero, quería pedirte una cosa. —ella escuchó con atención— Hasta que eso pase, permíteme seguir tratando de conquistarte.

— Pietro...

— Es lo único que pido. Lo peor que podría ocurrir sería que me rechaces otra vez.

No respondió, de nada serviría negarse, lo había hecho cinco años y él aún insistía. Pietro lo dio por hecho y al cabo de unos minutos, se unieron al resto del aún incompleto equipo.