Capítulo 22

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MARATÓN

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— ¡Sólo denme ese maldito guante! —exclamó frustrado el sokoviano. El equipo llegó a notar que su acento era más pronunciado cuando se enojaba— Puedo hacerlo. De otro modo él conseguirá las gemas.

— No creí que diría esto pero Sonic tiene razón. —dijo Tony. Ni siquiera en momentos así dejaba de bromear— Carson, puedes seguir besuqueando a tu novio más tarde. Ahora ponte a trabajar.

Leah se resistió a no arrojarle algo al hombre de acero para hacerlo caer, pero aún así rió. Extrañaba los tiempos en los que ese tipo de bromas formaban parte de su día a día. Volver a escucharlas era como música para sus oídos.

— Te veré cuando esto acabe. —murmuró Bucky, con una sonrisa que no se borraba de sus labios.

— Si... quizá debas dejar de decir eso. —dijo Leah haciendo una mueca— La última vez no salió nada bien.

Bucky rió con fuerza.
Diablos, como extrañó ese sonido.

— Esta vez es en serio. —le aseguró usando un tono más serio para poder convencerla— Te amo, linda. Ahora ve y acaba con ellos.

Leah lo besó con ansias nuevamente, de forma rápida. Luego sin previo aviso, se alzó en el aire en busca de su compañero.

— Muy bien, Maximoff, ¿En dónde estás? —cuestionó, dirigiéndose al lugar donde Valkyria indicó que estaba la van.

— Tendrás que ser más específica esta vez.

Su felicidad incrementó exponencialmente cuando escuchó esa voz con bonito acento proviniendo del artefacto que les permitía comunicarse.

— Brujita, no sabes cuánto me alegro de escuchar tu voz. Pero en estos momentos, necesito a tu hermano.

Wanda soltó una pequeña risa traviesa y regresó a su labor. Más tarde platicarían y se pondrían al corriente de lo que ocurrió con Pietro en el tiempo que ella no estuvo.
Encontró al platinado esquivando los ataques, luego de que Peter Parker le entregara el guante con las gemas incluidas.

Estuvo a punto de descender, teniendo cuidado de que nadie llegara y la atacara por la espalda. Apenas sus pies tocaron la tierra, escuchó al sokoviano soltar un quejido para luego caer de rodillas con una expresión de dolor.
Leah abrió los ojos y corrió rápidamente hasta llegar a su lado.

— ¿Qué pasó? —cuestionó. Pietro sólo soltaba quejidos, no podía responder, pero se encargó de señalarle el lugar herido. Su pierna estaba manchada de sangre, y la hemorragia parecía ni detenerse— No, no, no. —repetía una y otra vez.

— Está bien, puedo hacerlo. —aseguró, tratando de incorporarse pero cayendo bruscamente de nuevo— Sólo tienes que abrirme paso.

— No, no puedes. ¿Acaso no estás viendo?

Miró a todos lados, pero sus compañeros parecían muy ocupados peleando como para darse cuenta del aprieto en el que se encontraban, y Wanda se enfrentaba por su cuenta a Thanos, pero al parecer no necesitaba mucha ayuda.
Una ráfaga de disparos impactaban en el suelo, uno tras otro, no daban ni siquiera una oportunidad de protegerse.

Ellos estaban más en riesgo. Pietro no podía moverse y Leah no pensaba dejarlo ahí solo, y no es como si sus poderes le permitieran crear una barrera inmune a los disparos.

Su vista fue bloqueada ante la presencia de una tercera figura.

— No te preocupes, Leah. Yo estaré aquí.

2 | DUSK TILL DAWN (BUCKY BARNES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora