❄️ Capítulo 20❄️

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Se sentía afectado, temía que kert lo odiara, sinceramente era lo más importante para él. Cuidó de kert hasta cuándo tenía malos momentos, nunca le levantó la voz más de lo debido, tampoco Shura lo hizo. Lo consentía de la forma que no se convirtiera en un mal agradecido de grande. Lo consoló las demasiadas veces que tenía caídas.
Hizo lo posible como para que no le doliera su actitud.
Era como abrir las viejas heridas y echarles vinagre.

Estaba en el templo de Shura, sobre su pecho mientras dejaba que los sentimientos tomaran el control, él apoyó su brazo en su espalda, esa simple acción significaba demasiado para el acuariano.

-Se que las cosas terminarán pronto.-añadió Shura mirando a la nada.-Kert solo necesita algo de espacio y tiempo para asimilarlo, debe entender..

-Creo que no me sentía de esta forma desde hace años, no puedo imaginarme que se coloque en contra mía.-suspiró.

-¿Por qué lo haría?

-Tal ves porque le escondí la verdad por tanto tiempo..

-Tarde o temprano sabíamos que iba a ocurrir. No pensé que de esta forma pero así se dió y no tenemos otra alternativa.
Ahora esperemos un poco, también debemos entender lo que él siente..

Camus realizó un pequeño movimiento para afirmar su opinión, dentro de unos minutos el peliverde se levantó de pronto, despertando a Shura que empezaba a dormirse mientras lo tenía sobre sí.

-¿Ocurre algo..?

-Kert, está aquí.-susurró y abrió la puerta de la habitación para salir y verlo parado en medio del salón. Lo notó triste, verdaderamente sus ojos estaban cristalizados y sus labios temblaban mientras trataba de aguantar la respiración, dudó un momento en bajar las escaleras, pero simplemente no pudo evitar hacerlo desesperadamente y tomarlo entre sus brazos, en cuanto lo hizo no sabía que expresar para que su hijo viera que estaba demasiado afectado.

-Perdón..perdón por haberme molestado, yo no podía procesarlo tan rápido...-dijo con la voz entrecortada.-Ma..yo jamás me enojaría contigo por algo que pasó en el pasado...-trató de sonreír mientras su respiración se le entrecortaba.

Probablemente habría roto en llanto al escuchar las débiles palabras de ese jovencito que no tenía la culpa de nada, pero le sonrió como solo a él podría sonreírle. Casi nunca lloraba, sus ojos azules en esa noche mostraban total arrepentimiento el cual no debería de sentir. Desde hace mucho, no se sentía de esa forma, con energías para decirle cuánto lo amaba, cuanto daría por él. Su corazón estaba feliz.
Ser madre a esa edad,
a los dieciséis, podría haber significado la propia muerte, pero la habría dado con tal de que su hijo siguiera con vida.

Reconoció su error al ocultarle la verdad, y aceptaba las consecuencias, debería hablar cara a cara con Milo, decirle que ya no deseaba seguir con este odio por partes iguales. Eran adultos, la única forma de resolverlo sería hablando. Ya no habrán golpes. No quería que esto continúe.

Shura, que se había mostrado en la puerta, los miraba con ternura. Sonrió y se volvió a meter en la habitación mirando por un momento  la pequeña ventana.
Camus creyó que bajaría y entre todos se abrasarían como una manera de tener nuevamente la relación de antes, pero no lo hizo..
Quizá le dolía a Camus saber que Kert podría odiarlo, pero más le dolía al de Capricornio, pues lo que había tratado de ser, un padre, por tantos años al fin se había descubierto y ahora solamente era un hombre que se sentía inservible.

-Kert.-lo tomó por los hombros con cautela.- ve con Shura, habla con él sobre lo que quieras, no te esconderá nada.-murmuró pensando aún en lo que estaría por hacer.

Madre a los 16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora