Capítulo 24

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Era tarde, pero Las Vegas estaba completamente despierto.

Lena había logrado conseguir entradas para el espectáculo del Cirque de Soleil. No sabía qué lo había hecho tan bueno, ver a esos talentosos artistas locos volar por los aires o escuchar los constantes jadeos ansiosos de Lena. Supuse que era la combinación de ambos.

Sam estaba un poco borracha y Sam y yo tuvimos que reírnos varias veces porque no podía callarse, parloteaba alegremente, arrastrándonos de un bar a otro.

Habíamos intentado jugar algunas máquinas tragamonedas en el Casino, pero al final habíamos perdido más dinero en el lugar del que habíamos ganado. No importaba. Tan cursi como era, ya me sentía lo suficientemente afortunada. Al menos esta noche.

Cuando finalmente estábamos en un club con una gran pista de baile, la emoción llegó a su clímax. Había pasado tanto tiempo desde que la habíamos bailado. Juntas. Lo había extrañado. Tenía que admitir que comenzaba a sentirme exhausta, pero estaba haciendo todo lo posible para mantener mi fuerza.

Mi novia se veía deslumbrante, era fascinante la elegancia con la que su cuerpo se movía, cómo se movió sensualmente sobre la pista de baile sin ningún esfuerzo.

Sentí sus manos en mis caderas, presionando su cuerpo contra mí desde atrás mientras nuestras caderas se movían al unísono.

-Eres tan sexy. – susurró con voz ronca en mi oído. Me sentí sonrojar.

-He visto gente mirándote. – continuó, sus manos corriendo hacia arriba y hacia abajo por el costado de mi cuerpo. -No me gusta, pero también me enorgullece porque estás aquí conmigo. Porque estás bailando conmigo..."

Sacudí mi cabeza.

-No creo que nadie esté mirándome, Lee. En todo caso, te están mirando, porque eres bastante perfecta.

-¡Uh-uh!- exclamó, dándome la vuelta para que estuviera frente a ella, abrazándola mientras bailamos.

-¿Ves a esa chica de allí? Antes, cuando estaba tomando otro trago, la escuché hablar de ti. Dijo que estabas caliente, que estaba pensando en venir a pedirte bailar.

Yo fruncí el ceño con una sonrisa tímida

-Estás inventando eso.

-Ojalá.- besó mi mejilla mientras dejaba que sus manos desaparecieran en los bolsillos traseros de mis pantalones. -Pero le dije que estás aquí conmigo y ¿sabes qué?

-¿Qué?

-No puedes verlo, pero nos está mirando directamente, frustrada porque yo sí puedo tocar tu lindo trasero.

-¡Lena! - exclamé, rodando los ojos con la cara totalmente caliente, pero ella comenzó a reírse.

Sacudí mi cabeza nuevamente pero no pude evitar sonreír.

Bailamos así durante un rato más mientras Sam estaba ocupada tratando de decirle a un chico que no iba a darle su número.

Por mucho que quisiera bailar toda la noche, sabía que tenía que sentarme y tomar un poco de agua si no quería dejar que la debilidad me cubriera.

-Oye... necesito un descanso... –anuncié. -Por favor, sigue bailando. Me voy a sentar allí y tomar una copa.

-¿Estás seguro? ¡Puedo sentarme contigo!

-Estoy segura. No te preocupes, voy a ayudar a Sam a deshacerse del tipo raro de allá, estoy segura de que estará agradecida. - expliqué con un guiño.

-Hmm, ok.-finalmente estuvo de acuerdo, colocando un beso rápido en mis labios. -Pero dime si quieres irte, podemos irnos cuando quieras o necesites.

The last breath of my heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora