Capítulo 22

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Me paré frente a la puerta blanca, mi mano apoyada contra el material de madera. Tragué saliva, sin saber si tocar o irme. Sentí un escalofrío recorriendo mi cuerpo, a pesar de que el edificio se calentó y se suponía que mi abrigo me mantendría caliente. Fue uno de esos temblores rápidos que comenzaron en la parte posterior del cuello y rápidamente se dispararon a través de la columna vertebral, hasta llegar a los pies.

Entonces toqué.

-¡Adelante!- escuché la voz amigable decir y lentamente abrí la puerta, todavía un poco vacilante.

Cuando entré pude ver la expresión de sorpresa en el rostro de la mujer.

-Lena. – dijo Lucy, levantándose de su asiento con el ceño fruncido en la frente. -¿Todo bien? ¿Sucede algo con Kara?

-Kara está bien.- aseguré, cerrando la puerta en silencio.

-Entonces ¿En qué puedo ayudarte?

Me senté, tratando de no mirar demasiado alrededor de la habitación para evitar ser abrumada por los recuerdos de mi última visita.

-Se trata de Kara, obviamente... ella y yo estamos cumpliendo con una lista de deseos. Quiero llevarla a París

Lucy sonrió, asintiendo lentamente.

-Ya veo... -murmuró. Su ceño indicaba que estaba pensando cuidadosamente en su respuesta.

-Escucha. Te digo esto porque sé que eres su médico desde que enfermó y tu mejor que nadie conoces cómo reacciona su cuerpo...Tú ¿crees que sea mala idea que viajara a Europa? Obviamente con todos los cuidados necesarios-

-Para ser honesta, Lena...-comenzó. -No estoy segura de sí es una buena idea. Sabes, este sería un viaje bastante exhausto y aunque creo que Kara ha sido notablemente fuerte últimamente, creo que un viaje a otro continente podría traer algunos riesgos. No voy a mentir, creo que con respecto a su condición podría ser más seguro permanecer en el país.

Tragué duro

-Sé que hay buenos médicos en todas partes.- continuó. -Pero podría complicarse, podría ser mejor para ella mantenerse lo más cerca posible de sus propios médicos. Creo que deberías considerarlo con mucho cuidado. Sería un vuelo largo, muy probablemente mucho estrés.

-Está bien.- la interrumpí. -Entiendo. Por eso vine aquí, sé que tu más que nadie ves por el bienestar de Kara.

-Lena. Creo que es extraordinario que quieras hacer esto por ella. Creo que es increíble lo que ustedes dos tienen y el gran apoyo que eres para ella.

-Sí...-exhalé. -Pero no cambia nada. Quiero decir, he hecho todo lo que está a mi alcance para que mejore. Los laboratorios de L-Corp no tienen descanso para buscar una cura. Pero, vamos, estamos hablando de una enfermedad contra la que se ha luchado por décadas, miles de doctores y laboratorios han intentado durante años elaborar una cura. Ellos han invertido todo su tiempo en ello. Y tiempo es precisamente lo que le falta a Kara. Nada de lo que haga puede ayudarla realmente.

Tensé la mandíbula, conteniendo los sollozos que querían escapar de mi boca.

-Eso no es cierto, Ya has hecho más de lo que puedes imaginar. Me refiero a los últimos resultados de la prueba, fueron realmente buenos.

Levanté la vista, mis ojos brillaban de esperanza. ¿Buenos resultados?

-No... Quiero decir... eso no es lo que quise decir.

Por supuesto no.

- Kara no va a mejorar, pero no está empeorando en este momento.

-Esto no es exactamente lo que esperaba escuchar ahora... -respondí lentamente, tratando de tragarme el nudo inevitable en mi garganta.

The last breath of my heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora