Capitulo 10: Yo soy tu verdadero padre. pt 2.

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La discusión no tardó en surgir. Bucky intentaba ser lo menos ruidoso posible, no quería que Alana escuchará sus gritos aunque con todo lo que Sam estaba diciendo le era muy complicado moderar su voz.

Al principio, Sam solo estaba buscando respuestas sobre la razón por la que T'challa estaba ahí, no lo hizo de una forma muy cortes, eso fue lo que principalmente causo la pelea.

De un momento a otro, ellos dos estaban gritandose y reclamandose sobre cualquier molestia que hubieran tenido. Pero las cosas se comenzaron a salir de control cuando T'challa entró a los reclamos, siendo el hecho de que nunca será un buen padre para Alana el tema principal de la discusión.

— ¡Tú no sabes por todo lo que estaba pasando en ese momento, tenia razones para irme!— T'challa estaba intentando defendiéndose de todo lo que estaba pasando— él único que tiene algo de derecho de opinar es James.

James, el uso de ese nombre lo empeoró todo, Sam nunca había podido llamar a su novio de esa manera, cada vez que lo intentaba Bucky le decía que no le gustaba que usarán su nombre ya que le traían malos recuerdos; pero ahora al parecer no le molestaba el uso de ese nombre.

— Claro que tengo derecho de opinar, ¿quién crees que recogió todas las piezas rotas que dejaste atrás?— respondió Sam.

Después de decir eso el cuarto se quedó en silencio. Sam nunca había hablado sobre todo lo que él había pasado para poder estar con Bucky.

— Entonces, yo solo fui un montón de piezas rotas a las que tenías que reparar.

Ese comentario salió de la nada, tanto las miradas de Sam y de T'challa voltearon a verlo. Bucky parecía estar apunto de estallar, tal vez en llanto o en furia, era difícil de decir.

— Tenemos cosas que solucionar en familia— dijo Sam ya más tranquilo, al parecer el estar arrepentido de su comentario lo había sacado de su enojo— vete T'challa, necesitamos resolver cosas y tú no eres miembro de está familia.

— Quieran o no, soy miembro de está familia, soy padre de Alana así que lo que pase en esta casa de alguna manera me involucra.

Otra discusión volvió a surgir, no tan grande como la anterior pero si molesta. Esta vez el centro de los gritos era el definir si T'challa tenía el derecho a involucrarse en sus asuntos.

— ¡No estuviste presente cuando Alana nació, cuando dijo su primera palabra, cuando camino por primera vez y ahora quieres involucrarte en nuestra vida!— Bucky había estado intentando no decir ningún comentario para no decir algo de lo que después se arrepentiría. Pero al incluir a su hija a la discusión no pudo evitar al fin soltar todos los pensamientos que tenía guardados desde hace mucho tiempo.

— Pero ya estoy aquí, y estoy intentando arreglar mis errores— dijo T'challa. El arrepentimiento se podía ver en su mirada, no obstante, un simple lo siento no arreglaría todo el daño que había provocado.

— Vete T'challa, no deberías en estar aquí.

— Claro que debería estar aquí, al fin y al cabo Alana vive aquí, James— respondió T'challa con voz firme— porque si no recuerdas también es mi hija.

El comenta quedó en el aire ya que el un pequeño susurro provocó que todos se callaran.

— ¿Qué?— Alana se encontraba en la entrada de la habitación, no sabían cuánto tiempo llevaba ahí ni cuánto de la discusión había oído pero era seguro que había escuchado el último comentario de T'challa.

Bucky trato de acercarse a Alana pero ella solo corrió hacia su cuarto, cerrando la puerta de un golpe y poniendo seguro para que nadie entrara.

— Mira lo que hiciste— regaño Sam a T'challa.

Después de eso, ya no hubo discusión, simplemente los tres hombres se sentaron en la sala de estar y se quedaron en silencio.

Nadie se atrevía a romper la atmósfera, ya que todos tenían la culpa de lo que acababa de ocurrir y ahora solo podían esperar a que Alana se calmara y saliera del cuarto y así poder hablar con ella.
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La noche llegó y Alana aún no salía de su habitación pero la hora de cenar se acercaba y Bucky suponía que el hambre haría que saliera.

Y tal y como Bucky lo predijo, Alana quitó el seguro de su puerta, aunque no salió del cuarto; por lo que Bucky decidió que era buena opción entrar y hablar con ella antes de que saliera.

Antes de entrar en el cuarto, le hizo una seña con la cabeza a Sam para darle a entender que lo dejarán un rato a solas con ella.

El cuarto estaba a oscuras por lo que solo se podía ver un pequeño bulto recostado en la cama. Bucky se acercó lentamente, y se sentó en la orilla del colchón, espero a que Alana dijera algo para así poderle responder sus dudas y hacerla comprender lo que sucedía.

— ¿Qué pasó con mi papá?— fue lo que pregunto Alana. Era una niña aún muy pequeña por lo que no entendía lo que acababa de escuchar.

Después de oir a su amigo T'challa, porque él ya era su amigo, decir que él era su padre. No podía entender porque si él era su padre nunca había estado con ella.

— Pues él se fue antes de que tú nacieras— Bucky realmente no sabía que decirle a su niña, tenía que explicarle lo ocurrido de una forma sencilla para que lo entendiera, además no quería que de hiciera una mala imagen de T'challa.

— ¿Por qué se fue?.

Realmente ya esperaba esa pregunta, Alana se encontraba en la etapa de los por qué y no podía culparla por preguntar, aunque dar la respuesta fiera muy complicado.

— Es que, tenía unos problemas que arreglar y era muy peligroso. Por eso se alejo— era muy complicado minimizar lo sucedido con T'challa, pero esa la única forma de evitar que Alana tuviera una mala imagen de su padre— pero el ya volvió y está vez él no se va a ir.

No podía asegurar lo último pero esperaba que T'challa cumpliera con su rol de padre. Al parecer, con esa pequeña explicación Alana logró comprender (lo mejor que pudo la situación).

— Entonces, ¿ya no puedo llamar a Sam papá?— se veía la preocupación en los ojos de la niña.

— Claro que puedes— aseguro Bucky, pese a que T'challa era su padre biológico, quién había estado ahí con Ally fue Sam, y él no podía quitarle ese derecho.

— ¡Tengo 3 papás!— grito alegre Alana, mientras salía de la habitación.

A partir de ese momento las cosas serán más difíciles, aunque por lo menos, ya se había quitado un peso de encima al revelar ese secreto.

Esta ya no es tu familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora