Capitulo 5: Confesión

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Era temprano por la mañana cuando Bucky despertó, aún se encontraba cansado pero al ver la hora del reloj que se encontraba en su mesa de noche tuvo que levantarse lo más rápido posible.

— Sam, despierta— dijo Bucky mientras sacudía a su pareja, la cuál se encontraba recostado junto a él en su cama. Sam ya se encontraba medio despierto pues se encontraba abrazando a Bucky cuando esté a levanto de repente.

— Cinco minutos más— respondió con una voz ronca gracias a que aun se encontraba adormilado.

Y cómo no podía estarlo; la noche anterior apenas y habían dormido, desde hace mucho tiempo no podían tener una noche de pasión como la que habían tenido ya que el cuidar y vivir con Alana reducía las posibilidades de tener momentos apasionados entre ellos y al estar solos cumplieron todos los deseos que tenían acumulados.

Sin embargo, no habían prevenido algo importante, ellos tenían que levantarse temprano para pasar por Alana a casa de Charles y Erik porque le habían prometido a la pequeña llegar temprano. Le habían prometido que llegarían a medio día por ella y ya eran las 11:00 a.m y seguían en la cama.

— Vamos tenemos que levantarnos ahora— insistió Bucky— Alana nos debe de estar esperando y ya casi ni tenemos tiempo y tenemos que bañarnos y vestirnos—.

— Ya voy— dijo Sam en medio de un bostezo.

Ambos se levantaron con somnolencia y se dirigieron al baño, pues no podían ir por Alana en la condición en qué se encontraban.

Tardaron 45 minutos en terminar de prepararse (lo hicieron lo más rápido que pudieron) ya que tenían que encontrar una forma de ocultar las marcas que habían dejado la noche anterior.

Llegaron a casa de Charles y Erik justo a tiempo, Alana ya estaba desesperada por ver a su papi y a Sam pues era su primera ver durmiendo fuera de casa y los había extrañado un montón, además quería contarles sobre todo lo que hizo con Wanda y Peter y sobre todo lo que se divirtió.

Media hora después, los tres abandonaron en hogar de los Lehnsherr para dirigirse al supermercado más cercano para comprar ingredientes para preparar la comida, puesto que Alana tenía que comer a más tardar a las 2 de la tarde y ninguno de los habían desayunado.

Pasaron el resto de la tarde entre las narraciones por parte de Ally sobre lo divertido que había sido la pijamada, también hubo algunos sonrojos al mencionar lo que su padre había hecho mientras ella no estaba en casa.

— Papi y  Sam¿Qué hicieron anoche mientras no estuve?— pregunto inocente Alana.

— Pues nada interesante— Bucky intentó responder lo más tranquilo posible pero un sonrojo en sus mejillas pintaba su rostro. Sam solo río disimuladamente pues le resultaba realmente gracioso y turno ver las reacciones que tenia su amado antes las preguntas inocentes de Ally.
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La rutina para algunas personas puede llegar a ser agotadora y agobiante pero para Bucky no era así, él al trabajar como chef en un restaurante nunca tenía un día igual al otro, por lo que su trabajo nunca le resultaba aburrido.

Y pese a todo lo que amaba sobre su trabajo eso no evitaba que a veces se agotará por todo el trabajo duro y las responsabilidades que tenía. Sin embargo, siempre había un momento en que podía descansar un poco y volver a prepararse para otra ronda de arduo trabajo, y ese era el descanso de media hora que tenía.

Justo ahora se encontraba recostado en un sillón que estaba colocado en una pequeña sala de descanso que tenía el restaurante para los empleados. Se encontraba vacia, pues a esa hora él era el único que tenía un descanso y lo agradecía ya que era de los pocos momentos donde podía disfrutar de su soledad; digamos que tener una hija no deja mucho tiempo para uno mismo.

Esta ya no es tu familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora